Mostrando entradas con la etiqueta Marcomanos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Marcomanos. Mostrar todas las entradas

domingo, 9 de junio de 2013

VANGIONES



Los vangiones eran un pueblo germano que habitaban la región de Renania-Palatinado y tenían como capital Borbetomagus, la actual Worms. 

Según Tácito, que los considera sin género de dudas germanos, estaban asentados cerca del Rin.

"Pueblos germanos sin duda alguna habitan en la misma orilla del Rin: vangiones, tribocos y nemetes."

Germania 28. Tácito.

Plinio el Viejo también se expresa en términos similares, "Los pueblos de Germania que viven junto al Rin, en la misma provincia, son los németes, los tribocos, los vangiones [...]" Historia Natural IV, 106.

La ciudad de Borbetomagus, con un nombre que nos recuerda a los topónimos celta, se juega con Colonia y Tréveris, el honor de ser la ciudad más antigua de Alemania. En lengua celta Borbetomagus significa "asentamiento cerca del agua". En la mayoría de las ocasiones, no es posible dilucidar si un pueblo es germano o celta, ambas cosas, o ninguna. Ambos términos, son tan amplios, que a veces parece no significar absolutamente nada referirse a tal o cual pueblo, como celta o como germano. Con el tiempo Borbetomagus se latinizó bajo la forma de Vormatia. 

El gran ejército de Ariovisto, que fue derrotado por Julio César, contaba entre sus filas con un numeroso grupo de vangiones. 

"Sólo entonces, y a la fuerza, sacaron los germanos sus tropas del campamento y formaron por pueblos, a intervalos iguales, los harudes, los marcomanos, los tríbocos, los vangíones, los németes, los eudusios y los suevos, rodeando toda su formación con carromatos"
Julio César.
Guerra de las Galias I, 52. 


domingo, 10 de febrero de 2013

MARSIGNOS



Los Marsignos aparecen citados en la Germania de Tácito, situados más allá de Cuados y Marcomanos, junto a otros grupos como los osos o los burios. Algunos autores, como J.M. Requejo, los consideran pueblos celtas. 

Hacia atrás, los marsignos, cotinos, osos y buros limitan a los marcomanos y cuados por su parte posterior. De éstos, los marsignos y buros recuerdan a los suevos por su lengua y costumbres; la lengua gala de los cotinos y la canónica de los osos demuestra que no son germanos; también el que estén sometidos a tributos.
Tácito. Germania. 43

Otra posibilidad, teniendo en cuenta su ubicación geográfica en la Europa Centrooriental y su inclusión en una lista junto a osos y burios, es que los marsignos fuesen un grupo protoeslavo. De todas formas, y a pesar de sus costumbres similares a los Suevos, parece claro que no eran germanos. 

ETNOGRAFÍA DE LOS CUADOS




Los cuados eran un pueblo de Germania Oriental, primos hermanos de los marcomanos, por parte de padre, y de los sármatas, por parte de madre. 

Según el historiador Tácito hacia el siglo I d.C. , formaban, junto a semnones, longobardos, hermunduros y marcomanos, parte de los suevos. 

"Próximos a los hermunduros viven los naristos y, a continuación, los marcomanos y los cuados. La gloria y el potencial más importante pertenecen a los marcomanos, e incluso su mismo territorio lo conquistaron valientemente tras derrotar en un tiempo a los boyos. No desmerecen la raza los naristos y cuados"
Tácito. Germania 42. 

Habitaban en la Europa Centrooriental, tierras de Bohemia y Moravia (República Checa), al norte del Danubio, regiones a las que llegaron junto con los marcomanos, y de las que expulsaron a los anteriores pobladores celtas (como los boios). Vivían al oeste de los sármatas, separados de las provincias romanas de Panonia Superior y Valeria, por el Danubio.

Vecinos de los sármatas, aparecen unidos en muchas ocasiones, de ahí que se nos presenten mezclados y muy próximos, no solo por la vecindad, sino también por la similitud de costumbres y armamento.

"[...] los sármatas y los cuados se habían unido y habían llegado a un acuerdo por la cercanía y la semejanza de sus costumbres y de sus armas, y que estaban atacando Panonia y la Moesia Segunda mediante grupos dispersos"
Amiano Marcelino 17, 12, 1. 

Es bastante probable, que sármatas y cuados sincronizasen sus incursiones en las zonas controladas por los romanos. 

". . . los cuados y sármatas asolan los territorios de Panonia"
Orosio VII, 22, 7

"[...] los cuados, que habían compartido numerosas situaciones de peligro con los sármatas, a quienes, con frecuencia habían estado inseparablemente unidos en sus correrías"
Amiano Marcelino 17, 12, 8. 



Parece que los cuados, gustaban de habitar lugares elevados y poblados de bosques, como la Selva Hercinia (Selva Negra). Debemos hacer hincapíé, nuevamente, de la gran importancia, tanto económica como religiosa, que tenía el bosque para el germano. La espesa vegetación, los humedales y los numerosos árboles, servían también como inaccesibles refugios y se convierten en lugares propicios para tender trampas y emboscar al ejército invasor romano.

"En este lugar además se encuentra la Selva Hercinia y los pueblos suevos, los cuales habitan en el interior del bosque, como los cuados"
Estrabón VII, 1, 3


Los cuados, junto a los alamanes, son uno de los pueblos germanos cuya importancia es mayor en el relato del historiador tardoantiguo Amiano Marcelino, que describe muy bien su organización.

Entre los siglos I y IV d.C. los cuados aparecen frecuentemente combatiendo a Roma.

El primer contacto de Roma con los Dacios (86 d.C.), obligó a Domiciano a luchar también contra otros pueblos, como los sármatas, los marcomanos de Bohemia, y los propios cuados en Moravia.

Estando Panonia sin guarnición romana, los cuados se lanzaron a su conquista, y tuvo que acudir un ejército  romano de 20.000 hombres que fue derrotado.

Envalentonados, los cuados continuaron con su avance y trataron de apoderarse de la ciudad italia de Aquileya, en el mar Adriático, muy cerca de la frontera con Eslovenia. En esta ocasión si que fueron detenidos por las legiones de Roma.




En tiempos de Marco Aurelio, se unieron a los marcomanos, y fueron vencidos en el 175. 

"Efectivamente, al sublevarse estos pueblos de crueldad bárbara y de cantidad innumerable, esto es, los marcomanos, los cuados, los vándalos, los sármatas, los suevos y casi toda Germania"
Orosio VII, 15,8.

Durante este el siglo II, los cuados eran un pueblo aguerrido y temible, protagonistas de intrépidas campañas militares, fueron capaces de destruir Opitergium (en el Véneto) y del mencionado asedio de Aquileya. En el siglo IV, Amiano considera, que los cuados han perdido el esplendor de antaño.

"En ese momento no eran muy temidos, pero habían sido un pueblo belicoso y con mucho poder como demuestran sus rápidos ascensos y caídas del pasado, el que Aquileia fue asediada por ellos y por los marcomanos, la destrucción de Opitergio, así como muchas acciones sanguinarias culminadas en campañas muy rápidas. Por ello, cuando atravesaron los Alpes Julios, el emperador Marco Pío, de quien hemos tratado anteriormente, apenas pudo resistir"
Amiano Marcelino 29, 6, 1.

Los cuados volvieron al ataque durante el Imperio de Caracalla y en época de Galieno invadieron Panonia. En el 375 Valentiniano los expulsó, y desde este momento se confundieron totalmente con los suevos, formando parte de este contingente de pueblos en la "gran migración de los germanos". 

El emperador Valentiniano sentía la necesidad de proteger la frontera situada al otro lado del Danubio, concretamente el territorio ocupado por los cuados, y por este motivo los forzó a la guerra, invadiendo su espadio. Según nos informa Amiano, este espacio debía contar con enormes proporciones.

"Y es que Valentiniano, que desde el inicio de su principado había mostrado un gran afán por fortificar las fronteras - afán ciertamente excesivo -, ordenó que se levantara un campamento defensivo al otro lado del río Íster, en el interior del territorio de los cuados, como si estos formaran parte ya del suelo romano"
Amiano Marcelino 29, 6, 1.

El asesinato a sangre fría de su rey Gabinio, que parece ser ordenó Valentiniano, fue el motivo de una gran agitación generalizada entre los cuados, que devastaron a sangre y fuego las provincias de Panonia y Valeria.

"[...] el pueblo de los cuados, que había permanecido tranquilo durante mucho tiempo, se agitó de repente. [...] Y lo cierto es que, por bárbaros que fueran, tenían un motivo de queja".
Amiano Marcelino 29, 6, 1.

"Después, cuando el rey Gabinio pidió humildemente que no se intentara nada nuevo, simuló humanidad y, como si fuera a mostrarse de acuerdo, le invitó a que acudiera a un banquete junto a otras personas.
Pero cuando Gabinio salía del banquete, Marceliano hizo que le mataran, violando de forma criminal el deber sagrado de la hospitalidad.
Cuando el rumo de esta acción tan atroz se difundió por diversas regiones, hizo que se rebelaran los cuados y los pueblos cercanos. Éstos, llorando la muerte de su rey, reunieron y enviaron tropas de ataque que, después de atravesar el Danubio, atacaron a la gente que estaba ocupada en las tareas de la cosecha, ya que no esperaban ninguna hostilidad"
Amiano Marcelino 29  , 6, 5-6.

Sus ataques habitualmente estaban dirigidos sobre las fronteras romanas dirigidos contra las provincias de Valeria y ambas Panonias. Nos parece necesario distinguir, entre las ocasiones, pocas, que lo hacían en solitario, y las más frecuentes, en las que aliados con los sármatas invadieron las Panonias en 365, las dos Panonias y Valeria en el 373, y nuevamente, en el 375, las dos provincias de Panonia.

" [...] los suevos estaban atacando Recia, los cuados Valeria, y que los sármatas, el pueblo más experto en el pillaje, estaban devastando la Moesia Superior y la Panonia Segunda"
Amiano Marcelino 16, 10, 20. 

Los cuados, como otros muchos pueblos germanos, también sirvieron en el ejército romano, siendo destinados a las orillas del Éufrates y a la frontera meridional de la provincia africana. 

En las fuentes se nos muestra un pueblo dedicado al pillaje y la rapiña, siendo el robo el único objetivo de sus expediciones militares. Además, Amiano exalta su carácter bárbaro, cuando nos los presenta exultante, alegres y satisfechos tras haber destruido una ciudad y masacrado a su población.

También sobresale su capacidad mucho más dispuesta para la emboscada, la táctica de guerrilla, que para la batalla campal, el combate a campo abierto; siendo ágiles en rápidos ataques y veloces retiradas. Siendo su organización militar en pequeños escuadrones de gran movilidad.

Su carácter volátil, o más bien conscientes del verdadero peligro, se muestra en las numerosas ocasiones, en las que tras una derrota militar, se arrodillan ante sus vencedores y suplican una paz honrosa. Más de una vez, culpan de sus razzias a pequeños grupos de bandidos que nada tienen que ver con ellos (actuación similar a la de los lusitanos en la Península Ibérica). Para asegurar la paz, no tenían inconveniente en desprenderse de las armas, ni de entregar a sus propios hijos como rehenes a los romanos, a cambio de la fidelidad.

". . . al ver a nuestro ejército en el corazón de su reino y del suelo patrio, se echaron a los pies de nuestros soldados y, tras alcanzar el perdón, cumplieron lo que se les ordenó, eso es, entregaron a sus hijos como garantía de que estaban dispuestos a cumplir las condiciones impuestas, tras lo cual, sacaron las espadas que ellos veneran como divinas y juraron que iban a ser reales"
Amiano Marcelino 17, 12, 21.

Los cuados se dividían en diferentes pueblos (tribus/linajes) que ocupaban diferentes territorios; de ahí que en las fuentes aparezcan distintos reinos de los cuados. También se utiliza el término "pagi" para referirse a esas circunscripciones, al frente de cada cual había una jerarquía superior.

Las noticias sobre la campaña de 358 nos ofrece una muestra de la organización política de este pueblo germano; en ella se distinguen varios grupos y podemos extraer además algunas ideas sobre su concepción monárquica.



Tenemos las figuras de los reyes Arahario, que aparece al frente de una tropa mixta de cuados y transiugitanos, y de Vitrodo, hijo de Viduario. Podemos pensar en una monarquía claramente hereditaria y en cierto sentido compartida. Los reyes tendrían amplios poderes, aunque limitado quizás por la asamblea del pueblo en armas, tan típica de la organización políticosocial de los pueblos germanos.

"Es lo que hicieron Arahario y Usáfer, un noble destacado, generales de los ejércitos de sus pueblos y, de los cuales, el primero encabezaba al grupo de los transyugitanos y de los cuados y, el segundo a algunos sármatas, grupos muy unidos por la cercanía de sus tierras y por la fiereza de su carácter"
Amiano Marcelino 17 ,12, 12.

Junto a esta cúspide, denotamos la presencia de un conjunto de reyezuelos vasallos, por llamarlos de alguna manera, con un poder mucho más limitado y posiblemente dependiente de los anteriores. El caso más claro es el de Agilimundo.

"Entonces su príncipe Vitrodoro, hijo del rey Viduario, y su vasallo Agilimundo, así como otros nobles y oficiales, que encabezaban a varios pueblos . . ."
Amiano Marcelino 17, 12, 21.

La sociedad de los cuados tiene forma piramidal. En la cúspide se encuentran los reyes principales, compartiendo el poder, Arahario y Vitrodo.

El escalafón intermedio estaría formado por los mencionados reyes vasallo, Agilimundo, y un conjunto de grandes jefes militares (una especie de aristocracia), que extendían su poder sobre algunos grupos de cuados.



La base de la pirámide, sobre la que descansa todo el engranaje social y económico, está compuesta por los hombres libres; capaces de luchar y de trabajar.

En cuanto a la esclavitud no podemos ni afirmar, ni negar su existencia en algún momento de su historia. Lo cierto es que en esta época ya habría desaparecido.



La ganadería, especialmente la caballar, era su actividad económica más destacada. En general sus caballos eran superiores, en docilidad y rapidez, a los romanos. En el botín de guerra un elemento primordial eran los rebaños y todos los animales en general.

"Y una vez que mataron a la mayor parte, al resto se los llevaron prisioneros hasta su tierra, así como a una gran cantidad de ganado"
Amiano Marcelino 29, 6, 6.

Junto a la ganadería también practicaban la agricultura, aunque a mucha menor escala. La producción agrícola no les ofrecía suficientes garantías de subsistencia, por lo que se veían obligados, en numerosas ocasiones, a incluir el grano en los botines obtenidos mediante las expediciones de pillaje o razzias.

En un principio, el territorio ocupado por los cuados era de una gran inmensidad, por tanto contaban con amplias tierras para el cultivo. Esta abundancia de tierras podría explicar el escaso desarrollo de sus técnicas de cultivo, y por ende, de su productividad. Utilizarían técnicas similares a la agricultura de rozas.

Por otro lado, el carácter montañoso de su hábitat dificultaría en gran manera el cultivo de la tierra. Por estos  motivos, sus actividades económicas revisten un marcado carácter ganadero, que implicaba una mayor movilidad que otros pueblos germanos occidentales.

Los cuados pasaban por ser excelentes jinetes, algo típico de pueblos nómadas pastores y  ganaderos, que hacen de la monta una auténtica forma de vida.

"Recorren distancias enormes, ya cuando persiguen a otros o cuando regresan, montando a caballos veloces y dóciles, y llevando cada uno un caballo y, a veces, incluso dos, de manera que, al ir cambiando de montura, pueden recuperar las fuerzas y el vigor con descansos alternativos"
Amiano Marcelino 17, 12, 3. 

Su táctica bélica, como hemos mencionado antes, es la de las emboscadas, ataques vertiginosos y rápidas huídas. Para ello utilizaban sus rápidos y bien adiestrados corceles, a los que castraban para evitar que se sintiesen sobreexcitados ante la presencia de yeguas (enemigas). En este sentido, la fuerza principal de su ejército era la caballería.



El armamento era variado y contaba con corazas de cuero, escudos y largas lanzas, ideales para la carga de caballería o para ser arrojadas; también contaban con dardos y otras armas arrojadizas.  Para el combate cuerpo a cuerpo utilizaban las espadas.

"Estos pueblos, más hábiles en el pillaje que en combate abierto, disponían de lanzas bastante largas, y de escudos hechos con cueros pulidos y alisados, sujetos a sus ropas de hilo como si fueran plumas. La mayor parte de sus caballos suelen estar castrados para evitar que se escapen agitados al ver a alguna hembra, o para que no se revuelvan cuando están escondidos y evitar así que descubran a los jinetes con sus fuertes relinchos"
Amiano Marcelino 17 , 2, 2.


En cuanto a las creencias religiosas, los cuados, al igual que otros pueblos esteparios de pastores nómadas como los hunos, veneraban las espadas. Entre los pueblos mencionados era costumbre adorar una espada clavada en la tierra.

"[....] sacaron las espadas que ellos veneran como divinas y juraron que iban a ser leales."
Amiano Marcelino 17, 12, 21. 

lunes, 14 de enero de 2013

LOS BOIOS, BOLONIA Y BOHEMIA.


Los boios, una de las tribus galoceltas de mayor movilidad, parece ser que dieron nombre tanto a la ciudad italiana de Bolonia, como a la región de centroeuropa conocida como Bohemia.  
Praga duerme tranquila a orillas del Vlatava
Procedentes de la Galia Cisalpina, diferentes grupos de boios comenzaron una diáspora por las tierras adyacentes. Algunos contingentes de boios, acompañados de los senones, atravesaron los Alpes,  penetrando en Italia, se precipitaron hacia el valle del Po y arrebataron a los etruscos las ciudad de Felsina. Felsina se convirtió en capital de los boios y cambió su nombre por el de Bononia, que posteriormente se convertiría en Bolonia. 
el rincón más bonito de Bolonia, la Piazza Maggiore y la Piazza dei Neptuno
Otras bandas de boios siguieron un itenerario diferente alcanzando Centroeuropa. Las tierras en las que se asentaron recibieron el nombre de Bohemia, una de las tres regiones históricas de la  República Checa, que al parecer significa "morada de los boios". Hacia el siglo I d.C. fueron expulsados de Bohemia por los marconamos de Marboduo. 

Espectacular imagen de Praga, la hermosa capital de Bohemia.
Uno de los principales núcleos de poblamiento boio en Bohemia, situado al sur de Praga, fue el oppida de Závist.





miércoles, 31 de octubre de 2012

MARBODUO


Maroboduo (c. 18 a.C. - 37 d.C.), rey de los marcomanos, fue uno de los primeros gobernantes germanos en crear un poderoso, y por momentos estable, estado allende de sus territorios originales.

Nacido en una familia de nobles marcomanos, pasó su juventud en Italia, durante el imperio de Augusto, pero hacia el 9 a.C. regresó a su tierra natal y se puso al frente de su pueblo.

“Ciertamente, había estado allí de joven gozando del favor de Augusto; pero volvió para hacerse con el poder.”
Estrabón. VII. 1,3.

Las legiones romanas amenazaban las cuencas del Rin y el Danubio, su avance parecía imparable, no quedarían pueblos libres por estas tierras. En este contexto de invasión, Druso encontró a los marcomanos y a los hermunduros junto al Main, los derrotó (año 9 a.C.) obligándoles a desplazarse hacia el este.

Marboduo guió a los marcomanos, y contingentes de otras tribus germanas, a unas tierras resguardadas por el Danubio, la Selva Hercinia y los Alpes, nos referimos a la actual Bohemia. Tras expulsar de Bohemia a los boios, que estaban asentados aquí desde el siglo V a.C. y que dieron el nombre a la región, estableció un estado fuerte. Los boios que quedaron en la zona quedaron absorvidos e integrados por los marcomanos invasores.

“En este lugar se encuentra la Selva Hercinia y los pueblos suevos, los cuales habitan en el interior del bosque, como los cuados; y en cuyo territorio se localiza además Boihemo, sede real de Marobodo; un lugar hacia el que dicho rey trasladó a muchas otras gentes y, en particular, a su propio pueblo, los marcomanos”.
Estrabón VII. 1,3.

Augusto planteó destruir el nuevo estado marcomano que estaba convirtiéndose en un serio peligro para los intereses de Roma en el Corazón de Europa, las tropas romanas llegaron hasta el Albia, actual Elba, y de esta forma, Bohemia quedaba rodeada.

En el año 6 d.C. Tiberio tenía todo preparado para asaltar el estado marcomano. Marboduo llevaba años entrenando a sus tropas para el decisivo enfrentamiento, contando con unos 75.000 guerreros. Pero cuando las legiones romanas estaban prestas para acometer la invasión, estalló una rebelión en la retaguardia, en Iliria, Panonia y Dalmacia, dirigidas por el caudillo Batón. Tiberio hubo de detener la ofensiva para sofocar la revuelta. Además firmó una tregua con Marboduo, reconociéndolo como rey y aliado de Roma. Que Roma te reconozca como amigo es preludio casi seguro de traición, tal y como hicieron con el lusitano Viriato.

En otro orden de cosas, el año 9 d.C. tuvo lugar el desastre de Teotoburgo, y el querusco Arminio, con la idea de atraerse para su causa a Marboduo, le envió la cabeza de Varo. El rey marcomano entregó la cabeza a los romanos, y permaneció neutral en la guerra de venganza que siguió.

La rivalidad con Arminio aumentó, pero para Roma, Marboduo seguía siendo un escollo que frenaba su política expansiva. Ante esta tesitura, desde la Ciudad Eterna se promovió la disención interna dentro del reino marcomano. Catualda, al parecer un noble exiliado por Marboduo, regresó y con el apoyo de otros nobles, a los que Marboduo había retirado sus privilegios, derrotaron al rey.

Marboduo huyó a Italia, pidió asilo, y vivió sus últimos días en Rávena, recluido por Tiberio.

“Maroboduo, por todos abandonado, no tuvo más remedio que apelar a la misericordia del César. […] Maroboduo, efectivamente, fue instalado en Rávena”
Tácito. Anales. II, 63.
 

martes, 30 de octubre de 2012

GERMANIA DE TÁCITO (XV)




41  Esta facción de los suevos se extiende hasta la parte más interior de Germania; más cerca de nosotros (sigamos ahora el curso del Danubio, como antes el del Rin) está la tribu de los hermunduros, fiel a los romanos; por esta razón, son los únicos de los germanos que mantienen relaciones comerciales, no sólo en la orilla, sino tierra adentro, en la más espléndida colonia de la provincia de la Recia. Pasan la frontera por doquier y sin guardianes, y, mientras que a los demás pueblos les mostramos sólo las armas y los campamentos, a éstos les abrimos nuestras casas y fincas, porque no las ambicionan. Entre los hermunduros nace el Elba, río otrora famoso y conocido; hoy apenas se le menciona

42    Próximos a los hermunduros viven los naristos, y, a continuación, los marcomanos y cuados. La gloria y el potencial más importante pertenecen a los marcomanos, e incluso su mismo territorio lo conquistaron valientemente tras derrotar en un tiempo a los boyos. No desmerecen la raza los naristos y cuados. Y ésta es, por así decirlo, la fachada de la Germania en la zona que la bordea el Danubio. Los marcomanos han conservado hasta nuestra época reyes de su propia nación, noble linaje de Maroboduo y Tudro (ahora soportan monarcas extranjeros), pero la fuerza y el poder de sus reyes proviene de la autoridad de Roma; raras veces reciben nuestro apoyo militar, más frecuentemente de tipo económico, aunque no por ello son menos poderosos.

43      Hacia atrás, los marsignos, cotinos, osos y buros limitan a los marcomanos y cuados por su parte posterior. De éstos, los marsignos y buros recuerdan a los suevos por su lengua y costumbres; la lengua gala de los cotinos y la canónica de los osos demuestra que no son germanos; también el que estén sometidos a tributos. Los sármatas les imponen parte de tales tributos; parte, los cuados, como si fueran extranjeros; los cotinos, para mayor vergüenza, trabajan incluso minas de hierro. 

Todos estos pueblos se asentaron en algunas llanuras, pero sobre todo en desfiladeros y cimas de montañas. Una cadena de montes separa y divide Suevia, al otro lado de la cual viven muchos pueblos, entre los que el nombre de los ligios es el más extendido y comprende muchas tribus. Bastará nombrar a las más poderosas: harios, helvecones, manimos, helisios, naharvalos. En el territorio de los naharvalos es notorio un bosque perteneciente a una añeja religión. La preside un sacerdote con atavío femenino, pero, según una interpretación romana, recuerdan a los dioses Cástor y Pólux. Tal es la esencia de esta divinidad; su nombre, Alcis; ninguna imagen, ninguna huella de creencia extranjera; sin embargo, se les venera como a dos hermanos, como a dos jóvenes. 

Por lo demás, los harios, aparte de su fuerza, en la que superan a los pueblos citados, siendo feroces como son, favorecen su ferocidad con artimañas y aprovechando las ocasiones: con escudos negros y cuerpos untados, escogen noches muy oscuras para sus combates e infunden terror con el solo miedo que produce su aspecto de ejército espectral, sin que ningún enemigo soporte esa visión inusitada y como de otro mundo, pues en todas las batallas los primeros en ser vencidos son los ojos. 

Tras los ligios están los gotones; con régimen monárquico, con una sujeción algo mayor que la de los restantes pueblos germanos, aunque no tanto como para suprimir su libertad. A continuación, nos encontramos por la parte del Océano a los rugios y lemovios. Típicos de todos estos pueblos son los escudos redondos, las espadas cortas y la sumision a sus reyes.   

jueves, 1 de julio de 2010

BOIOS O BOYOS



Pueblo de raigambre celta originario de la Galia, que practicaban el rito crematorio desde época temprana. Emigraron a la Galia Cisalpina, pero es posible que dieran nombre a la actual Bohemia, que parece significar “morada de los boios”. Se asentaron en Bohemia en el siglo V a.C. y fueron expulsados por los marcomanos hacia el siglo I d.C.Penetraron en Italia hacia el año 400 a.C. junto a los senones, y se asentaron en el valle del Po. La ciudad etrusca de Felsina cambió su nombre por el céltico Bononia (Bolonia), ciudad que se transformó en capital de los boios. En el año 218 a.C. y en el trascurso de la Segunda Guerra Púnica, ofrecieron su apoyo a las tropas de Aníbal. Algunos años más tarde, en torno al 191 a.C. fueron vencidos por Roma definitivamente, sufriendo crueles represalias y siendo deportados al otro lado de los Alpes. En definitiva los boios se dividían en dos grupos: uno cisalpino, sometido por Roma en 191 a.C. y otro de Bohemia, vencido por César en 58 a.C.


De sus luchas contra Roma, el historiador Polibio escribe lo siguiente: " Los insubrios y boios entraron en la contienda con sus calzones y sayos ligeros rodeados al cuerpo. Pero los gesatos, ya por vanidad, ya por valor, los arrojaron y desnudos se situaron los primeros del ejército con solas sus armas, suponiendo que de este modo estarían más desembarazados y libres de que las zarzas que había en ciertos parajes se les enredasen en los vestidos e impidiesen el manejo de las armas”.

En el mismo texto, el propio Polibo cita a Aneorestes como el rey de los boios, que una vez son derrotados decide huir y darse muerte.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...