Cerca de la
gran mezquita abre sus puertas la madrasa, el centro de estudios
coránicos de la ciudad de Meknes. Este edificio fue construido en el
año 1358 en un cuidado estilo hispano-marroquí siguiendo la
planificación clásica de la escuela coránica: patio central
rodeado de una galería y de una sala de oración.
El patio es
el espacio que vertebra a su alrededor todo el conjunto, además
proporciona luz y ventilación a todas las estancias.
Fuente para
las distintas abluciones rituales.
El primer
piso está compuesto por las minúsculas celdas para los estudiantes
que llegaban hasta aquí con el deseo de instruirse.
Desde la
galería superior puede contemplarse, a través de un ventanuco, las
animadas callejuelas de la medina con sus pequeñas tiendecitas.
Fundada por
el sultán Abou Hassan el Marini (de la dinastía benimerí o
merení). Su construcción fue supervisada por el cadí de la villa
Aba Hamad Abdallah ben Abi Al Ghamr. Esta madrasa es erróneamente
conocida como El Bouaanania.
Artesonado
de madera, azulejos, molduras con motivos geométricos, la
ornamentación lo llena todo, un bello conjunto.
La zona de los baños es la más profunda y húmeda de todo el recinto.
Por
estos pasillos deambulaban los estudiantes. La madrasa de Meknes
disfrutó de excelente reputación en todo el Magreb.
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