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viernes, 29 de noviembre de 2019

LIVER BIRD, EL CORMORÁN DE LIVERPOOL.



Muchas de las ciudades surgidas en la Edad Media europea vinculan su origen con un animal legendario. Normalmente se trata de especies que viven en el entorno de la población. 


El cormorán, es un ave de gran tamaño que se alimenta de peces que caza buceando, y que por tanto, suele ocupar superficies de aguas, preferentemente abiertas, tanto costeras como interiores, dulces y saladas. Por eso no es de extrañar que los primeros habitantes de la futura Liverpool, asentados en las orillas del río Mersey, se fijaran en ella. 


En el año 1229 el rey de Inglaterra, Enrique III otorgó a la gente del pueblo el derecho a formar un gremio, con los privilegios que ello conlleva, incluido el derecho de usar un sello común. El sello original representaba un ave difícil de identificar, que el paso del tiempo convirtió en un cormorán. El cormorán lleva un alga marina en el pico y es conocido como Liver Bird, un juego de palabras entroncado con el nombre de la ciudad, Liverpool. A finales del siglo XVIII el Liver Bird es incorporado al escudo oficial de la ciudad. 


Liver Bird es también el blasón del Liverpool Football Club, otro de los símbolos identitarios de la ciudad. Con permiso, claro está, del cuarteto The Beatles. Kenny Dalglish, Ian Rush, Graeme Souness o Steven Gerrad pasearon el Liver Bird por los campos y las ciudades europeas.


sábado, 11 de febrero de 2017

EDMUNDO DE LANCASTER.



Edmundo era conocido como Crouchback por su participación en la novena cruzada. Era el segundo hijo del rey inglés Enrique III, se desempeñó como político y fue el I Conde de Lancaster. Tras enviudar de su primera mujer se casó con Blanca de Artois reina viuda de Navarra.

jueves, 12 de marzo de 2015

LAS BESTIAS REALES DE LA TORRE DE LONDRES.



A lo largo de seis centurias la Torre de Londres , la fortaleza más poderosa de la capital británica albergó una colección de fieras, animales salvajes y criaturas exóticas. La casa de fieras se estableció en el siglo XIII durante el reinado de Juan I. Tantos años dan para muchas anécdotas. 

Los animales exóticos expuestos en la Torre intentaban representar la fortaleza y salud del propio monarca. Los animales llegaron a la capital inglesa desde lugares, conocidos e ignotos, de todo el mundo. 



El oso polar Enrique III, un presente del rey de Noruega Haakon, estaba fuertemente atado a una cuerda que le permitía pescar en el Támesis. 

Cuentan que aquí encontró William Blake al tigre que inspiró su famoso poema.


Luis IX de Francia regaló al rey Enrique III un elefante africano macho en el año 1254. 


El animalito, que el propio San Luis había adquirido en Tierra Santa,  vivió en la Casa de Fieras hasta su muerte. 

Las serpientes, animales de sangre fría estaban normalmente envueltas en mantas y se les colocaba cerca de una estufa para que las ayudase a mantener el calor.


El rey de la selva, símbolo de nobleza y realeza no podían faltar en la casa de fieras de los reyes ingleses. El artista Edwin Landser, quien más tarde diseñó las esculturas de los leones de Trafalgar Square, dibujó leones vivos en la Torre. 


Los monos vivían en una habitación donde los visitantes podían caminar e interactuar con ellos. La atracción fue clausurada después de que uno de estos animales atacase a un niño. 

El avestruz de la torre murió después de tragar un clavo largo. Los visitantes habían alimentado al ave con piezas de metal, en la creencia de que el avestruz comía hierro. 


Los animales de la casa de fieras abandonaron la Torre en 1832, tenían un nuevo hogar, el Parque Zoológico de Londres. 

Si tienes pensado viajar a Londres y disfrutar de esta y de otras maravillas este enlace te puede ayudar http://viajoconmicocheymimochila.blogspot.com.es/2014/05/london-pass.html 

domingo, 1 de junio de 2014

WILLIAM THE MARSHAL, EL CABALLERO MÁS GRANDE.



William the Marshal, o Guillermo el Mariscal, fue un caballero anglonormando, considerado, en su época "el más grande caballero que jamás vivió". Sirvió a cuatro monarcas ingleses, Enrique II, Ricardo I Corazón de León, a su hermano Juan Sin Tierra, y a Enrique III. 



Como hijo menor de un noble menor William no tenía donde caerse muerto. Así que ni corto ni perezoso decidió cruzar el canal y pasar a Normandía, con la intención de hacerse un hombre y un nombre. En 1166 fue armado caballero durante una campaña en la Alta Normandía que había sido invadida por Flandes. En otra ocasión fue capturado en una emboscada, pero impresionó de tal manera de Leonor de Aquitania, que decidió liberarlo.

Bajo la protección y admiración de la reina, William se convirtió en el mejor competidor de justas de su época, su auténtica pasión, y descubrió, que bien podía ganarse la vida participando en torneos por toda Francia. Se trataba de duras competencias, mortales en numerosas ocasiones, pero que podía reportar botines, caballos y armaduras, y recompensas por los oponentes capturados. En su lecho de muerte el Mariscal recordaba haber vencido a más de quinientos caballeros durante su exitosa carrera.


Su relación con los monarcas se fue estrechando, se convirtió en un asiduo e íntimo de la corte, y Enrique y Leonor, lo eligieron como maestro de armas del hijo de ambos Enrique el Joven, que moriría prematuramente. William fue capitán de Enrique II, y durante el enfrentamiento entre éste y su hijo Ricardo, en una escaramuza el Mariscal descabalgó a Ricardo, aunque se limitó, simplemente , a matar a su caballo. Se cuenta que Guillermo el Mariscal fue el único hombre capaz de tirar del caballo a Ricardo I Corazón de León. 

A pesar de este lance, tras la muerte de Enrique, Ricardo aceptó a William en su corte, como consejero y alaido, decisión que también tomó su hermano Juan, y un tiempo después, Enrique III.

Por mediación del rey Enrique, William contrajo matrimonio con Isabel de Clare, obteniendo, además de propiedades en Inglaterra, Gales y Normandía, el título de Conde de Pembroke. 

La biografía de este caballero y señor feudal francés, bajo el título "Histoire de Guillaume le Maréchal", promovida por uno de los hijos de William, y cuyo autor, es un desconocido Jean, sirvió al medievalista  francés George Duby para escribir el libro "Guillermo el Mariscal". 

El 14 de mayo de 1219 moría el Gran Mariscal, y cumpliendo el voto realizado durante las Cruzadas, fue Ordenado Caballero en su lecho de muerte. Entre sus últimas disposiciones, entregar comida a los pobres que asistiesen a su cortejo fúnebre. Condes, nobles y pares vistieron sus mejores galas para tributar merecido homenaje al féretro de tan excelso caballero. Cuando estas noticias llegaron a Francia, Guillermo el Mariscal fue proclamado "el primer lugarteniente de Dios en la tierra y el mejor de los Caballeros". 


Las últimas palabras de un guerreo convencido, ante una batalla imposible de ganar fueron: "No puedo defenderme de la Muerte". El cuerpo sin vida de William fue sepultado en la Iglesia del Temple de Londres, donde aún podemos ver la efigie de su sepulcro reposando eternamente junto a uno de sus hijos. 

martes, 29 de abril de 2014

THE TOWER OF LONDON




A pesar de su nombre, la Torre de Londres, no se refiere a una torre o torreón, sino a una auténtica fortaleza, formada por varios recintos, y que prácticamente es una ciudad amurallada, situada en una de las orillas del Támesis, en pleno centro neurálgico del eterno Imperio Británico. Una colosal fortificación que narra la historia de Inglaterra de los últimos mil años. Un edificio impresionante que no hay que dejar de visitar.



Como tantas otras construcciones de la época, se edificó en madera, por expreso deseo de William the Conqueror, para controlar el río y la ciudad. Para finales del siglo XI la piedra había reemplazado a la madera. 



La Torre de Londres está formada por tres recintos. En el más interior, la Torre Blanca, representa la fase más temprana de construcción. Hacia el norte, este y oeste, la estructura central, erigida bajo el mandato de Ricardo I, y el recinto exterior, que abarca todo el castillo, fue construido por Eduardo I. 


La Torre en tiempos de Enrique III. En momentos de apuros los reyes solían utilizar la torre como refugio. En 1238 Enrique III se retiró aquí y viendo las defensas desfasadas del castillo ordenó construir una enorme muralla.


En 1281, Eduardo I, hijo de Enrique III, modernizó el foso, reemplazó la entrada y rodeó la muralla exterior con una nueva muralla, convirtiendo la Torre en un castillo concéntrico. 



Desde principios del siglo XIV una procesión partía desde este lugar, en dirección a la Abadía de Westminster, donde el nuevo monarca era coronada. Durante el desfile, el pueblo podía vitorear o repudiar al rey. 


A partir del siglo XII fue también utilizada como prisión para destacados personajes. 



Los vikingos, o normandos, pusieron en práctica una eficiente política de fortificaciones (otro espectacular ejemplo es el Castillo de Windsor), que se ha descrito como: "el programa más extenso y concentrado de construcción de castillos en toda la historia de la Europa Feudal". 


Byward Tower (1280) flanquea y controla el paso por una de las principales entradas de la Torre. Desde aquí comenzamos la visita.


Un doble cerco de murallas protegen el Corazón de la Torre.



Parte de la Historia de Europa Occidental durante la Edad Media se jugó entre estas murallas. Tener controlada la Torre de Londres significaba poder controlar todo el país.


La Bell Tower, construida bajo Ricardo I, se ubica muy cerca de la entrada del castillo. La campana se hacía sonar en casos de peligro: los rastrillos caían, los puentes se elevaban y las puertas quedaban cerradas.



La Torre Blanca - White Tower - que hace las funciones de Torre del Homenaje, es un auténtico castillo en sí mismo. 



Su construcción la inició William the Conqueror, y posiblemente fue terminada por sus hijos. El objetivo era asustar a los invasores que llegaban desde el río e intimidar a los londinenses recién conquistados. La torre tenía dos plantas sobre un sótano profundo y un muro central dividía cada planta en dos salas de gran tamaño. Cuatro torres cuadrangulares la rematan en sus cuatro esquinas.  La entrada se situaba bastante elevada sobre el nivel del suelo y para alcanzarla se utilizaba una escalera de madera.

Al anochecer, cuando se hizo demasiado oscuro para trabajar, toda aquella gente afanosa convergió en el gran salón de la torre del homenaje. Se encendieron velas de junco, se alimentó el fuego de las hogueras y todos los perros acudieron para resguardarse del frío. Algunos hombres y mujeres cogieron tablas y caballetes de un montón apilado en un lado del salón e instalaron mesas formando una T, colocando luego sillas en la cabecera y bancos a cada lado de la parte central. Jack nunca había visto a tantas personas trabajando juntas y quedó asombrado ante lo mucho que disfrutaban. Sonreían y reían mientras levantaban pesadas tablas exclamando ¡Arriba! y ¡Para mí, para mí!, ¡Ahora, bajadla con cuidado!. Jack envidiaba aquella camaradería y se preguntaba si algún día podría compartirla. Al cabo de un rato todo el mundo se sentó en los bancos. Uno de los sirvientes del castillo fue repartiendo grandes boles y cucharas de madera, contando en voz alta a medida que los entregaba. Luego hizo de nuevo el recorrido poniendo una gruesa rebanada de pan moreno y duro en el fondo de cada bol. Otro de los sirvientes llevó tazas de madera llenándolas de cerveza de una serie de grandes jarros. Jack, Martha y Alfred estaban sentados juntos en la parte final de la T, y cada uno de ellos recibió una taza de cerveza, por lo que no hubo motivo de pelea. Jack cogió su taza y se disponía a beber, pero su madre le dijo que esperara un momento.
Una vez escanciada la cerveza, se hizo el silencio en el salón. Jack esperaba, fascinado como siempre, a ver qué iba a ocurrir. Al cabo de un momento apareció el conde Bartholomew en el rellano de la escalera que bajaba desde su dormitorio. Descendió al salón seguido de Matthew Steward, tres o cuatro hombres bien vestidos, un muchacho y la criatura más bella que Jack jamás había visto.
No estaba seguro de si era una muchacha o una mujer. Iba vestida de blanco y su túnica tenía unas asombrosas mangas acampanadas que se arrastraban por el suelo mientras ella se deslizaba por la escalera. Su pelo era una masa de bucles oscuros enmarcándole la cara y tenía unos ojos oscuros, muy oscuros. Jack comprendió que eso era a lo que se referían las chansons cuando hablaban de una hermosa princesa de un castillo. No era de extrañar que todos los caballeros lloraran cuando la princesa moría.
Los Pilares de la Tierra. Ken Follet



La Torre Blanca contaba con estos retretes, que parecen bastante cómodos. 



Tower Hill, era un espacio abierto que separaba la torre del límite de la ciudad. Es ente lugar se llevaban a cabo las ejecuciones públicas.


Torre de Santo Tomás era la zona residencial en la Edad Media.



El Palacio Medieval. En la Torre de Santo Tomás (St. Thoma´s Tower) por la que además se accede al adarve, y que fue construida por Enrique III y su hijo Eduardo I, se construyeron los aposentos reales. Estas habitaciones sirvieron de lugar de residencia. En la actualidad podemos pasear por las estancias donde vivía Eduardo I.


Wakefield Tower (1220 - 1238) construida junto al río por Enrique III. 


En el interior de la Torre de Wakefield residió el rey Enrique III. 




La estancia contaba con una pequeña capilla privada, donde el monarca rezaba sus oraciones, y quedaba en paz con el Altísimo. 


En la planta baja, los soldados defendían los aposentos reales y la puerta de agua.



Lanthorne Tower (1220 - 1238), comunicada con la zona residencial, sirve para controlar el río, y proteger una de las zonas más vulnerables de la fortificación. 



La torre de la Sal (1230) sirvió para alejar en su interior a insignes prisioneros, como el rey escocés John Balliol, retenido aquí por Eduardo I.


La Cradle Tower (1348 - 1355), construida por Eduardo III, guardaba y protegía una de las puertas abiertas en el anillo exterior, que cercaba toda la fortaleza. Vista desde arriba parece un pequeño castillo.


Cradle Tower vista desde el exterior del recinto.


Broad Arrow Tower (1240) alojaba a la guarnición. Situada en el punto medio de la muralla oeste de la fortaleza, los soldados y ballesteros podían acudir raudos a cualquier punto donde fuesen necesarios. 



35 soldados guardaban la torre y protegían al rey. Desde este adarve podían defender la muralla y para protegerse las espaldas se colocaban mamparas de madera.


Expertos ballesteros eran sumamente eficaces en la defensa de las almenas. 



La Torre de Londres era una poderosa máquina de guerra. Su presencia ya era suficiente para disuadir a los enemigos del rey de proyectar un ataque. 


Martin Tower (1240) custodiaba en su interior las Joyas de la Corona. 



Tower Green es célebre por ser el lugar donde se dio muerte a tres reinas, dos lores y dos ladys, acusados de traición. Y el  caso es que no era este el sitio habitual para las ejecuciones, lo normal era hacerlo en Tower Hill. 


"Dulce visitante deténgase un rato, donde usted se encuentra la muerte cortó la luz de muchos días, aquí a los nombres engalanados les tajaron el fértil hilo de la vida, que en paz descansen mientras paseamos a las generaciones por sus conflictos y su coraje bajo esos agitados cielos".



La Torre de Londres también acogió durante siglos una casa de fieras, un zoológico primitivo para disfrute de reyes y nobles: monos, avestruces, serpientes, elefantes, leones e incluso un oso polar llegaron a vivir enjaulados entre rejas y muros. 



Un leyenda cuenta que el día que no haya cuervos en la Torre, caerá la monarquía inglesa. ¿Será por eso que los tienen enjaulados?. 


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