Uno
de los símbolos del paso otomano por Europa Centro Oriental son sus
originales mezquitas con torres agujas señalando directamente al
cielo.
Encajada
(y asfixiada) entre edificios modernos, aparece tímidamente la
pequeña mezquita de Yakovali Hassan Pasha, con su típica cúpula
verde y el lánguido minareta rasgando el cielo azul.
Este
lugar de oración se construyó a mediados del siglo XVI, poco
después de la batalla de Mohacs, que permitió al Imperio Otomano
ocupar la mayor parte de la llanura húngara.
En
su interior, más sencillo que la más sencilla de las iglesias
católicas, se encuentra el mihrad, un nicho en el muro de la qibla
orientado hacia La Meca y que se constituye como el lugar más
sagrado de la mezquita.
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