A
orillas del río Tisza, cruel verdugo en un ocasión (inundación) de
la ciudad, se levanta Szeged, entre Hungría y Serbia, a medio camino
entre Budapest y Belgrado. Agradable, Universitaria y Moderna. Un
punto de referencia para aquellos que desean conocer el país.
El
transporte de sal por el río Maros propició el asentamiento humano
en una de sus orillas ya en época del rey Esteban I (cuasi fundador
del Reino de Hungría). Hay que esperar algo más de un siglo para
encontrar la primera mención documental de esta población. Durante
el reinado de Bela III un documento del año 1183 un documento se
refiere a ella con el nombre latino de Ciggedin, al parecer
relacionado con el transporte y el comercio de la sal por el río.
En
1246, poco después de la desastrosa invasión mongola de 1241, el
rey Bela IV la elevó al rango de ciudad y comenzó la construcción
de un castillo, que continuaron su hijo Esteban V y su nieto Ladislao
IV.
El
desarrollo pleno de Szeged coincidió en el tiempo con el reinado de
Luis I en el siglo XIV. En este periodo Szeged se convirtió en la
ciudad más importante del sur del Reino de Hungría y ante el
acuciante peligro que representaban las invasiones otomanas en un
baluarte defensivo y punto estratégico de primera magnitud. Más
adelante, y bajo el reinado de Segismundo de Luxemburgo, además de
por el castillo, la ciudad fue protegida por enormes murallas.
Tanta
muralla y tanto esfuerzo no fueron suficientes, y al final de la Edad
Media, tras varias intentonas desde 1529, los otomanos conquistaron
Szeged en 1543 comenzando un nuevo tiempo para la ciudad.
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