miércoles, 30 de junio de 2021

DOMINGO DE LA CALZADA, INGENIERO DEL CAMINO

 


El desarrollo, mejora y acondicionamiento del Camino de Santiago por tierras riojanas debe mucho a este santo, que desbrozó malezas, abrió caminos y construyó puentes. Su cuerpo descansa en la iglesia catedral del lugar.

Domingo García, estaba decidido a entregar su vida a Dios y al prójimo, y quiso ingresar en los monasterios de Valvanera y de San Millán, pero fue rechazado por ambos. A lo mejor el alma libre de Domingo no estaba diseñada para pasar la vida entre los gruesos muros de un monasterio. Entonces se retiró como eremita a los bosques que cubrían el espacio donde se alza actualmente la ciudad a la que dio nombre (y esencia).

Instalado en plena naturaleza pudo observar las dificultades que encontraban los peregrinos para atravesar la zona y entonces comprendió cual sería su misión. Trabajó duro para para facilitarles el recorrido construyendo un puente que permitiera salvar el curso del río Oja. Levantó también un hospital donde refugiarse, una pequeña iglesia donde rezar y una calzada que uniera Nájera con Redecilla del Camino (en Burgos).

Recibió el apoyo del rey Alfonso VI, a cuya tarea repobladora beneficiaba el pequeño burgo que iba surgiendo alrededor de la obra constructora del Domingo. A su muerte, el 12 de mayo de 1109, fue enterrado en el camino que había trazado. Sus seguidores mantuvieron el pequeño núcleo de población, que andando el tiempo adoptó su nombre, y continuaron su obra. Hasta hoy.

Un joven nacido en Viloria caminará en un gris atardecer siguiendo un camino de fe que le impulsará su profunda vocación religiosa. Por su edad no consiguió ser admitido en las órdenes de los monasterios de Valvanera y San Millán de la Cogolla, pero con los conocimientos adquiridos como alumno hará una vida de ermitaño en aquellos soñados y frondosos bosques, a orillas del río Oja. Y allí, al lado de una vieja fortaleza y ruinas de una ermita, sus sueños se transformarán en una realidad: dedicar su vida a la ayuda de los peregrinos. . .

Alfredo Gil del Río

Domingo de la Calzada, el santo que construye puentes. Bajo el sol, bajo la lluvia, por senderos polvorientos y barrizales, por veredas empedradas y asfalto inerte, el peregrino sigue batiendo pasos sin detenerse jamás. El espíritu nómada se apodera de él.


martes, 29 de junio de 2021

VILLAMBISTIA.


Villambistia es un pequeño pueblo emplazado en una ligera pendiente de la Sierra de la Demanda, a los pies de la milenaria Ruta Xacobea, en el pasado perteneció a la jurisdicción de Villafranca Montes de Oca. Una fuente de varios caños es el lugar perfecto para el descanso de los peregrinos.




Iglesia parroquial de San Esteban del siglo XVII. De una nave con cinco tramos. En el presbiterio existe un interesante cuadro de San Sebastián de la escuela italiana. Conserva, además, en su interior varios retablos renacentistas.




La Ermita de San Roque forma parte del rico patrimonio de Villambistia. Accedemos a ella tras cruzar el pequeño puente sobre el arroyo Ranaza. En su interior conserva un retablo rococó con fondos rojos y azules procedentes del convento de San Francisco de Belorado.



lunes, 28 de junio de 2021

EL CAMINO DE SANTIAGO POR NÁJERA.

 



El rey don García fundó una alberguería para acoger a los viajeros y peregrinos compostelanos movidos por la piedad religiosa y el ansia de encontrarse a sí mismos en la soledad y las fatigas del camino.

Se dice, se cuenta, se comenta, que Sancho III el Mayor, propicia el desvío (tradicional) del Camino de Santiago por estas tierras y otorga fuero a Nájera. Ambas circunstancias fueron determinantes para el despegue demográfico de la ciudad. Todo esto se materializa en la aparición de diferentes barrios a partir de las primeras décadas del siglo XI: barrio de Sopeña, el de Valcuerna, el barrio de San Miguel, el de tiendas, el barrio de San Jaime y el barrio de los judíos (o judería). Cada día transitan por las calles najerenses centenares de peregrinos (unos de paso, otros de pernocta).

En el cercano monasterio de San Millán descansan las reliquias del santo, uno de los patrones del reino pamplonés. Incluso los monarcas le rinden culto. Sancho el Mayor visita con frecuencia el monasterio, donde los aplicados monjes, que desempeñan su actividad en el scriptorium, producen afamados códices de gran calidad. En sus visitas, Sancho III, era acompañado por su familia, y celebraban, como húesped de los monjes las fiestas religiosas más destacadas del calendario litúrgico: Navidad, Semana Santa y Pascua de Resurrección.

Desde los tiempos de Sancho III, Nájera es una de las etapas imprescindibles del Camino. En el Códex Calixtinus podemos leer: Evidentemente para andarla a caballo, es desde Estella hasta la ciudad de Nájera. La quinta, igualmente para jinetes, es desde Nájera hasta la ciudad de Burgos. De Logroño, ni mu. No disfruta del rancio abolengo de otras ciudades del entorno.


domingo, 27 de junio de 2021

COLEGIATA DE SANTA MARÍA DEL MANZANO.


Ex Colegiata de Santa María del Manzano. Del siglo IX. De estructura románica ojival, en su interior se custodia la talla policromada de la Virgen del Manzano del siglo XIII. Este monasterio benedictino fue secularizado en el siglo XII. Su iglesia fue mandada construir por Berenguela la Grande, hija de Alfonso VIII de Castilla y Leonor de Plantagenet, esposa de Alfonso IX de León, madre de Fernando III el Santo.


A estas alturas, aún me sorprenden, y me resultan enigmáticas y curiosas, estas advocaciones de la Virgen. ¿Manzana y virgen? ¿La fruta o el árbol?. ¿Notre Dame, nuestra señora fue hallada en un manzano? ¿La Virgen asimilada simbólicamente a la manzana?. Alfonso X se refiere en sus Cantigas a una imagen que se conserva en el interior de este templo.



sábado, 26 de junio de 2021

DE COMO LA IDEA DE PEREGRINAR SE CONVIRTIÓ EN UNA PEREGRINA IDEA.

 


Ahora bien, una cosa es hablar de oídas o leídas del Camino de Santiago y dar un repaso a los tópicos que el tema sugiere a cualquiera —Europa, el románico, la devoción— y otra, acercarse al Camino y echarse a andar por él. Es entonces cuando se descubre algo de lo que hasta ahora se ha hablado poco: la insólita experiencia de peregrinar. Insólita por un doble motivo.

Por un lado, porque hace ya más de un siglo que la peregrinación a Santiago dejó de ser un hecho habitual. Una larga serie de acontecimientos que la afectaron negativamente como la revolución francesa, la invasión napoleónica, la desamortización eclesiástica, las guerras carlistas y la aparición del santuario de Lourdes, hizo que el fenómeno jacobeo casi se extinguiera en el XIX al punto de que el adjetivo «peregrino» se convirtió en sinónimo de extraño o infrecuente; así, por ejemplo, cuando se dice que una idea es «peregrina».

Por otro lado, es también en el XIX cuando se inicia una revolución tal en los transportes que la marcha a pie o a los lomos de caballería que es como siempre se peregrinó, han desaparecido como medios de transporte a larga distancia.

Peregrinar a pie es pues doblemente insólito en la actualidad, pero lo cierto es que no cabe plantearse la recuperación de una ruta de peregrinación sin pararse a pensar qué fue y qué puede ser peregrinar. Porque el Camino de Santiago, aunque hoy a muchos les cueste entenderlo justamente por la insólita y alejada que nos resulta a los hombres del siglo XX la idea de peregrinar, fue ante todo una ruta de peregrinación y porque la peregrinación llegó a ser masiva, tuvo el Camino gran importancia económica, cultural y social. Puede que hoy resulte más fácil entender el Camino de Santiago en términos culturales, económicos y sociales, pero si nos limitamos a entenderlo así, quizás se nos escape su peculiaridad.


Arturo Soria y Puig.

Caminar como forma de conocimiento: la recuperación del Camino de Santiago.


viernes, 25 de junio de 2021

DANCING WITH THE MIDNIGHT SUN.


Midnattsol es la palabra noruega que designa al Sol de Medianoche, uno de los fenómenos más fascinantes, sugerentes e intensos que nos regala la naturaleza, durante los interminables días estivales en las regiones circunpolares del planeta. La cantante noruega Carmen Elise Espenæs, nacida en Stavanger, una ciudad de pasado vikingo, es la voz y el alma de la banda de folk metal nórdico Midnattsol. En su primer álbum de estudio Where Twilight Dwells nos invitaban a bailar con el sol de medianoche.

jueves, 24 de junio de 2021

JERÓNIMO DE PERIGORD.



Jerónimo de Perigord, fue un clérigo francés, muy vinculado a la monarquía de Alfonso VI, a través de su yerno, Raimundo de Borgoña. Es posible que Jerónimo llegase a la península Ibérica de la mano del arzobispo de Toledo, el también francés, Bernardo de Sedirac. No obstante, como tantas cosas en la historia, no es segura la existencia de la relación entre ambos clérigos. Cuando el Cid conquistó Valencia, recurrió a Jerónimo que se puso al frente del obispado de la ciudad levantina. No pudo conservar por mucho tiempo su silla episcopal, con la muerte del Cid y los almorávides como nuevos señores de la ciudad, Jerónimo decide abandonar Valencia. Cuando llegó Castilla, Raimundo de Borgoña, encargado de repoblar las tierras que iba conquistando su suegro, le encargó restaurar las sedes de Salamanca y Zamora. Más tarde también se convirtió en el obispo de Ávila. Una tradición sostiene que cuando llegó a Salamanca, trajo consigo el famoso Cristo de las Batallas, que solía acompar al Cid en sus campañas militares y que actualmente está depositada en la Catedral Nueva. A su muerte, Jerónimo fue enterrado en este templo. El Jerónimo literario lo podemos leer en los versos del Mio Cid, un hombre de letras, pero también de armas. Algún investigador, como Javier Sainz Moreno, para quien el autor del Cantar habría que situarlo dentro del Mester de Clerecía, es el propio Jerónimo el creador del Cantar de Mio Cid. Por mi parte, una tarde de finales de verano, lo encontré mientras paseaba por Burgos, en puente de San Pablo, acompañando a otras figuras vinculadas, de una u otra manera, con el Cid Campeador. El obispo Jerónimo no quiso desvelarme el secreto.

miércoles, 23 de junio de 2021

CIUDADES ESTADOS SUAJILIS. ESPLENDOR MEDIEVAL EN LAS COSTAS DEL ÍNDICO.



La costa oriental africana ha sido históricamente la zona más abierta del continente. El Sahara limitaba (y mucho) las comunicaciones entre el Norte y el Sur, y la navegación por el litoral atlántico era muy complicada (al menos hasta el siglo XV). En contraste con estas circunstancias geográficas, los contactos a través del Océano Índico eran mucho más dinámicos y fluidos.

En ese sentido la navegación en el Índico estaba mucho más avanzada que en el Atlántico, y además los monzones facilitaban anualmente los viajes de ida y vuelta desde la India hasta las costas africanas. Comerciantes árabes y persas, y mercancías de la India, China y Java eran frecuentes en estas regiones costeras que miraban de frente al Océano que une África con Asia.

En esta zona del Viejo Mundo tiene su origen y desarrollo el suajili, el idioma que sirve como lengua franca en la región oriental del África. El suajili es el vehículo de comunicación entre los países ribereños del Océano Índico y la región de los grandes lagos del Valle del Rift. Apenas cuenta con 15 millones de hablantes nativos, pero es empleada por unos 90 millones de personas.

El suajili es el fruto del contacto continuado entre las poblaciones africanas de la costa y los comerciantes que llegaban desde otras latitudes, especialmente los árabes. El nombre procede del árabe y significa costa. El suajili es una lengua de raíz bantú que incorpora numerosos préstamos lingüísticos, mayoritariamente árabes. Comunidades que poseen diferentes lenguas maternas utilizan el suajili para comunicarse entre sí, de ahí su destacado papel en las relaciones comerciales. A partir del siglo XIII el suajili comenzó a escribirse, usando para ello caracteres árabes. Con el tiempo los suajilis llegaron a desarrollar una literatura propia.

La cultura y la lengua suajili (elementos que suelen ir juntos) surge por el contacto fluido de las prósperas élites comerciales extranjeras y las poblaciones autóctonas africanas, tiene por tanto un indiscutible carácter sincrético (y ecléctico). Entre los hablantes africanos del suajili se difundió el Islam, aunque nunca llegó a consolidarse como la única religión de la zona, compartiendo espacio con otras prácticas religiosas (como el animismo).

¿Cuánto pesó el elemento árabe en la configuración del suajili?. Es el mismo debate que podemos trasladar a la península Ibérica de la antigüedad entre el sustrato ibérico y las aportaciones fenicias y griegas. En ambos casos aunque el elemento foráneo (en este caso el árabe) fueron determinantes para la construcción del complejo cultural, en la configuración y posterior evolución, el sustrato africano fue primordial y decisivo.

Las élites árabes dominantes se fueron africanizando desde los primeros momentos, y con el tiempo los elementos autóctonos acabaron predominando sobre el resto. No obstante, la cultura suajili no está formada exclusivamente por elementos africanos y árabes, los comerciantes hindúes establecieron comunidades en el África Oriental desde el siglo XI, de forma que su cultura también acabaría fusionándose con las de las élites locales. Con el paso del tiempo, este interesante y genuino sincretismo cultural, se iría agudizando, a medida que los europeos se fueron asentando en la región, el suajili adquirió múltiples préstamos lingüísticos de las lenguas de los colonizadores; alemán, francés, inglés . . . pronto el suajili se convirtió en la mejor forma de comunicación entre pueblos de zonas muy distantes entre sí.



Polis suajilis.

La civilización suajili se extendía por el litoral índico, desde Somalia hasta Mozambique, organizados en poderosas polis, ciudades estado como Kilwa, Mombasa, Mogadiscio, Lamu, Malindi . . . Al igual que sucedía en las polis de la Grecia Clásica, estas polis suajilis gozaban de completa autonomía política, aunque subyacía un sustrato cultural común a todas ellas. Las ciudades suajilis mantenían lucrativos contactos con las regiones ricas del interior, como el reino de Monomotapa al Sur, o los reinos de Buganda y Bunyoro más al Norte. El oro de Monomotapa, el apreciado marfil y los esclavos, fluían hacia el Océano Índico y los mercados orientales a través de los dinámicos puertos suajilis. Estos comerciantes suajilis también exportaron hierro y plata, la resistente madera del manglar, muy apreciada entre los ebanistas y el pescado salado. Desde estos puertos también se exportaban mercancías de lujo (a los mercados tradicionales de Asia) como conchas de tortuga, cuernos de rinoceronte (muy valorados en el Lejano Oriente por supuestos poderes afrodisíacos, una práctica lamentable vigente en la actualidad, el cuerno es la maldición del rinoceronte), mirra de Somalia, ámbar gris y animales exóticos.

Ibn Batutta y otros viajeros árabes visitaron estas tierras a las que llamaban el país de los zanj. Este mundo suajili, exótico y de riqueza proverbial, aparece en las leyendas y en los libros de viaje de los árabes.


Los mercaderes suajilis se convirtieron en los intermediarios ente el África Negra y Oriente. Gracias a estos contactos los puertos suajilis se llenaron de mercancías llegadas de Arabia, la India, China y Persia. El Viejo Mundo en contacto continuo; ropas y telas indias, cerámicas chinas, orfebrería y suntuosos objetos de cobre. Antes de la colonización, el África Oriental, ya se había especializado en la exportación de materias primas y la importación de productos manufacturados. Junto a la guerra, el comercio es, la forma más frecuente de contacto entre diferentes grupos humanos. Para conseguir los productos que se demandaban en Asia, las redes comerciales suajilis penetran miles de kilómetros hacia el interior del continente africano. En el Gran Zimbabwe, una impresionante estructura urbana, se han encontrado restos de cerámica china y joyería india. Tristemente África sigue igual, exporta materia prima e importa tecnología.

Estas sociedades eran gobernadas por sultanas que concentraban en sus manos poder político y poder religioso, y además ejercían un férreo control sobre la economía del territorio. Parte de los recursos se destinaban a levantar palacios y mezquitas de piedra, que eran los edificios más destacados de las ciudades costeras. Comerciantes y gobernantes formaban la élite de la sociedad, y se enriquecieron extraordinariamente. Residían en lujosos palacios de grandes dimensiones adornados con los preciados corales que producen aquellas cálidas costas. Estas obras se inspiran en la arquitectura islámica, pero sin abandonar las fuertes influencias locales. Estos lujosas mansiones de los señores, construidas con piedra, un material muy duradero, contrastan con las chozas de cañas y madera, donde vivía la mayoría de la población. Siguiendo el modelo de las polis griegas y de las jefaturas centralizadas, las zonas rurales próximas estaban sometidas a las autoridades urbanas.


En el siglo XV la costa suajili fue visitada por la expedición china del almirante Zeng He y poco después arribaron los navegantes portugueses. La corona portuguesa estaba en pleno proceso de construcción de un imperio marítimo. Los marinos portugueses alcanzaron las costas de África Oriental después de siglos de enfrentamientos con las sociedades islámicas, tanto en la península Ibérica como en el mar Mediterráneo. Desde el momento en que Vasco da Gama desembarcó en estas tierras, el conflicto era inevitable. La presencia portuguesa significó el progresivo debilitamientos, cuando no la destrucción, de las prósperas polis suajilis, que cerraban de esta manera, el capítulo más glorioso de su historia.

martes, 22 de junio de 2021

SIERRA DE LA DEMANDA BURGALESA.


La Sierra de la Demanda es un alargado macizo montañoso perteneciente al sector más noroccidental del Sistema Ibérico que se extiende por La Rioja y Burgos. Los materiales que la componen se cuentan entre los más antiguos de toda la península Ibérica. Dentro del conjunto de la Demanda burgalesa, destaca el robusto bloque paleozoico de la Sierra de San Millán, siendo su máxima altura, el pico San Millán, antiguamente conocido como el Torruco, con 2.131. Es además la montaña más alta de la provincia de Burgos.

Una historia total que comenzó hace 165 millones de años, cuando en la Tierra reinaban los dinosaurios, y que no se detiene.

La Sierra de la Demanda ocupa el cuadrante sureste de la provincia de Burgos […] Es una heterogénea comarca que ocupa una superficie de 200.000 hectáreas muchas de ellas de montaña […] Tiene 55 municipios que agrupan a 114 entidades locales, con una población residente que roza los 10.000 habitantes. Forma parte de la zona norte del Sistema Ibérico que separa las cuencas del Duero y del Ebro. Las mayores alturas se encuentran en la zona central, con la presencia de la cumbre de la provincia de Burgos, el Pico San Millán, con sus 2131 metros de altitud. Sus tres ríos principales son el Arlanza, Arlanzón y Tirón en las vertientes sur y norte respectivamente[...] Su baja industrialización ha permitido que el territorio haya llegado hasta nuestros días en un significativo estado de conservación. La tradición forestal y ganadera, con una agricultura de subsistencia en buena parte de la comarca, es muy notable. La diversidad de paisajes resulta especialmente llamativa. En su parte suroeste hay grandes formaciones calizas y extensos sabinares; en la zona central, los pinares y hayedos, en terrenos escarpados y agrestes, son protagonistas. En el medio encontramos amplias zonas de transición ocupadas por espesos robledales. Esta variedad implica una riqueza faunística y micológica muy elevada.

Catálogo turístico Sierra de la Demanda. Una historia total

lunes, 21 de junio de 2021

CASTRILLO DE LOS POLVAZARES, SILENCIOSO RINCÓN DE LA MARAGATERIA.


Acaba de amanecer y Castrillo de los Polvazares sigue durmiendo. Sus calles empedradas son nuestras. Ningún ruido, salvo nuestras propias pisadas, rompen la tranquilidad del momento. El Camino de Santiago nunca pasó por este pueblo, pero nuestros pasos nos han conducido hasta él. Cuando marchemos las casas aún no han terminado de despertar. Definida como la quintaesencia de la Maragatería. Un pequeño desvío del camino para pasear por sus solitarias (y empedradas) calles. ¿Vivían aquí los maragatos cuando se originó la Ruta Xacobea? ¿Quién llegó antes?.





Todas las guías y libros sobre el Camino de Santiago lo recomiendan. Al llegar a Murias de Rechivaldo, precioso nombre por cierto, en vez de continuar por el trazado oficial, tomamos una carretera y en poco más de un kilómetro, alcanzamos Castrillo de Polvazares. Luego no es necesario volver atrás, ya que es posible enlazar con la sirga jacobea poco antes de que entre en Santa Catalina de Somoza. La etapa que va de Astorga a Rabanal del Camino, o a Foncebadón, está pensada para disfrutar de la arquitectura tradicional de estos pueblos encantadores.




Castrillo de los Polvazares es una de las villas que más interés despierta de toda la Maragatería, una comarca, por otro lado, llena de hitos interesantes, tanto naturales como humanos. La estructura se remonta a finales del siglo XVI y se fue completando las centurias siguientes. El empedrado actual fue colocado en el siglo XIX. El sonoro nombre castrense proviene de su ubicación, en las cercanías del Castro de la Mesona. Y el apellido, Polvazares, tiene que ver con el terreno arcilloso sobre el que se asienta, una tierra rojiza que genera grandes polvaredas durante la época seca del estío y al paso de carros y carretas.




Dos cruceros, uno situado a la entrada del pueblo, y el otro al final de la Calle Mayor, protegen a los vecinos y en el pasado daban fe a los arrieros de la honradez de su gente.






La casa arriera estaba pensada y ejecutada en función de esta actividad tan vinculada al maragato, que traficaba con vinos, pescados y otros bienes. Llevaban a la costa embutidos, secanos y otros productos del interior, y regresaban desde las costas gallegas con salazones. Las casas de los arrieros ricos reflejaban su poder y fortuna, y contaban con amplias puertas para el paso de carros y patios interiores que daban paso a bodegas, almacenas y cuadras. En la planta superior se ubican los dormitorios. La cocina es encontraba en el centro, en el corazón de la casa. Las ruedas de madera que adornan la fachada recuerdan los tiempos, en realidad no tan lejanos, en que los vecinos de Castrillo se ganaban la vida transitando por los caminos.


La escritora Concha Espina situó aquí, en las calles de Castrillo, rebautizado como Valdecruces, la acción de su novela la Esfinge Maragata. La joven Mariflor acompaña a su abuela a Valdecruces y se sumerge en el mundo de la familia, la tradición y el medio.





Finalizada la Edad Media, y entre los siglos XVI y XIX a los arrieros maragatos, nunca les faltó trabajo, y Castrillo vivió su época de esplendor como muestra su esmerada arquitectura. Además algunos de ellos gozaron de prestigio y cierta influencia. Unas cuantas familias prosperaron económicamente, construyeron casas blasonadas, para remarcar su estatus social y diferenciarse de las gentes más humildes. Estos escudos los conseguían gracias a los favores y trabajos que realizaban para la corona. Algunas de esos apellidos ilustres aún perviven: los Salvadores, los Botas o De la Puente. Todo esto cambió en 1866 con la llegada del ferrocarril a Astorga. La estirpe maragata comenzaba su decadencia. El éxodo rural y la emigración hicieron el resto.



¿Qué si es maragata?. Sí, nació allá abajo e Valdecruces, silencioso rincón de la Maragatería, pero no conoce el país, muy pequeña, la llevaron a La Coruña y nunca volvió al pueblo natal . . .

La Esfinge Maragata.

Concha Espina.

domingo, 20 de junio de 2021

PRIMEROS DÍAS DE PRIMAVERA EN LAS SALINAS DE CABO DE GATA.

 


Comienza la primavera en las Salinas de Cabo de Gata. Un hervidero de vida. Las invernantes alzaron el vuelo en busca del Gran Norte. El resto apura las semanas antes de la llegada del tórrido verano almeriense.


 Las Salinas de Cabo de Gata hacen las delicias de todos los amantes de la naturaleza y de la observación de aves.












El inconfundible Flamenco Común (Phoenicopterus roseus) presume de un vivo y brillante plumaje de color rosa.



El cierre de la Albufera de Cabo de Gata se produjo hace unos 3.000 años. En origen la cubeta, o vaso endorreico, presentaba una extensión mucho mayor que la actual.







Cigüeñuelas, avocetas, chorlitejos, andarríos, archibebes . . . conforman un nutrido grupo de limícolas que encuentran aquí sus sustento.


La iglesia de las Salinas, próxima a la barriada de La Almadraba de Monteleva, data de principios del siglo XX y es uno de los edificios más emblemáticos de la zona.



La Cogujada Común (Galerida cristata) es una pequeña ave esteparia. La podemos encontrar por todo el Cabo de Gata.



Domingo 21 de Marzo de 2021.


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