Muy breve historia del origen, desarrollo y caída del Imperio Romano, o ¿cómo una pequeña aldea del centro de la península italiana fue ...
La sociedad medieval fue una sociedad plural, y hasta cierto punto cosmopolita, el trasiego de gente era continuo y la convivencia una obligación. Cuando los belicosos monarcas castellanos y leoneses arrebataban trozos a Al Andalus, muchos musulmanes decidieron permanecer en el nuevo territorio cristiano. Son conocidos como mudéjares y en las ciudades se dedicaron con gran eficiente a la artesanía. En las zonas rurales trabajaba las tierras de los señores cristianos.
Su presencia en León, Aragón y Castilla fructificó en un estilo artístico con personalidad propia, el arte mudéjar. El mudéjar es un estilo original de la península Ibérica y combina influencias románicas y góticas (según épocas) con las técnicas constructivas musulmanas. Estas Tierras de Campos son pobres en piedra, pero ricas en arcilla. El adobe aún se sigue utilizando en la actualidad, por ese motivo la técnica constructiva de los mudéjares, basada en el ladrillo, se adapta perfectamente a las características geológicas de la comarca. Además se trata de un material constructivo más barato que la piedra y con el que se puede trabar con mayor rapidez.
Estos albañiles, que rezaban a Alá, levantaron en Sahagún maravillosas iglesias cristianas como San Tirso, San Lorenzo, la Ermita de la Virgen del Puente o el Santuario de la Peregrina y convirtieron la ciudad en la capital del arte mudéjar. La decoración, de inspiración e influencia hispano-musulmana, utiliza diversos motivos de ladrillo en el exterior de los edificios, como arcos ciegos, ajedrezados, red de rombos o espinas de pez, mientras que el interior se decora con atauriques de yeso. Durante los siglos XII y XIII trabajaron aquí cuadrillas de alarifes (maestros de obra) procedentes de Toledo, inventando el románico de ladrillo. No podemos olvidar la relación estrecha del rey Alfonso VI con ambas ciudades.
A finales del siglo XIX y principios del XX, coincidiendo con la moda internacional de revivals arquitectónicos, eclosiona en España el neomudéjar, con edificios emblemáticos como la Plaza de Toros de las Ventas, catedral de la tauromaquia universal, la Plaza de España de Sevilla, epicentro de la Exposición Iberoamericana de 1929 y el entrañable Gran Teatro Falla, templo del carnaval de Cádiz, cuyos ladrillos coloraos aún vibran con al Credo de los Peregrinos del tristemente desaparecido Juan Carlos Aragón.
El Domingo de Ramos da inicio a la Semana Santa. Los cristianos de todo el mundo conmemoran la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén encima de una borrica y aclamado por sus seguidores con palmas en la mano. Cada año el se repiten los mismos rituales. Los chiquillos están de vacaciones y ven más cerca el final del curso y el verano. Las chicas jóvenes estrenan modelito, y los mozos, guapos y galantes, caminan toda la tarde detrás de ellas. Todos los vecinos se lanzan a la calle, a disfrutar de los primeros días de primavera, el Sol brilla como hace meses que no lo hacía, y la noche tarda en llegar. En el fondo de los corazones de la gente, lo que realmente se celebra es el final del largo invierno y la llegada de una nueva primavera. La iglesia (perdón, las iglesias y las religiones mayoritarias) siempre intenta ganar para su causa las prácticas religiosas anteriores, en ese sentido, la Semana Santa es una Consagración de la Primavera.
Hojas en blanco, noches en vela, así me paso, la vida entera . . . De las tierras extremeñas, como los jamones de pata negra, las cerezas del Jerte y los afamados conquistadores, salió Robe Iniesta con su Rock Transgresivo para dinamitar el panorama (un tanto soso y aburrido) del rock patrio de finales de los ´80. Su voz cazallera, su sonido urbano y especialmente sus letras, entre sucias y poéticas, no dejan indiferente a nadie. Sus primeros discos se convirtieron en referencia para toda la adolescencia noventera española.
Los días se van alargando, la luz lo inunda todo, las últimas semanas de invierno son preludio de una nueva primavera, con sus tormentas y sus cortejos. Las aves visten sus galas más lujosas, la estación del amor está próxima.
La cresta de la Cogujada la hace inconfundible. Este pájaro emparentado con las alondras es habitual en los medios esteparios subdesérticos.
La playa baja es el entorno ideal para las pequeñas limícolas. Los chorlitejos suelen nidificar en medios como este.
El Chorlitejo es uno de los limícolas más pequeños de los que visitan el Salar de los Cano. El anillo orbicular amarillo nos sirve para identificar al chorlitejo chico.
Entre las hierbas altas se deja ver una Tarabilla Común.
Las Gaviotas Reidoras (Chroicocephalus ridibundus) han tomado al asalto el Salar de los Cano.
La Garza es la Reina del lugar. Verlas volar en grupo es un auténtico espectáculo. Uno de tantos que nos regala la vida animal.
El Mirlo se adapta perfectamente a los entornos humanizados.
El Zampullín Cuellinegro luce estos días sus mejores galas.
La comisura amarilla delata al Zampullín Común (Tachybaptus ruficollis), también denominado Zampullín Chico. Presente todo el año en las aguas del Salar.
Fochas, cucharas y cercetas. Todos los patos del mundo.
El Tarro Blanco es un pato colorido que tiene costumbres alimenticias similares a los limícolas.
Ánade Real , el Rey de los Patos.
La Garceta Común (Egretta garzetta) luce durante el cortejo un par de plumas en la nuca.
El esquivo y eléctrico Martín Pescador, es uno de los pájaros más bellos de nuestros humedales.
El Archibebe común comparte hábitat con chorlitejos y cigüeñuelas.
El pico largo, ligeramente curvado hacia arriba, nos sirve para identificar al Archibebe claro (Tringa nebularia).
La Agachadiza Común (Gallinago gallinago) es una limícola de pequeño tamaño que procura no alejarse mucho de la cobertura vegetal.
La ingrávida Cigüeñuela Común es la más ruidosa de todo el entorno.
Para los habitantes del Antiguo Egipto, el flamenco (Phoenicopteus ruber) era el mítico Ave Fénix.
Azul es el color.
Las urracas (Pica pica) suelen posicionarse en las proximidades de las carreteras. Los animales atropellados suponen un nutritivo festín para estos elegantes córvidos.
Una familia de Porrones Comunes nada plácidamente por las aguas más profundas del Salar de los Cano.
Una coqueta hembra de Porrón Común.
La Focha Común (Fulica Atra) forma parte de la familia de los rálidos.
El esquivo Calamón Común es otro de los rálidos presentes en el Salar.
Este pájaro no conseguí identificarlo.
La inquieta Lavandera Blanca (Motacilla Alba) se deja ver en cualquier lugar con agua.
La Sal de la Tierra.
Las finas cañas son suficientes para aguantar el peso del Gorrión Común.
El Mosquitero Común (Phylloscopus collybita) revolotea entre el carrizo.
El llamativo pico azul es la seña de identidad de la Malvasía Cabeciblanca.
Morito Común encarnación del dios Tot.
Las golondrinas ya están aquí. Algunas nunca se van.
El Alcaudón Real es el espadachín de los espinos, de las estepas subdesérticas del sur de Europa.
