"Cuando el peligro o el dolor aprietan demasiado, son incapaces de causar placer alguno, son simplemente terribles, pero cuando están a cierta distancia, y con ciertas modificaciones, pueden ser, y son, maravillosos, como podemos experimentar cada día".En estos términos se expresa el pensador irlandés Edmund Burke (1729 - 1797) en su obra "Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y lo bello", (1759). Aunque anterior en el tiempo, la filosofia y la estética de Edmund Burke contiene muchos elementos del Romanticismo, y sus teorias influirán en los siglos XVIII y XIX, en la filosofía, en el gusto por pintar paisajes nocturnos, ruinas, abadías, imagenes del mar, etc e igualemente en la vision del poeta romántico, y por supuesto en la novela gótica, que nace a finales del siglo XVIII.
Burke acentuaba el carácter no racional en la percepción de la belleza. Lo hermoso, lo bello, no consiste, como se mantenia desde el canon de belleza de la Grecia Clásica, recuperado posteriormente por el Renacimiento y Humanismo, en armonía y orden, sino que es una cualidad que impregna directamente nuestra imaginación y los sentidos, a veces de forma inconsciente, nos vemos atraidos hacia lo grotesco, lo siniestro, lo mismo que nos atrae, también nos produce repulsión. Lo sublime es menos cuantificable, más complicado de explicar, irracional completamente, y por tanto mucho más poderoso que lo bello, porque nos toca directamente en la fibra emocional. De esta forma, marca una clara diferencia entre lo bello y lo sublime; el sol brillando en pleno desierto, sobre la Gran Pirámide, es algo muy hermoso, pero, la luz de la luna iluminando un busto sobre un panteón, con las siluetas entrecortadas de ramas sin hojas proyectando su sombra, es algo sublime, hace vibrar resortes sensibles en lo más profundo de nuestro ser, sentimos cierta congoja, quedando "el alma embargada por terror de lo sublime".
La oscuridad, según Burke, imprescindible para que una cosa sea sublime, lo irracional, lo desconocido, la relación eros-thanatos, la estética visual del terror, la emoción que produce la idea de muerte en nuestra mente y el irremediable placer que provoca la tristeza y la melancolía, queda todo identificado con lo sublime y por supuesto con las criaturas de la noche.
Esta imagen del campo santo...
ResponderEliminartumbas abiertas,me produce escalofrios.La luz de la luna,
iluminando un busto en un panteon,y el chirriar de las verjas de las tumbas en una noche de fuerte viento
y un gato negro saltando de tumba en tumba.... creo que me da algo alli dentro...
Y en mi tumba rosas blancas...
ROSAS LLENAS DE SANGRE, CASI MARCHITAS POR EL PASO DEL TIEMPO, PISOTEADAS POR AQUEL ANIMAL DE OJOS INMENSOS... OJOS QUE ATRAPAN CON TAN SOLO UNA MIRADA...
ResponderEliminary corretear por las noches en ese hermoso cementerio..........
ResponderEliminarbello,bello
y el amor....
Alli donde el sepulcro se cierra
ResponderEliminarabre una eternidad,
todo cuanto los dos hemos callado,
alli lo hemos de hablar.
GUSTAVO ADOLFO BECQUER.
Hablar y tal vez ...Bailar.....
Volverán las oscuras golondrinas
ResponderEliminaren tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!.
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!
Puede ser algo bello y no atraerte, algo ser siniestro y llamarte como nada la atención,
ResponderEliminarlo más feo llegarte a lo más profundo, y lo mas carnal resultarte lo más sensual,
no es lo mismo algo romántico, que algo del romanticismo. Claro que toda visión depende de los ojos que la miren, y más allá aún de ritmo de latido que te provoquen.
Te espero latiendo lento...
...y cuando vengas temblará el suelo...
Un beso