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miércoles, 4 de mayo de 2016

CROACIA INTEGRANTE DEL REINO DE HUNGRÍA.




Comerciantes venecianos, soldados, trabajadores y campesinos croatas, y nobles húngaros, convivieron (más mal que bien) y dejaron su impronta en este hermoso país balcánico. Posiblemente esa mezcolanza sirva para explicar el carácter afable y acogedor de sus gentes. Durante los siglos plenomedievales gran parte de la Croacia actual estaba integrada en el Reino de Hungría, el reino medieval más poderoso de Europa Centro-Oriental. Magiares y venecianos pugnaron durante décadas por el control de la costa dálmata. La superior flota de la república de San Marcos acabó triunfando en el mar y llevándose (y nunca mejor apuntado) el gato al agua.


El reino de Croacia, unificado y fundado por Tomislav I en 925 perdió su independencia nominal con la muerte del rey Dimitar Zvonimir en 1091. Sin la existencia de un sucesor, su viuda, Helena de Hungría, ofreció el trono a su hermano Ladislao  , rey de Hungría. Una parte de la nobleza croata eligió a su propio rey Petar Svacic. Durante unos años, en los que se produjo la muerte de Ladislao, la coronación de Colomán y la intromisión de Venecia, la situación política en Croacia era confusa e inestable, hasta que en 1097 se produce el choque armado entre húngaros y croatas en la batalla de la montaña Gvozd. El enfrentamiento finalizó con la muerte del aspirante croata y la coronación de Colomán , llamado el Bibliófilo, como rey de Croacia. Desde este momento y a lo largo de ocho siglos Crocia quedó vinculada a Hungría hasta la disolución del Imperio Austro-Húngaro al finalizar la Primera Guerra Mundial.


Los magiares utiizaron las fortalezas, como la de Klis para defender la región. Primeramente de los venecianos que constantemente intentaban someter la costa de Croacia. Tras varios vaivenes (Zara cambió varias vences de manos) a partir de 1420 la República de San Marcos se implantó en la región de forma perdurable. El otro enemigo al que tuvieron que hacer frente eslavos y húngaros unidos fueron los turcos del Imperio Otomano. Ladislao I fundó el obispado de Agram (Zagreb ) y en general los monarcas húngaros patrocinaron la implantación del catolicismo en el país, de forma paralela al crecimiento de la iglesia ortodoxa en la vecina Serbia. El rey de Hungría delegaba en un ban (una especie de virrey) el gobierno de Croacia, que en la práctica funcionaba de forma autónoma y contaba con su propia dieta. Algunos de estos banes, como Belos Bukanovic, pertenecían a la aristocracia eslava.  

lunes, 4 de abril de 2016

ESTEBAN II DE HUNGRÍA.



Por las venas del rey Esteban II corría sangre magiar y sangre normanda, pero recibir el legado de estas estirpes marciales no fue suficiente para convertirle en un gran guerrero. Esteban era el hijo del monarca húngaro Colomán I, llamado el Bibliófilo, y de su esposa Felicia de Sicilia (hija del normando Roger I de Sicilia), y recibió la Santa Corona tras la muerte de su progenitor.

El gobierno de Esteban II fue un cúmulo de sucesivas derrotas militares, pues fracasó en todas las campañas que inició en el exterior, frente a Bohemia, Ucrania, además de perder el control sobre Dalmacia. Únicamente fue capaz de contener a los venecianos. De puertas hacia dentro también tenía grandes problemas, causado por los señores que apoyaban a su tío Almos. Unos años antes, Colomán, en disputa por el trono con su hermano Almos ordenó cegarlo a él y a su hijo pequeño Bela. Como el reinado de Esteban II estuvo marcado por los continuos conflictos bélicos, el reino acabó padeciendo un fuerte retroceso económico.

Esteban nunca consiguió engrendrar hijos y en el lecho de muerte recordó a su primo Bela. Lo convocó a la corte, acordó su matrimonio con una princesa serbia que iba a ser determinante en su vida – Helena de Raskia – y le nombró sucesor y heredero. ¿Quiso Esteban reparar con este gesto todo el mal que su padre había infligo a Almos y a Bela?.


domingo, 20 de marzo de 2016

GEZA I REY DE HUNGRÍA.



Ser hijo (y heredero) de un rey durante la Edad Media era de todo menos fácil y placentero. Mucho antes del surgimiento del Estado Moderno y el establecimiento de unos mecanismos de sucesión fiables, llegar a reinar era una cuestión de confianza, fuerza y apoyos. Una especie de democracia aristocrática, en la que cualquier individuo, en un momento determinado, y gracias al apoyo de otros nobles, clérigos y familiares, podía convertirse en rey. Geza I de Hungría, junto a sus hermanos Ladislao  y Lampert, peleó duro para convertirse en el séptimo rey del joven Reino de Hungría.

Cuando murió su padre, Bela I , el primo de Geza,  Salomón , se convierte en nuevo rey, y aunque en principio Geza huyó con su hermano a Polonia, al poco tiempo decide regresar y apoyar a su primo. Todos los primos juntos vencieron a los pechenegos y también se enfrentaron a los bizantinos, pero los egos terminarían por socavar el frágil equilibrio existente en la corte magiar. En 1074 Geza junto con sus inseparables Ladislao y Lampert, derrotó a Salomón en la batalla de Mogyorod. Como consecuencia de la derrota Salomón se refugió en tierras imperiales llevándose consigo la corona húngara, y Geza fue coronado rey gracias a una corona enviada por el emperador bizantino Miguel VII Ducas. El papa Gregorio VII reconoce rey a Geza I, en un capítulo más del conflicto a gran escala que enfrentaba a Papado e Imperio; la Querella de las Investiduras.


Geza I, conocido como “Magno” gobernó poco tiempo, pero tuvo tiempo de fundar una abadía benedictina en Garamszentbenedek, construir la basílica de Vak y cambió la fecha de celebración del mercado del sábado al domingo, para impedir que participasen los comerciantes judios. El rey húngaro contrajo matrimonio con Sofia de Looz, hija de un noble belga, con la que tuvo varios hijos, entre ellos Colomán el Bibliófilo y Almos el Ciego. Cuando enviudó, Geza se casó con una aristócrata bizantina llamada Sinodia.

Cuando murió Geza, sus hijos aún eran menores de edad, y fue sucedido por su hermano Ladislao, que se convirtió en San Ladislao, y al que Geza había confiado la educación de Colomán y Álmos.


martes, 8 de diciembre de 2015

BORIS KOLOMANOVIC.




Un caballero andante que quiso protagonizar su propio destino, pero los hados le dieron siempre la espalda. Boris Kolomanovic era hijo no reconocido del rey húngaro Colomán, que había repudiado a su esposa la princesa Eufemia de Kiev. Boris, que nació cuando su madre se encontraba en el exilio, pasó toda su vida recabando apoyos para asaltar el trono que consideraba suyo, hasta el punto de convertirse en una incómoda sombra que acechó sucesivamente a tres monarcas, Esteban II, Bela II “el Ciego” y Geza II. Deambulando de corte en corte buscaba Boris la oportunidad propicia para coronar su destino con la Santa Corona.

Se entrevistó con el emperador bizantino Juan II Comneno y ante su negativa llegó a Polonia. En colaboración con el duque Boleslao III Bocatorcida, reunió un ejército para ser derrotado por Bela II en la batalla del río Sajo (1132). A pesar de morder el polvo, Boris volvió a levantarse, y como el que busca encuentra, halló un aliado en el duque de Baviera Enrique II de Austria, y juntos ocuparon la ciudad de Bratislava. Expulsados de la actual capital eslovaca por el rey Geza y el ban Belos, su siguiente paso fue atravesar Hungría escondido entre las huestes cruzadas, que al mando del rey francés Luis VII, cruzó el país magiar, acabando nuevamente en Constantinopla.

Obstinado e inasequible al desaliento, Boris buscó aliados por todos lados, valiéndose de la tensión y el deterioro, más o menos circunstancial, de las relaciones diplomáticas de Hungría con sus vecinos polacos y alemanes, sin dejar nunca de mirar esperanzado hacia Oriente. Boris Kolomanovic, un hijo ninguneado por su padre, luchó toda su vida, para morir sin pena ni gloria, combatiendo a los cumanos en una escaramuza sin importancia.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

FELICIA DE SICILIA.



Los reyes húngaros medievales gustaban de buscar esposas en otros países, de esta manera estrechaban lazos y afirmaban alianzas con otros estados. La siciliana Felicia, hija del normando Roger I, llegó a Hungría acompañada de una pequeña escolta para contraer matrimonio con Colomán el Bibliófilo en la ciudad de Szekesfehervar. Este matrimonio formaba parte de una política que trataba de reforzar las relaciones entre el Reino de Hungría y Sicilia en contra de la República Veneciana, la potencia que intentaba dominar todo el Mediterráneo. Felicia, llamada Busila en Hungría, tuvo una hija, Sofia, y un hijo, Esteban, que sucedió a su padre como Esteban II. Cuando Felicia murió, Colomán se casó con la princesa Eufemia de Kiev.  

sábado, 21 de noviembre de 2015

EL DÍA SANGRIENTO DE ARAD.



La Humanidad no es inocente. Muchas familias tienen las manos manchadas de su propia sangre. Traición y venganza perviven unidas por un hilo prácticamente invisible y ciertamente indestructible. El rey húngaro Colomán, paradójicamente célebre por su sana afición a la lectura, temeroso de la creciente influencia de su hermano Almos, en un alarde de impiedad, ordenó encarcelarle y cegarle. No terminó ahí la barbarie, pues Almos tenía un hijo pequeño de cinco años, llamado Bela, que también padeció tan cruel tormento. 

Bela demostró ser una persona perseverante, fuerte y resistente, sobrevivió a las terribles heridas, y consiguió sentarse en el trono húngaro después de la muerte de su primo Esteban II, hijo de Colomán. Bela no olvidó la mutilación sufrida, y animado por su esposa serbia, Helena, planificó su venganza como debe ser, con tiempo y con la mente bien fría. En un momento de su reinado convocó a nobles y a otros grandes hombres a una importante reunión en la ciudad transilvana de Arad, hoy en territorio rumano. Todos los que acudieron a la cita fueron obligados por Belos Vukanovic (el fornido cuñado de Bela) espada en mano, a confesar y admitir públicamente ser partícipes del complot para arrestar a Almos y Bela, y participar voluntariamente en la mutilación de padre e hijo. Los culpables fueron pasados a cuchillo, sin piedad ni miramientos. Se cuenta que la esposa de Bela, Helena de Rascia, acudió a la reunión para asegurarse que todas aquellas sabandijas fuesen ejecutadas, pues no podemos olvidar que Bela era ciego. La sala quedó cubierta de sangre, miembros cercenados y de cuerpos sin vida. Aquella jornada ha pasado a la historia como “el día sangriento de Arad”. La venganza se había cumplido. 



viernes, 30 de octubre de 2015

HUNGRÍA, UNA PARADA HACIA TIERRA SANTA.



Durante el desarrollo de las Cruzadas el reino de Hungría se convirtió en lugar de paso obligado para millares de soldados de Cristo. En algunas ocasiones, fueron más un problema que una bendición para el pueblo húngaro. En otras ocasiones, los propios monarcas húngaros fueron adalides de la Cruz en tierra infiel. 

A finales del siglo X el rey húngaro Esteban I abrazaba el Cristianismo, y de esta manera s inauguraba una ruta terrestre, que siguiendo el curso del Danubio a través de los Balcanes conducía a Constantinopla a centenares de peregrinos que procedentes de Europa Occidental buscaban llegar a los Santos Lugares. Estos pereegrinos podían viajar con poco riesgo a través de tierras magiares, para cruzar la frontera bizantina en Belgrado y continuar luego hasta la capital de Bizancio pasando previamente por Sofia y Adrianopolis. 

Un siglo después serían los cruzados los que emprendieron este camino. En mayo de 1096 un ejército franco había descendido por Hungría y habia entrado en tierras del Imperio a través de Belgrado, ciudad centinela del Danubio. El propio rey Colomán había concedido permiso a los ejércitos cristianos, que en esta ocasión no provocaron ningún incidente desagradable.

No ocurrió lo mismo con los siguientes ejércitos que llegaron a Hungría a principios de verano, que venían de masacrar judíos a su paso, y estaban decididos a continuar con sus matanzas, saqueos y desmanes en tierras húngaras. Pero los magiares no permitieron una conducta así y atacaron y dispersaron a los cruzados. El rey Colomán organizó sus tropas, los cercó y los obligó a devolver todo lo que habían robado: vino, cereales, bueyes, ovejas...

La situación cambió cuando Godofredo de Bouillón, llamado a triunfar en la primera cruzada, llegó a la frontera de Hungría y con buenas palabras convenció a Colomán, un tanto desconfiado de los caballeros occidentales, de que les dejase atravesar su reino. El propio Godofredo se ocupó personalmente de mantener la concordia entre sus hombres, que cruzaron el país magiar sin provocar ningún tipo de altercado. 

Guillermo IX duque de Aquitania y el emperador Federico Barbarroja, fueron otros de los caballeros cruzados que alcanzaron Tierra Santa después de atravesar la gran llanura panónica que pertenecía al Reino medieval de Hungría. 



domingo, 17 de mayo de 2015

TROGIR, UN PEDACITO DE VENECIA EN CROACIA.



Esta pequeña ciudad levantada en una diminuta península, completamente rodeada por los v´vívidas aguas del mar Adriático, está considerada como el mejor conservado complejo románico gótico de Dalmacia. Razón no le falta al que haya lanzado esta afirmación, pasear por sus calles es retroceder a los últimos años de la Baja Edad Media.


Un estrecho canal separa el caso histórico del continente, y el Castillo del Kamerlengo y un recio torreón de planta circular protegen la ciudad isla.


La Catedral de San Lorenzo es el templo más importante de Trogir, fue comenzada en el siglo XIII, pero sus continuas reformas hacen de ella una iglesia ecléctica donde podemos observar elementos de diferentes estilos. Lo mas destacado de la catedral es su portada occidental esculpida por el maestro Radovan.


El viejo ayuntamiento, Gradska vijécnica, situado en la (plaza) trg Ivana Paula II es la sede del poder político. En 1890 fue construido en el mismo lugar que ocupaba el Palacio del Duque.


Tragurión tiene su origen en el siglo III a.C. cuando comerciantes griegos llegaron hasta aquí y construyeron un importante puerto con un doble objetivo; servir de escala para viajes más largos y como mercado en el que comerciar con las poblaciones dálmatas de la región. Algunos siglos después los romanos sustituyeron a los griegos.


Desde los convulsos siglos de la Antigüedad Tardía, el rápido crecimiento y pujanza de la cercana y poderosa Split , redujo considerablemente la importancia y la prosperidad de Trogir, viendo frenada sus aspiraciones a convertirse en la potencia comercial de la región.


Los comerciantes y ciudadanos de Trogir comenzaron a pagar tributo a los reyes eslavos de Croacia desde el siglo IX y en 1107 quedaron bajo la autoridad del rey húngaro Colomán I . De esta manera Trogir consiguió su autonomía como comuna urbana independiente. En los siglos siguientes (XII - XIV) la poderosa familia Subic se hizo con el control del Ducado de Trogir.


Al igual que la mayor parte de la Costa de Dalmacia, Trogir quedó bajo el control directo dela República de Venecia desde 1420, hasta la desaparición definitiva de la Serenissima República de San Marco por decisión de Napoleón.


Un complejo arquitectónico perfectamente conservado, donde confluyen diferentes estilos artísticos; románico, gótico, renacentista y barroco.



Trogir, antigua Tragurion, se asemeja en casi todo a su alma mater, es como una Venecia en miniatura, sus calles, los arcos de sus ventanas, sus iglesias, su vocación comercial y marinera, y sobre todo, vivir volcados hacia el mar.  

martes, 2 de diciembre de 2014

PIROSKA DE HUNGRIA.


Mosaico al estilo bizantino en la Iglesia Votiva de Mohacs.
Santa Piroska, princesa húngara hija del rey santo Ladislao I y Adelaida de Suabia. Huérfana a los dos años, su primo Colomán se encargó de ella y la entregó como esposa a Juan II Comneno, en una época de entendimiento entre ambos estados.


Piroska abrazó la fe ortodoxa, adoptó el nombre de Irene y se convirtió en emperatriz de Bizancio. A pesar de residir en Oriente, jamás se desentendió de Hungría y siempre se mostró dispuesta a recibir embajadas magiares, caballeros y misioneros húngaros, y en ocasiones sirvió de perfecta intermediario entre el Imperio y el Reino.  

martes, 21 de octubre de 2014

KOLOMÁN DE HUNGRÍA, LLAMADO EL BIBLIÓFILO.



Cuerpo débil, pero mente brillante. Colomán, llamado "el Bibliófilo" reinó con éxito en Hungría, desarrollando una fructífera actividad legislativa, abriendo el reino a las influencias culturales de Occidente y ampliando las fronteras gracias a sus conquistas en Dalmacia.

Nadie apostó por él, por eso, cuando murió San Ladislao, rey de hungría, el elegido para sucederle fue su sobrino Álmos (conocido como el Ciego), que se había preparado en el oficio de las armas y había ejercido de regente en Croacia.

Colomán (Könyes Kálmán) más débil físicamente, jorobado y malformado si hacemos caso a las malas lenguas, fue educado para servir a Dios. Enviado a un monasterio llegó a convertirse en hombre de gran cultura, y aunque desconozcamos el como, el caso es que Colomán, el debilucho Colomán, fue capaz de destronar a su hermano Almos y sentarse en el trono de los magiares. Como compensación Almos fue nombrado duque del Principado de Nitra.


Hombre versado y muy práctico, Colomán continuó con la labor legislativa de San Esteban y San Ladislao, y redactó cinco códigos de leyes con la ayuda inestimable del Consejo Real y de los Concilios.

Mas los celos fraternales son difíciles de tratar, y Almos regresó a por lo que él consideraba suyo. En dos ocasiones intentó derrocar a su hermano, pero en las dos ocasiones fracasó. Colomán ordenó cegarlo, incluyendo en el castido al hijo de Almos, Bela. Incapacitar a la gente de esta manera tan brutal era moneda corriente en la Edad Media. Luego le arrebató el Principado de Nitra (significó su fin) y enclaustró a ambos en un monasterio.

A pesar de su fama de hombre con malformaciones físicas, Colomán también desempeñó una más que aceptable carrera militar. Aprovechó el ejército que su tío Ladislao había preparado para acudir al llamamiento de Cruzada, y lo utilizó para subyugar Croacia, de tal manera que consiguió extender su autoridad sobre las principales ciudades de Dalmacia, Zadar, Spalato y Ragusa, y de paso proteger la región de las apetencias venecianas.

Colomán contrajo matrimonio con Felicia de Sicilia, la hija de Roger I de Altavilla, y fruto de esta unión fue su sucesor Esteban (II). Tras la muerte de su primera esposa, Colomán volvió a casarse, esta vez con Eufemia de Kiev, la hija del Gran Príncipe Vladimir II Monómato.


La ciudad de Budapest recuerda a su rey Colomán en la Plaza de los Héroes.  

domingo, 5 de octubre de 2014

PLAZA DE LOS HÉROES DE BUDAPEST



Uno de los lugares más espectaculares de Budapest es la Plaza de los Héroes (Hosok tere). En el lugar donde desemboca la Avenida Andrassy (Andrassy Ut) una de las principales calles de la capital magiar, se construyó en 1896 la Plaza de los Héroes y el Monumento al Milenario, en el año 1896 para conmemorar el primer milenio de la fundación del Reino de Hungría por el rey San Esteban.


La Plaza de los Héroes está presidida por este monumento, que está rematado por la cuádriga del señor de la guerra (Rydwan)


En el centro aparecen Arpad y los otros seis líderes tribales húngaros. A un lado y otro de los caudillos magiares se disponen en dos hileras algunos de los reyes y próceres más destacados de los mil años de monarquía húngara.


San Esteban I


San Ladislao I


Colomán, llamado el Bibliófilo.


Andrés II


Bela IV


Carlos I Roberto


Luis I el Grande


Janos Hunyadi


Matías Corvino


Esteban Bocskai


Gabriel Bethlen


Emérico Thököly


Francisco II Rákóczi


Luis Kossuth


El arcángel Gabriel, con la cruz de San Esteban en un mano y la Santa Corona en la otra, domina desde los cielos todo el conjunto, velando además por la seguridad de todos los habitantes de Budapest.

...otras maravillas de Budapest, Budapest, la Perla del Danubio


viernes, 5 de septiembre de 2014

SZEKESFEHERVAR, LUGAR DE CORONACIÓN Y PANTEÓN DE LOS REYES HÚNGAROS.



La antigua capital del Reino Medieval de Hungría. Ajada por los años, trata de mostrar al visitante algunas pinceladas de su belleza. Su trazado actual, sus edificios y sus colores no me recuerdan a nada parecido que haya visto en mis viajes por Europa.


Sus calles son un museo de estatuas de los reyes medievales húngaros, desde Esteban el Grande hasta Matias Corvino. Sus edificios emblemáticos fueron arrasados, pero sus habitantes muestran orgulloso su pasado y su historia. Vinculados a la casas de Arpad, una familia que forjó un estado, un reino, que fue paradigma del Catolicismo y baluarte frente al turco. Y una de sus sedes regias fue Szekesfehervar. Un pedazo importante de la historia de Hungría.

Luis I
A medio camino entre Budapest, la capital, y el Lago Balatón, destino turístico, se sitúa Szekesfehervar, una ciudad de nombre impronunciable para nosotros hispanohablantes, y parte imprescindible de la historia de su país. Fue Szekesfehervar, y no Visegrad, la primera capital de Hungría y la Sede Regia de la Dinastía Arpad.


Szekesfehervar fue además, y durante siglos, el lugar de coronación y enterramiento de los monarcas húngaros. Precisamente su toponimia está relacionado con esta función, su nombre significa algo así como "la sede en el castillo blanco": Szek (sede) feher (blanco) var (castillo). Por otra parte, en las fuentes medievales aparece con su nombre latino; Alba Regia.

Príncipe Geza
La ciudad fue fundada en el 972 por el Gran Duque Geza, que estableció aquí su residencia principesca, ya que era un lugar seguro, situado en el monte y rodeada por pantanos. Fortificó su palacio, como era pertinente en la época, con zanjas y murallas, y erigió una de las iglesias más antiguas del país, en estilo bizantino.

San Esteban
Sería en los albores del segundo milenio, y bajo el reinado de San Esteban, cuando Szekesfehervar alcanzó su máximo desarrollo e importancia, y se convirtió en testigo de acontecimientos trascendentales de la historia de Hungría y del pueblo magiar.

Rey San Ladislao.
Durante el reinado de Esteban I la ciudad fue un asentamiento muy densamente poblado, rodeado por empalizadas y murallas levantadas con tierra. El rey se ocupó de consolidar el papel de sede regia de Szekesfehervar. Ordenó edificar la Capilla Palatina como Iglesia de Coronación y Panteón Real.


La basílica del Rey Esteban contaba entre los edificios más monumentales de la Europa del año mil y uno de los edificios más destacados del reino húngaro durante cinco siglos. En el interior se alzaba el trono y se custodiaban la corona y los otros símbolos del poder real (orbe y cetro) así como el tesoro y la hacienda. El arzobispo de Esztergom tenía el privilegio de coronar al rey de Hungría, pero la ceremonia debía celebrarse en la sede de Szekesfehervar. No obstante el rey Esteban si fue coronado en la propia Esztergom.

La impresionante basílica, que tenía la capacidad de recibir en su interior a unas diez mil almas, prácticamente toda la población de la ciudad, vio coronar a casi cuarenta reyes y ofreció lugar de sepultura a otros quince. Entre los monarcas sepultados tenemos a Emerico, San Esteban, Colomán el Bibliófilo, Bela II, Bela III, Ladislao III, Carlos Roberto I, Luis I y Luis II.


En la actualidad solo unas pocas ruinas quedan de tan magnífico edificio, en un céntrico jardín junto al Palacio Episcopal. Los invasores otomanos en el siglo XVI se encargaron de saquearla, profanarla y reducirla a escombros. La conquista turca en 1543 puso fin a quinientos años de vocación monárquica. Y cuando los turcos se retiraron, un siglo y medio más tarde, dejaron atrás un montón de ruinas.

En otro orden de cosas, dejando a un lado las funciones regias, las rutas de peregrinación con destino a Tierra Santa y las vías comerciales que pasaban por aquí, y los mercados semanales, también contribuyeron al engrandecimiento de la urbe.

Matías Corvino
Por otro lado, pero siguiendo con lo mismo, los monjes que se establecieron aquí, al igual que los habitantes, enriquecieron Alba Regia con la construcción de iglesias, monasterios y viviendas. Y en el siglo XII los suburbios quedaron unidos a la ciudad. Otro de los acontecimientos más destacados de la historia de Szekesfehervar fue la concesión en 1222 de la "Bula de Oro", por el rey Andrés II, un documento de similares características a la Carta Magna otorgada por Juan Sin Miedo. (En ambos casos sometidos a fuertes presiones por parte de la nobleza).

Una centuria antes de la llegada de los otomanos Szekesfehervar inició una lenta y progresiva decadencia. Los cambios en el sistema social y en la administración, y el desplazamiento de poder político a Budo, provocó la disminución del papel político de Szekesfehervar. No obstante Alba Regia siguió disfrutando de los honores de la Coronación y los enterramientos de los monarcas.


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