Un campesino acude a oír
misa a O Cebreiro un día de gran tempestad. Oficia un monje
descreído con poca fe. Pero en el momento de la consagración, la
hostia se convierte en carne y el vino en sangre, visible. El cáliz
del milagro, del siglo XII, se conoce como el Santo Grial gallego. La
Virgen Santa María la Real inclina su cabeza ante el milagroso
cáliz.
Enterada del
acontecimiento, Isabel la Católica, quiso llevarse el cáliz con
ella. Cuando llevaban andado unos pocos kilómetros los caballos que
portaban la copa se negaron a seguir avanzando. El paje soltó las
riendas y los equinos corrieron montaña arriba, parando únicamente
en la puerta de la Iglesia. Quedaba claro que el grial no querían
abandonar la Monte Mágico.
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