Klagenfurt es conocida
como la Rosa del Wörthese, el lago que le da su razón de ser, a
pesar de los dragones y tiene su origen, como muchas de las bellas
ciudades del Viejo Mundo, en la Edad Media.
Para los eslovenos
Carintia es un lugar de gran importancia histórica. En esta región
esta rama de los eslavos estableció su primera forma estatal y
abrazó el Cristianismo. En los primeros tiempos medievales era un
área de poblamiento eslavo, pero gradualmente los colonos germanos
que iban llegando fueron modificando el carácter tanto de Carintia
como de la propia Klagenfurt.
El duque Bernhard Von
Spanheim es considerado el fundador de Klagenfurt. Desplazó la
ciudad (conocida en esa época como Forum Chlagenvurth) de su
ubicación original junto a una infecta zona pantanosa a orillas del
Glam, al lugar que hoy ocupa la Alten Platz de Klagenfurt. La idea
era liberar a la población de las continuas inundaciones que padecía
la población. En el año 1252 adquirió la situación jurídica de
ciudad, el Stadtrecht, y llegó a convertirse en una de las ciudades
más importantes del Ducado de Carintia.
Los siglos de la Baja
Edad Media fueron duros, muy duros para la población de Klagenfurt,
que sufrió diversos incendios, terremotos e incluso una plaga de
langostas. Además protagonizaron un levantamiento campesino, que
quizás haya que relacionar con otros movimientos sociales que se
producen en diferentes zonas del continente.
En 1514 un incendio
destruyó prácticamente Klagenfurt, el emperador, Maximiliano I, sin
recursos ni dinero para afrontar la reconstrucción, entregó el
gobierno al Landstände, las Cortes formadas por los diferentes
estamentos. Y fueron éstos los que iniciaron la lenta modernización
de la ciudad.
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