En la ciudad de Shkodra,
la más importante del norte de Albania, en el lugar donde confluyen
tres ríos – el Drin, el Kiri y el Buna – se enclava el Castillo
de Rozofa, un punto estratégico ideal para dominar todo el entorno,
junto al lago Shkodra, en la frontera con Montenegro.
La colina donde se ubica
el Castillo de Rozafa – Kalaja e Rozafës - ha estado fortificada,
posiblemente, desde la época de los ilirios, la mismísima reina
Teuta dirigía desde aquí a sus bravos corsarios. Gentius, derrotado
por los romanos, fue su último rey ilirio. Después han defendido
estos muros romanos, albaneses, venecianos y otomanos.
Varías líneas de
muralla rodean el núcleo central del entramado donde se levanta un
sencillo palacio construido por los venecianos.
Una trágica leyenda
narra su origen; "tres hermanos canteros se afanaban en levantar esta
fortificación que dominaría todo el entorno y el Lago Sködra, pero
el muro se venía abajo cada noche y cada mañana el trabajo del día
anterior había sido en vano . . . una viaja hechicera del lugar, les
comentó que la fortaleza nunca podría ser levantada, si no se
utilizaba como argamasa la víctima humana de un sacrificio. . . los
tres hermanos, decididos a completar su cometido, convinieron
sacrificar a la primera persona que se asomase por allí . . . el
hermano más joven se había dejado el almuerzo en casa y su hermosa
esposa, llamada Rozafa, subió al monte a llevársela, convirtiéndose
en la víctima propiciatoria . . . antes de ser emparedada, pidió
que le dejasen fuera una mano para mecer la cuna de su hijo, un ojo
para verlo crecer y un pecho para darle de comer . . . la gente del
lugar cuenta que cerca del castillo aún existe un manantial que no
es otra cosa que el pecho de la desafortunada Rozafa . . ."
El edificio actual está
datado en la época en que la República de Venecia utilizaba Shkodra
para controlar sus posesiones en la zona.
A lo largo de su
dilatada historia estas piedras han sufrido variados y prolongados
asedios. En el año 1479 los otomanos se la arrebataron
definitivamente a los venecianos y Rozafa se convirtió en la última
fortaleza albanesa en caer rendida ante los turcos.
Sobre una colina rocosa, por encima de Skodra, la ciudad más grande del Norte de Albania, en una encrucijada donde se encuentran tres ríos y el lago Skodra, las ruinas de una milenaria fortaleza duermen bajo el abrasador Sol de Mediodía. Sus piedras han olvidado quien las puso ahí. Un emplazamiento fortificado para los ilirios, los romanos, los venecianos y los turcos. No existe ni memoria ni documentos que sea capaz de recordar el sin número de asedios que han padecido estos muros. Unos muros, que según la leyenda, necesitaron de un sacrificio humano para mantenerse en pie. Los albañiles que los levantaron emparedaron a una joven como argamasa eterna para este paramento. Mires hacia donde mires la vista nunca alcanza el horizonte.