La
cripta de la Catedral de la Ciudad de Luxemburgo custodia un
monumento funerario homenaje a Juan I de Luxemburgo, rey de Bohemia,
padre del emperador Carlos IV y abuelo de Segismundo de Luxemburgo,
rey de Hungría y emperador, y de Wenceslao, el rey de Bohemia.
Nuevamente la historia cobra vida, los vértices se unen en líneas
rectas que dan forma a polígonos y poliedros en que se convierte la
Historia de Europa cuando entra en mi mente a través de mis pisadas.
Aunque haya tenido delante de las narices el apellido Luxemburgo, no
había caído en la cuenta de la relación entre el Gran Ducado y el
rey de Hungría (y también emperador) Segismundo de Luxemburgo. El
círculo lejos de cerrarse se amplía cada día un poco más.
Juan
I de Luxemburgo, rey de Bohemia conocido como "el Ciego",
fundó la dinastía de los Luxemburgo y fue uno de los guerreros más
admirados y fiables de su tiempo. Las cataratas fueron robando
paulatinamente su visión y aliado de los Franceses murió en la
Batalla de Crécy en 1346 en el contexto de la Guerra de los Cien
años.
El
monumento funerario conservado en la capital luxemburguesa fue
esculpido en el año 1613 por orden de Abbot Roberti de la Abadía
Neumünster.
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