martes, 24 de marzo de 2020

NUBIA, PROVINCIA EGIPCIA.




Aventureros, comerciantes y militares, atraviesan Nubia; hay caravanas que traen a Egipto piedras preciosas, ungüentos, plumas de avestruz, madera de ébano. Nubia es el sueño exótico de Egipto, un punto de avance realista y razonable hacia el África negra.
Christian Jacq
El Egipto de los Grandes Faraones.

Las tierras que se extendían al sur de Egipto, desérticas y torturadas por el Sol, eran ambicionadas por los orgullosos faraones por su riqueza en metales, y formó parte del estado faraónico durante gran parte de su historia; hablamos de Nubia.

Los nubios no disponían de tierras fértiles, apenas una estrecha franja de tierra que podía ser cultivada, un hecho que contribuyó de manera decisiva a que no fuese una región muy poblada. En cambio su riqueza minera era proverbial, y por eso, ya desde época predinástica los monarcas egipcios se fijaron en ella. Desde esta época tan temprana de la historia los contactos entre los dos países fueron continuos. Además estaba su importancia estratégica. Nubia era una zona de tránsito entre el interior de África y el mar Mediterráneo, por aquí pasaban los productos de lujo que iban desde el sur hasta el Norte.

El país nuba parece iniciarse al sur de la Primera Catarata, es decir, a partir de Assuan (10º latitud norte). A partir de aquí, habrá que apelar a la tradición oral para la reconstrucción del pasado. Es costumbre denominar Baja Nubia al territorio que se extiende entre la Segunda Catarata, ya próxima a Wadi Halfa y la Primera Catarata, y seguidamente tras remontar la Segunda Catarata, la Alta Nubia. Aquí el Nilo discurre por un desfiladero que se abre entre las mesetas libias del oeste y la que podría denominarse arábiga – de no medias la depresión del mar Rojo al este – y la comunicación de hace difícil, menos no obstante que entre la Segunda Catarata y la Tercera. Ahora el Nilo se nos muestra muy poco propicio a la navegación con una sucesión de rápidos y meandros en medio de un paisaje de sierras desérticas. Bastante más al sur y pasada ya la Quinta Catarata, el Nilo recibe por su derecha y de las montañas de Abisinia un afluente importante, el Atabra. Una pista que va de Korosko a Kurgus permitirá al viajero que la utilice ahorrarse, el gran arco que describe el Nilo en el país Dóngola. Pista siempre inhóspita, dado el carácter desértico de la región que atraviesa y por los nómadas que la frecuentan. Toda la región es receptora de lluvias periódicas, merced a las nubes traídas por los vientos del sur, aun cuando las precipitaciones sólo parezcan favorecer a la cuenta del Atabra. Naupata, en la curva del Dóngola apenas las recibe, aunque sí a Meroe.
José M. Gómez Tabanera.
Las Culturas Africanas.
Historias del Viejo Mundo. Nº 14.

En pinturas y relieves egipcios es sencillo reconocer a los nubios: nariz grande y labios gruesos, piel oscuro, atuendo peculiar y distintivo, cabello ensortijado. La población actual del sur de Egipto y Norte de Sudán (a grandes rasgos, la antigua Nubia) aún muestran algunos de estos rasgos físicos. Precisamente las primeras noticias que tenemos de Nubia proceden de Egipto, merced a los contactos que mantenían.

En el Imperio Antiguo los egipcios explotaron las minas y pusieron en marcha un activo comercio, pero estos contactos se desvanecieron al final de esta época, lo que permitió el desarrollo de una interesante cultura indígena.

Egipto no se planteo nunca en estas regiones la posibilidad de una ocupacion permanente, una vez que consideraba protegidos sus intereses. Por el contrario, parece que se debe a la iniciativa de Fiope I la politica de control sistematico y de colonizacion de la Baja Nubia, a base de puestos militares permanentes, asegurandose asi particularmente el facil acceso a las minas de oro de la region. Esta politica de penetracion en Nubia fue activamente proseguida por Merenre I, quien hizo dos viajes de inspeccion en su corto reinado, durante los cuales recibio el homenaje de adhesion de diferentes principes nubios.
Josep Padró
Historia del Egipto faraónico

Estos contactos entre ambos países se restablecen en el Imperio Medio, con la construcción de varias fortalezas. Con la irrupción de los hicsos, y sus dinastías de Príncipes Extranjeros, se volvió a producir cierta ruptura, y en Kerma surge la cultura cushita, que paulatinamente irá adquiriendo gran relevancia.

Los monarcas guerreros del Imperio Nuevo ampliaron las fronteras de Egipto por el Sur, a costa de Nubia, logrando alcanzar la 4ª Catarata. En estos momentos Nubia quedó dividida en dos zonas, Uauat y Cush, cada una de ellas controlada por un virrey.

De aquí que el país de nuba, es decir, la región que se extiende entre la Primera y la Segunda Cataratas que hoy llamamos Baja Nubia, conociese una masiva ocupación egipcia, que trajo consigo la explotación de sus recursos auríferos, que proporcionarían a los faraones unas 40 toneladas anuales de oro, cantidad que prácticamente sólo logrará superarse en la actual Sudáfrica.
José M. Gómez Tabanera.
Las Culturas Africanas.
Historias del Viejo Mundo. Nº 14.

Nubia se divide en dos provincias y está administrada por un virrey a quien se representa con el cayado, el hacha y el flagellum a la derecha del faraón. El territorio que tiene a su cargo produce oro en abundancia, indispensable para adornar los templos. En las aldeas nubias se han instalado sacerdotes, funcionarios, soldados egipcios que, sin embargo, conservan su identidad original y solamente se mezclan con la población local de una manera bastante superficial. Un ejemplo significativo de ello es que los militares afirman que la cocina nubia no es buena y que no se puede comparar a la egipcia. Los hijos de las personalidades nubias son educados en Egipto. Éstos, profundamente influenciados por la cultura faraónica, están destinados a convertirse en los mejores emisarios de la política egipcia cuando vuelven a su país para ocupar en él puestos importantes.
Christian Jacq
El Egipto de los grandes faraones

Cuando el poder de los faraones comenzó a mostrar síntomas de debilidad y desgaste, la situación fue aprovechada por los soberanos de Cush para auparse al poder y fundar sus propias dinastías de faraones.Únicamente los asirios consiguieron expulsar a los faraones nubios, dando inicio así a una época de decadencia del poder egipcio en Nubia. Y será en época romana cuando la cultura nubia vivirá su época de mayor esplendor: la Cultura Meroítica.

Al igual que sucedió con romanos y germanos en Europa, las relaciones entre nubios y egipcios fueron complejas y profundas, y aunque en ocasiones se enfrentaron en guerras, batallas y conquistas, la norma no fue esa. Los nubios fueron empleados como policía, tropa e incluso algunos faraones egipcios contaban con soldados nubios como guardia personal y cuerpo de élite.


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