El sátiro Marsias tuvo la osadía de participar en un concurso que le enfrentaba al dios Apolo. Marsias era un experto tocando el aulós (especie de flauta doble) pero su pericia no consiguió convencer a las Musas, jueces y jurado de la contienda, que decidieron otorgar la victoria al dios de la lira. El vencedor podría tratar al vencido como más le complaciese, y un vengativo Apolo, ordenó que el desgraciado Marsias fuese desollado vivo.
La escultura romana "Hanging Marsyas" se conserva en la Gliptoteca de Munich y es copia de una escultura anterior. Marsias, como todo sátiro estaba estrechamente vinculado a Dionisios, el dios de los excesos, por tanto, el mito de Apolo y Marsias, se ha interpretado como un episodio más en la eterna lucha entre lo apolíneo y lo dionisíaco, el orden y el caos, la mesura y el desenfreno.
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