viernes, 20 de marzo de 2020

PONTE DE ARANTE.




Caminando, caminando, alcanzamos A Ponte de Arante, una pequeña aldea lucense, enclavada en el Camino del Norte, entre Ribadeo (frontera natural y urbana con Asturias) y la localidad de Vilamartín Grande, utilizada por muchos peregrinos para hacer parada y fonda.


Arante se encuentra en el fondo de una vaguada, atravesado por el Rego Lexoso, y en el entorno del puente que servía para vadear el río y cruzar el valle, fue creciendo la aldea. A comienzos del siglo XVI Arante contaba también con hospital de peregrinos.


En la actualidad, el edificio más interesante que queda del pasado xacobeo de la aldea, es el Santuario das Virtudes, en cuyo interior es posible admirar unos frescos del siglo XVI, ocultos durante mucho tiempo, hasta que fueron redescubiertos en la década de los '70 del siglo XX. Lamentablemente, para mí, no pude disfrutar de ellos. Aunque el templo fue levantado hacia 1500, el culto a las Virtudes en este lugar viene de tiempos inmemoriales.


Llegamos a Ponte de Arante después de un largo descenso y abandonamos la pequeña población para encarar una subida pedregosa que atraviesa prados, campos de labor y pequeños bosquecillos de pinos y eucaliptos. 




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