El Imperio Chino llevaba casi dos milenios encerrado en si mismo. Las potencias colonialistas no iban a permitir que esto continuase así, el mercado de la gigantesca China era demasiado apetitoso. Victoria I del Reino Unido, el kaiser alemán Guillermo I, el zar de Rusia Nicolás II Romanov, la personificación de la República Francesa y el emperador del Japón, estudian el reparto del gran pastel. El capitalismo salvaje e insolidario en la base de los males del mundo.
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