martes, 23 de diciembre de 2025

PAREDES DE NAVAS

 


Los versos de Jorge Manrique, el ocaso del Medievo y el Renacimiento en Tierra de Campos. Iglesias desproporcionadas para estos pequeños pueblos. La patria chica del Libertador de América. Localidad que también vio nacer al pintor Pedro Berruguete y a su hijo Alonso, cumbre de la escultura renacentista española. 
 



Aquí nació la madre del general San Martín, Gregoria Matorras del Ser. 

    Una villa con la entidad suficiente para contar con cuatro parroquias: Santa Eulalia, San Juan, San Martín y Santa María. 

 


Santa Eulalia. Un auténtico espectáculo, amalgama de estilos. Una torre rematada en estilo mudéjar con cuatro cuerpos románicos. 



Una pechina piramidal mudéjar del siglo XVI remata la torre más alta y poderosa de Santa Eulalia. Una cabecera del Renacimiento y tres naves góticas. 
 


Candidata a ser considerada la catedral de Tierra de Campos (con permiso, por ejemplo, de Santa María la Blanca de Villálcazar de Sirga). 

 


Un curioso personaje, tal vez un juglar, lo escudriña todo desde la altura que le proporciona el reloj de la torre de la iglesia. 

 




Santa María, imponente, lugar de celebración de la liturgia a la que asisten los lugareños. Hablando en plata, la parroquia del pueblo. Finales del siglo XV con reformas barrocas. 

 



La poderosa torre de la iglesia de San Juan en Paredes de Nava. La torre medieval ha resistido el paso del tiempo mejor que el resto del edificio. 



Si pasas por Paredes de Nava, Sofía es un buen lugar para llenar la panza.



    Iglesia de San Martín, desacralizada, sede del maravilloso e imaginativo museo de los Cuentos y la Ciencia, unidos ambos por un hilo bien visible. Maravillosa la obra de Rosana Largo Rodríguez

 





Alicia en el País de las Maravillas (o en Paredes de Navas).  

 


 

El Principito. 



Los viajes de Gulliver.  

 


Sirenita. 

 

Gruñón. 

 



La Madrastra. 



Blancanieves.  

 





Un Pinocho de inspiración veneciana.  



 

    Laguna de la Nava, en las proximidades de Paredes, el mar de la Tierra de Campos. 

 


Inmensas iglesias que se elevan en la llanura como auténticas catedrales. La riqueza cerealista explica la importancia de esta región durante la Edad Media y el Renacimiento, caminamos por el granero de Castilla. Su control era fundamental para abastecer a la población. Tierra porfiada por los reinos de Castilla y el de León. Su dominio fue una de las claves para el ejército sublevado durante la Guerra Civil.

 


Tierra de Campos, estepas que no son estepas. Las llanuras cerealistas castellanas son muy diferentes, en origen, a las inabarcables estepas asiáticas por las que nomadean tribus de pastores a caballo. Aquí esforzados labriegos modificaron el medio generación tras generación.

 


Jorge Manrique viendo pasar el tiempo en la que podría ser su  localidad natal.

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