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lunes, 25 de junio de 2012

LOS BOIOS Y LAS CABEZAS CORTADAS




Como numerosos pueblos celtas, los boios también practicaban el ritual de cercernar las cabezas de sus enemigos abatidos durante el combate. Se trata, sin lugar a dudas, de una muestra de admiración por un valiente guerrero y una forma de hacer propia la fuerza y el valor del enemigo. 

"Los caudillos de los boios llevan en triunfo al templo, que entre ellos es más venerado, los despojos del cuerpo y la cabeza cortada. Luego que, como tienen por hábito, han limpiado cuidadosamente la cabeza, adornan el cráneo con oro, y esto les sirve de vaso sagrado con el que hacen las libaciones  en sus solemnidades, así como de copa para los sacerdotes y encargados del templo"
Tito Livio

En otro lugar vimos como los escordiscos actúan de forma parecida, y también encontramos costumbres similares entre los escitas.  

viernes, 1 de junio de 2012

ESCORDISCOS



Una parte de esta región (el autor está describiendo la provincia de Tracia), era habitada por los escordiscos, que ahora viven en tierras muy alejadas. Eran entonces pueblos crueles y sanguinarios que, según se narraba en la Antigüedad, sacrificaban a los cautivos y se los ofrecían a Belona y Marte, después de lo cual bebían ansiosamente sangre en sus cráneos.
Además sabemos que con frecuencia los romanos, tras soportar numerosas penalidades en la lucha, sucumbieron finalmente ante su dureza y llegaron a perder algún ejército completo incluyendo a su general
Amiano Marcelino 27, 4,4. 

Montes Sar.
 En época de Amiano los encontramos en Tracia, pero Apiano y Estrabón los situaban en los Balcanes, aproximadamente en territorios de los actuales países de Croacia, Hungría, Serbia, Eslovenia, Austria y Bosnia - Herzegovina. 
      El nombre de esta tribu parece que está ligado a la montaña Escordo, actualmente Montes Sar, situada en Iliria. Más complicado es asignarles un origen concreto, pues diversos autores los consideran ilirios, celtas o tracios, y otros más bien un grupo mixto. Nosotros nos inclinamos por esta última hipótesis. 
       En la confluencia de los ríos Sava y Danubio, erigieron las fortalezas de Singidunum y Taurunum, y es muy probable que fueran el origen de la ciudad de Belgrado.

BREVE BOSQUEJO HISTÓRICO.


En 279 a.C. tras enfrentarse  los griegos, avanzaron hacia Panonia, asentandose entre Moesia y los Balcanes.

En 175 a.C. ayudaron a Perseo de Macedonia, colisionando en este momento con Roma, con quienes estuvieron muchos años luchando.

En 135 a.C., en Tracia, fueron derrotados por Casconio (o tal vez Ascanio)

En 118 a.C., según nos informa una lápida de piedra, descubierta cerca de Tesalónica, Sexto Pompeyo, fue muerto luchando con ellos.

En 114 a.C. éstos escordiscos derrotaron a Porcio Catón en la zona montañosa de la actual Serbia. Pero en 107 a.C. fueron derrotados por Minucio Rufo. 

De todas formas siguieron ocasionando problemas a los romanos, llegando a invadir Macedonia, junto a Medos y Dardanios. Posteriormente fueron capaces de atacar Delfos y saquear el templo de Apolo.

En 88 a.C. Lucio Cornelio Escipión "Aisático" Asiageno los venció y los hizo cruzar el Danubio.

Finalmente, en época de Estrabón, son expulsados por los Dacios del valle del Danubios, dejando de esta manera de figurar en la historia, posiblemente sometidos y/o asimilados por los Dacios. 

Como la mayoría de estas poblaciones, su organización social se basaba en la tribu. En estos momentos no disponemos de información sobre sus instituciones políticas, pero seguiremos investigando.

ACTIVIDAD MILITAR.

En la meseta interior habitaban los escordiscos, también celtas, que habían exterminado al pueblo de los tribalos.
Apiano. Sobre Iliria. 

Entre este fragmento de Apiano, el de Amiano y todo el acontecer histórico que hemos visto, podemos hacernos una idea de lo belicoso que resultaba, al menos para sus enemigos, este indómito pueblo. Bien es cierto, que para los autores clásicos grecolatinos, la belicosidad de estos pueblos fronterizos era un tópico literario, bastante extendido en toda la historiografía.

RELIGIOSIDAD

A partir del texto de Amiano Marcelino, podemos hacernos una ligera idea de las creencias de este pueblo.

Como observamos en otros pueblos de la Antigüedad, como los lusitanos, los escordiscos también sacrificaban a sus enemigos. Además "bebían ansiosamente su sangre" con la intención de apoderarse de su fuerza, energía y vitalidad. Noticia similar para los escordiscos la recogen entre otros Floro 1, 39 ,2, Eutropio $, 24, Rufo Festio 9 y Orosio 5, 23, 18. Podemos comparar estas costumbres con las descritas por Heródoto para los escitas y relacionarla con la "afición" celta de "coleccionar" las cabezas de los enemigos vencidos, como nos cuenta Tito Livio sobre los boios.       
Belona por Edgar Bertram Mackennal.

Al tratarse de un pueblo guerrero, es normal que venerasen a dioses de la guerra, como Belona o Marte, a los que ofrecían sus sacrificios humanos.



. . . . entre otras acciones horribles de decir y escuchar, que cometían en las personas de los prisioneros, usaban, cuando tenían que beber, con avidez y sin asco, como si fuesen auténticos recipientes, los huesos arrancados de las cabezas humanas, todavía con sangre y con pelos y sin haber limpiado totalmente de sus cavernas interiores los sesos que no habían sido sacados; de estos pueblos, los más crueles e inhumanos son los escordiscos . . . "
Orosio 5, 23. 1




sábado, 30 de enero de 2010

LOS ALANOS SEGÚN AMIANO.




De complicado origen, los alanos, procedentes de Asia Central, fueron uno de los múltiples pueblos que aprovechando la crisis del siglo III realizaron incursiones en las tierras del Imperio Romano. Parece ser que serían de procedencia irania, con quienes les uniría la lengua y otros aspectos culturales, procederían de las zonas montañosas, pues parece que el término “alain” significa montaña.

Según Amiano, autor de Res Gestae;
“casi todos los alanos eran algo rubios, de hermosas facciones y arrogante figura, consideraban como una felicidad morir en la guerra, y su mayor timbre de gloria era el haber matado a un enemigo, cuyos despojos gloriosos, especialmente la piel de su cráneo colgaban como trofeo del petral de sus caballos de guerra, no tenían templos, ni adoraban más dios que una espada desnuda clavada en la tierra; no reconocían otra autoridad más que la de unos magistrados o jueces nombrados entre los guerreros más ancianos y valientes, y desconocían cualquier tipo de esclavitud”.
Los alanos llegaron a formar una especie de estado, muy mal organizado por cierto, en el siglo III, entre el Ural, el Cáucaso y el Don, que fue rápidamente destruido ante el avance imparable de los hunos.
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