viernes, 24 de octubre de 2014

PEÑÍSCOLA, EL TEMPLE Y EL PAPA LUNA.



La media luna y las llaves de San Pedro, y los tres cardos. Don Pedro de Luna y Fray Berenguer de Cardona. El Papa y el Maestre. El Cisma y el Temple. ¿Por qué hay enclaves que se empeñan en atraer misterios?. Tanto el castillo templario como la sede papal fueron efímeras. Aunque sus ecos resuenan con fuerza en el siglo XXI. Peñíscola fue donde los templarios vieron desaparecer su orden. Los mismos muros sintieron languidecer al último papa de Avignon. El mar arrastra desde oriente lágrimas derramadas por la pérdida de Tierra Santa. El mar devuelve a Roma, a Francia, y a quien quiera oirlo, que el auténtico sucesor de San Pedro mora en esta costa. Una vez perdida Tierra Santa, el Temple perdió su razón de ser. Cuando Roma se reconcilió con la Cristiandad, el Papa Luna sufrió su propio eclipse. Templarios y antipapas, dos rebeliones vaticanas que tuvieron su epílogo en la costa mediterránea.  

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