La tercera vía utilizada para fusionar a romanos y germanos fue el derecho. Debemos partir de la idea general de que tanto los germanos como los romanos eran depositarios de una tradición jurídica. Lo que ocurre es que entra ambas tradiciones existían diferencias de peso, y por este motivo, fue necesario crear un punto de unión para la elaboración de códigos de leyes que amparasen a ambas comunidades.
La tradición jurídica romana hundía sus raíces en la República y tenía unas características muy marcadas; se trataba de un código legal escrito, todos los individuos estaban vinculados a esa ley, al mismo tiempo que el espíritu jurídico señalaba la supremacía de la ley (en un plano teórico, incluso el emperador debía someterse a la ley) y además distinguía claramente entre el civilizado (el romano) y el bárbaro (el otro).
Un ejemplo es el Código Teodosiano que nos aporta algunas claves para comprender la concepción jurídica romana en la Antigüedad Tardía. Formado por 16 libros, se basaba y recogía la tradición jurídica anterior, siendo la temática muy variada; cuestiones penales, derecho público, derecho privado, derecho militar, derecho religioso . . .
El derecho de los germanos era esencialmente oral, consuetudinario y además no formaba un cuerpo de leyes uniforme, cada pueblo o tribu, aportaba su propia concepción jurídica. Entre esas diferentes formas de entender las leyes, podemos encontrar algunos elementos comunes, como que las penas se aplicaban en función de la categoría social del individuo.
Cuando estos pueblos se convierten en reinos, algunos de ellos van a poner sus leyes por escrito, como el Código de Eurico entre los visigodos o la Ley Sálica en el reino de los francos. Son leyes que tienen su base en la tradición germana y únicamente se aplicaba a la comunidad germana. Los romanos que vivían en estos territorios seguían rigiéndose por el Código Teodosiano.
Será necesario elaborar nuevos textos legales que recojan las inquietudes y necesidades de ambas comunidades. Esto ocurre por vez primera en el reino visigodo, en el año 654 con el monarca Recesvinto. Recesvinto se encarga de publicar el "liber Iudiciorum", un cuerpo legal inspirado en el Código Teodosiano pero que al mismo tiempo recogía algunos de los principios del Código de Eurico. En definitiva una seria de leyes relativas a vinculaciones personales tanto en la vida privada como pública, y que ayudó a la fusión de la comunidad hispanorromana y la visigoda.