Se trata de una copia
romana de un grupo escultórico griego. El grupo representaba el
asesinato de los hijos de Niobe por Apolo y Artemisa.
Niobe, según la
mitología, era la esposa de Anfión rey de Tebas, y con él tuvo una
numerosa descendencia, que varía según los diferentes autores entre
cinco y veinte vástagos. Tan orgullosa estaba de su prole que no
duda en mofarse de Leto, que ta sólo había parido a dos hijos. A
tal extremo llegaron las burlas, que los hijos de Leto, Apolo y
Artemisa, en venganza, asesinaron a todos los hijos de Niobe.
Cuando la desdichada
madre se enteró de lo sucedido y acudió junto a los cadáveres de
sus hijos, la embargo tal tristeza que acabó convertida en piedra,
tal y como había suplicado a Zeus, el más poderoso de todos los
olímpicos.
Esta leyenda, como
todas, parece tener una base real. Durante el reinado de su esposo
Anfión, una terrible epidemia de peste se abatió sobre Tebas. Toda
la familia real sucumbió a la enfermedad, excepto Niobe, que para
mayor desgracia tuvo que contemplar como la peste fue arrebatándole
uno a uno a todos sus hijos.
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