El
escudo de armas de Nimes es un cocodrilo y una palmera. Para conocer
porqué motivo un animal inexistente en Europa termina formando parte
del blasón de una ciudad francesa, debemos remontarnos a la época
de Cleopatra.
Poco
antes de morir, Cleopatra, junto a su amado Marco Antonio, son
derrotados por Octavio en la batalla naval de Actium. Esta victoria
concedió a Octavio la posibilidad de convertirse en el primer
emperador de Roma.
En
Nimes, una ciudad romana en aquellos tiempos, y en conmemoración de
la victoria, se acuñó una moneda en la que aparece un cocodrilo
encadenado a una palmera coronada por laures, en clara referencia a
un Egipto derrotado y sometido.
Pasó
el tiempo, cayó Roma, pero sin embargo, las monedas seguían
apareciendo por todos lados, y los habitantes de Nimes comenzaron a
sentir un gran aprecio por ellas. Finalmente, en 1535, el rey
Francisco I autoriza a la ciudad para que el cocodrilo y la palmera
luzcan en el escudo de armas de Nimes.
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