miércoles, 21 de mayo de 2025

LA GUERRA EN ASIA Y EL PACÍFICO. 1937 – 1945.

 



Coetáneo al conflicto europeo pero en la práctica desconectada. Japón y Alemania eran aliados solo de nombre. Los alemanes no apoyaron a Japón en su enfrentamiento contra la URSS, batalla de Jaljin Gol en mayo de 1939. Posteriormente Japón no hizo nada para contribuir al éxito de la Operación Barbarroja.


En Asia, Japón comenzó a construir su propio imperio territorial, conquistar su propio Espacio Vital. La agresiva política exterior japonesa pronto chocaría frontalmente con los intereses estadounidenses en el Pacífico, choque de gigantes industriales. La falta de materias primas lanzó a Japón a una agresiva expansión territorial (el capitalismo lo acaba engullendo todo).


Japón y la guerra del Pacífico.




El estallido de la Segunda Guerra Mundial ofreció a Japón la oportunidad (y excusa) para extenderse por el sureste asiático y el Pacífico, tras la firma, en el mes de septiembre de 1940, de un acuerdo de ayuda mutua con Alemania e Italia por un período de diez años.


Para poder mantener el control de los territorios ocupados, Japón necesitaba apoderarse de los pozos de petróleo de Malasia e Indonesia, que se encontraban en poder de los británicos y los holandeses respectivamente. Definitivamente la posesión de hidrocarburos era imprescindible para encarar una guerra con garantías de éxito. Estas operaciones no gustaron nada a los Estados Unidos, que impuso un bloqueo a Japón en lo referente al comercio de petróleo.


En esta situación, la ocupación de las islas Hawaii dejaba el comercio del petróleo en el Pacífico y Oceanía en manos de los japoneses, lo que era vital para el desarrollo de su industria.




Con este objetivo tomó el Imperio del Sol Naciente la iniciativa bélica. El 7 de diciembre de 1941, más de 360 aviones japoneses atacaron por sorpresa (y sin previa declaración de guerra) la base estadounidense de Pearl Harbor, en el Pacífico. La aviación nipona hundió ocho acorazados y ocasionó más de 2400 muertos. Como respuesta a esta acción, el 11 de diciembre, Estados Unidos declaró la guerra a Japón y entraba de lleno (y oficialmente) en la Segunda Guerra Mundial.




El ejército imperial japonés continuó una fulgurante expansión, y en tan solo tres meses, derrotaron a los británicos y estadounidenses, consiguiendo dominar todo el Pacífico y los territorios del sureste asiático; Tailandia, Birmania, Malasia británica, Borneo, Hong Kong y las Indias Occidentales Holandesas.


En primavera de 1942, mes de mayo, las Filipinas, junto a Nueva Guinea y las islas Salomón, cayeron en manos japonesas. El comandante en jefe de las tropas norteamericanas en el Pacífico, Douglas McArthur, tuvo que retirarse a Australia para dirigir desde allí las tropas aliadas.


La ofensiva del Sol Naciente en el Pacífico.



La idea de una Esfera de Coprosperidad Asiática Oriental situaba a Japón en el centro de un bloque económico, político y militar, englobando a las colonias europeas del Extremo Oriente. Los combates en Europa habían debilitado las posesiones de Francia, Países Bajos y Reino Unido en Asia, y Japón se disponía a sacar provecho de la situación. Para los nacionalistas japoneses la expansión territorial se revelaba indispensable para liberarse de la imposición de los estados occidentales y como forma de acceder a los recursos indispensables para sostener el desarrollo económico y el crecimiento demográfico. La expansión japonesa por el Pacífico terminaría chocando con Estados Unidos, que también poseía intereses en la región.


Y la guerra se hizo mundial.




Japón, el Imperio del Sol Naciente, era la potencia dominante en el Pacífico. El emperador Hiro Hito era una marioneta, únicamente un símbolo, pues el poder estaba en manos del general Tojo, que había instaurado una dictadura militar (recordando los viejos tiempos de los sogunes).


En su política expansiva Japón conquistó Corea y se anexionó Manchuria, donde instaló un estado satélite, al que entregaron para su gobierno a Pu Yi, el Último Emperador retratado por Bertolucci en su oscarizada película.


Esta expansión por el Pacífico chocaba con los intereses del Hermano Mayor, de los Estados Unidos, y la confrontación no podía tardar en producirse. La mañana del 7 de Diciembre de 1942, el almirante Yamamoto dio la orden “Tora, Tora, Tora” y la aviación japonesa bombardeó la base naval americana de Pearl Harbor, aniquilando a buena parte de la flota. En esos momentos Estados Unidos entraba, de manera oficial, en la Segunda Guerra Mundial (el Día de la Infamia). Con la ruptura de hostilidades en el Pacífico, la guerra Europea se convertía en una Guerra Mundial.


Pearl Harbor.




7 de diciembre de 1941. Domingo por la mañana, sin previo aviso, ni declaración de guerra mediante, los aviones japoneses bombardearon la flota estadounidense que se encontraba atracada en los muelles de la base naval de Peral Harbor, situada en el archipiélago de Hawaii. Al mismo tiempo se atacaron las posiciones británicas en Malasia. Los aliados fueron cogidos por sorpresa, y como consecuencia del ataque, la flota americana sufrió graves pérdidas, aunque no tantas como había previsto el alto mando nipón. La opinión pública se mostró favorable a declarar la guerra y dejar atrás el estado de neutralidad activa. “El día de la Infamia” supuso la entrada en la guerra de los Estados Unidos.




Ayer, 7 de diciembre de 1941, una fecha que pervivirá en la infamia, los Estados Unidos de América fueron sorpresiva y deliberadamente atacados por fuerzas navales y aéreas de Japón. Los Estados Unidos estaban en paz con esas nación y, a solicitud de Japón, estaban en conversaciones con su gobierno y su emperador buscando el mantenimiento de la paz en el Pacífico. […] Como comandante en jefe del ejército y de la marina he ordenado que sean tomadas todas las medidas para nuestra defensa”.

(Discurso de Roosevelt ante el

Congreso, 8 de diciembre de 1941)


La marina británica también atacada.




El almirantazgo británico ordenó el envío a los mares de Oriente de dos buques de la Armada Real, el HMS Príncipe de Gales y el HMS Repulsa, en una maniobra de amenaza e intimidación, una advertencia para que Japón no atacase la base británica en Singapur.


Sin la protección área los barcos fueron blancos fáciles a los ataques japoneses. El Príncipe de Gales y el Repulsa se encontraban totalmente indefensos, sin cobertura aérea, cuando los bombarderos torpederos de los japoneses los descubrieron y los hundieron sin mucha dificultad. Cientos de hombres murieron en el ataque. Estados a 10 de Diciembre, tres días después del ataque a Pearl Harbor.


Invasión de Birmania y de las Indias holandesas.





La experta marina británica había contribuido a la construcción de un vasto imperio cuyos tentáculos se extendían por los mares de todo el globo. Otra de las colonias de su Graciosa Majestad era Birmania, rebautizada hace ya unos años como Myanmar. Como toda la región también se convirtió en un importante objetivo estratégico para el ejército imperial japonés, por sus recursos naturales, especialmente las cosechas de arroz, y por su ubicación entre la India, el Sudeste asiático y las Indias holandesas. Estas últimas estaban destinadas a convertirse en la fuente principal de petróleo para Japón. A la industria y a las máquinas de guerra había que darles de comer. Las operaciones japonesas en la zona comenzaron el 11 de diciembre de 1941. No había tiempo que perder.


1942. La rendición de Singapur.

La rendición de Singapur, el 15 de febrero de 1942 fue, en palabras de Winston Churchill, “el peor desastre y la mayor capitulación de la historia británica”. Las motivadas tropas japonesas barrieron las colonias británicas del sudeste asiático, apoderándose de Hong Kong y de Malasia, y en febrero de 1942 forzaron la rendición de la poderosa fortaleza de Singapur. Los cañones de Singapur estaban orientados hacia el mar, pero los japoneses atacaron por tierra (la información concede grandes ventajas al que la posee). Cuando la ciudad quedó desabastecida de agua, al gobernador británico, Arthur Percival, no le quedó más remedio que rendir la plaza.


Conquista de Filipinas.




Una larga campaña. Del 8 de diciembre de 1941 al 9 de junio de 1942. Unas horas después del bombardeo de Pearl Harbor, el ejército imperial japonés inicia una gran ofensiva sobre Filipinas. El archipiélago filipino es conquistado en pocas semanas, pero los norteamericanos lograron resistir algunos meses en Corregidor, conocido como el Gibraltar del Este.





El general Douglas McArthur dirigió la tenaz defensa que los americanos presentaron en Filipinas, pero los japoneses los atraparon en la estrecha península de Batán y forzaron sus rendición. McArthur se vio obligado, ante el persistente empuje nipón, a abandonar Filipinas, eso sí, jurando que volvería para liberar al archipiélago. Se retiró a Australia para organizar desde allí la contraofensiva.




Tras la capitulación miles de americanos y filipinos fueron hechos prisioneros. Alrededor de 10.000 americanos murieron en la terrible “marcha de la muerte” desde Batán hasta los campos de prisioneros en el norte de la Isla.


Batalla de Midway. 4 – 7 de Junio de 1942.




Seis meses después de iniciada la contienda, los americanos asestaron un duro golpe a la armada japonesa. La inteligencia americana consiguió descifrar los mensajes encriptados de la armada japonesa y pudieron lanzar un ataque sorpresa que terminó siendo fulminante.




Los japoneses navegaban hacia la isla de Midway, en medio del Océano Pacífico, pero fueron interceptados por los americanos. La batalla aeronaval se libró casi exclusivamente desde los portaaviones (cuya participación fue decisiva en esta guerra) y las dos flotas no llegaron a encontrarse. Los americanos hundieron cuatro portaaviones – Kaga, Akagi, Soyu e Hiryu – y únicamente perdieron uno. Estas irreparables pérdidas hicieron que Japón perdiese la iniciativa en el Pacífico, comenzando una fase de retroceso y de defensa desesperada de las bases conquistadas en anterioridad. Los japoneses perdieron diez veces más hombres que los americanos, 3057 frente a 307.


Guadalcanal. 7 de agosto de 1942 – 9 de febrero de 1943.




Animados por el éxito en Midway, y con la celeridad necesaria para no perder la ventaja, en agosto de 1942, los estadounidenses iniciaron la conquista de Guadalcanal. Después de la victoria en la batalla de Midway, el ejército norteamericano inició un largo y lento proceso de recuperación de las islas del Pacífico, controladas en esos momentos por Japón. La dura campaña de Guadalcanal, en las Islas Salomón (un archipiélago situado entre Australia y Nueva Guinea), donde los japoneses habían tenido que hacer frente durante seis meses a una enconada resistencia, finalizó con la victoria americana.




El desembarco de unos 19.000 marines se realizó sin grandes dificultades pero una vez en tierra se toparon con una serie de dificultades; el clima tropical extremo (serpientes, mosquitos y sanguijuelas causaron verdaderos estragos entre la tropa), las complicadas características geográficas del archipiélago y la superioridad numérica de los efectivos japoneses.


Guadalcanal fue el prólogo de una larga serie de derrotas japonesas, resultado de la puesta en práctica de la táctica conocida popularmente como “saltos de rana”, avanzar de isla en isla, asentando bases para desde ahí avanzar – saltar – a la siguiente isla, e ir paulatinamente aproximándose al Japón metropolitano.


Nueva Guinea.




En la batalla del Mar de Coral (acontecida un mes antes de Midway) la US Navy logró impedir el desembarco de un fuerte contingente japonés dispuesto a tomar Port Moresby, capital de Nueva Guinea. Este sería el origen de una durísima campaña en las selvas del interior de la isla, que se prolongó dos años, y que culminó con la expulsión definitiva de las tropas imperiales japonesas.


Operación Venganza (abril 1943).


Los americanos diseñan la operación venganza para derribar el avión del almirante Yamamoto, el principal obstáculo en la guerra del Pacífico. El cerebro de las tácticas japonesas.



Contraataque británico desde Birmania. 1943 – 1944.


Los “Chindits” , tropas británicas especialmente entrenadas, contraatacaron por detrás de las líneas japonesas en la complicada jungla de Birmania. En 1944 los japoneses intentaron invadir la India, la Joya de la Corona del Imperio Británico, apoyados por tropas hindúes antibritánicas, pero fueron derrotados en la batalla de Imphal (marzo-julio 1944).


China.


En China, en general norteamericano, Vinegar Joe Stilwell “Pepe Vinagre” colaboró con las guerrillas chinas que operaban contra los japoneses. Así, muy lentamente, se hizo retroceder a los japoneses hacia el interior de la jungla, alejándolos de las ciudades y de los enclaves estratégicos.


Campaña de las Islas Marianas y Palaos. Junio – Noviembre 1944.




En su imparable y sufrido avance de isla en isla por el Océano Pacífico, los Estados Unidos lanzan una ofensiva, bajo el mando de Chester Nimitz, sobre los antiguos archipiélagos españoles de Islas Marianas y Palaos. El objetivo era triple: neutralizar las bases japonesas en el Pacífico Central, prestar apoyo para recuperar las Filipinas y establecer bases más cercanas a Japón desde las cuales continuar con las campañas de bombardeos.




Americanos y japoneses librarán durísimos combates, especialmente en las conquistas de Saipán y Peleliu. En respuesta a estos desembarcos, la Armada Imperial Japonesa atacó a la armada estadounidense en la batalla del mar de Filipinas (19 – 20 junio 1944) un choque que finalizó con derrota nipona.




Después del éxito en Marianas y Palaos el ejército estadounidense continuó avanzando y el 20 de octubre de 1944, con Douglas McArthur a la cabeza, se desembarcaba en Filipinas.


Batalla del Golfo de Leyte.



Ante el desembarco aliado en Filipinas, Japón responde lanzando una poderosa ofensiva aeronaval, que desencadenó una batalla de enormes proporciones en el Golfo de Leyte (23 – 26 octubre 1944). Al ser derrotados, los japoneses pierden totalmente toda capacidad de hacer frente a la armada norteamericana. Es en este escenario donde entran en juego los famosos kamikazes.


Indochina.

A principios de 1945, con Filipinas en manos de los aliados, los japoneses perdieron el control de las comunicaciones con Indochina, lo que facilitó el avance británico en Birmania. Desde enero de 1945, los norteamericanos fueron reconquistando las islas del Pacífico y los británicos avanzaron en la península de Indochina. En las selvas de Indochina actuaba la guerrilla comunista antijaponesa de Ho Chi Minh (el Viet Minh).


Iwo Jima y Okinawa.



Estas dos batallas son dos símbolos, tanto de la victoria aliada, como de la dureza de los combates librados entre japoneses y americanos por cada palmo de terreno. La batalla de Iwo Jima se desarrolló entre febrero y marzo de 1945, y la de Okinawa entre los meses de abril y junio del mismo año. Como suele ocurrir en todos los escenarios bélicos, los marines estadounidenses sometieron a la población femenina mediante continuas violaciones.



Ambas islas estaban consideradas por el alto mando norteamericano como las últimas escalas antes de desembarcar en territorio metropolitano japonés. La conquista supuso un increíble número de bajas para los marines y para los japoneses. Paradigma de los desastres de la guerra.


Kamikazes.



Los norteamericanos utilizaron la pequeña isla de Iwo Jima para lanzar continuos ataques a las islas próximas a Japón. Los japoneses continuaron sin rendirse y, como último recurso, utilizaron Kamikazes: 34 navíos norteamericanos fueron hundidos, 591 sufrieron daños y 2000 aviones fueron destruidos por este procedimiento.




Los kamikazes eran pilotos suicidas japoneses que se lanzaban en picado, utilizando el avión como proyectil, sobre las naves americanas para hundirlas, o en todo caso, causar el máximo daño posible. Esta forma de combatir se extendió a partir de 1944, cuando los japoneses fueron quedándose sin armamento y carburante, y ocasionó cuantiosas pérdidas a la flota de Estados Unidos.


Bombas sobre Japón.



En 1942 el general James Doolittle dirigió un ataque por sorpresa bombardeando Tokio. Los americanos continuaron bombardeando intensamente las ciudades japonesas, matando a miles de personas, debido a los terroríficos infiernos que se desataron con el estallido de las bombas.


Harry Truman decide terminar la guerra por la vía rápida. En 1945 se lanzaron dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, devastando ambas ciudades. Ante este despliegue de medios Japón se rinde inmediatamente y sin condiciones. Las bombas fueron lanzadas el 6 y 9 de agosto. La rendición se firmó el 2 de septiembre a bordo del acorazado USS Missouri.


El empleo de esta nueva arma, con un poder destructivo prácticamente ilimitado, dio comienzo a una nueva época caracterizada por el miedo colectivo a un holocausto

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