viernes, 5 de abril de 2019

LA REVOLUCIÓN E INDEPENDENCIA DE ESTADOS UNIDOS.





Dos notas caracterizan las revoluciones políticas de fines del siglo XVIII en las sociedades occidentales, a las que se llega, como se ha indicado ya, en virtud de un proceso combinado de cambios históricos y a partir de unas circunstancias determinadas: la revolución económica, unida a la revolución social y a la revolución intelectual, desembocan en la revolución política. Estas dos notas son: en primer lugar, tanto la revolución americana como la revolución francesa no pueden ser consideradas como hechos aislados, sino formando parte de la totalidad de los movimientos revolucionaarios que afectan al mundo occidental-atlántico en esa época, y entre las cuales tales revoluciones son las más destacadas y representativas, pero no las únicas; y en segundo lugar, aunque circunstancias concretas explican el desencadenamiento de la revolución en cada país, los movimientos revolucionarios americano y francés, en general, tienen unas causas comunes, que residen en la estructura de la sociedad con el crecimiento de la burguesía, en la evolución de la economía con el desarrollo industrial, en la evolución de la economía con el desarrollo industrial, en la crítica ideológica con la formulación del liberalismo, y en la coyuntura política con la crisis del Antiguo Régimen. Este es, en síntesis, el estado actual de la cuestión, y así lo recogen, entre otros muchos, Godechot, Lefebvre, Touchard y A. Kaspi, aunque Vovelle por su parte ha expuesto una revisión de esta interpretación de acuerdo con más recientes tendencias historiográficas.

Sobre la revolución e independencia de Estados Unidos, tanto Godechot como Kaspi han resumido recientemente el planteamiento de las cuestiones, centradas en esta pregunta: ¿guerra de independencia o revolución social?, a la que contestan con tres opiniones, según el estado actual de investigación: para unos, el conflicto americano fue una revolución más radical que la revolución francesa, mientras que para otros se trató sólo de una guerra política de independencia, sin que impliccara profundas transformaciones económicas y sociales, y una tercera postura intermedia, que acabará por predominar, opina que fue al mismo tiempo una guerra política por la independencia por parte de los colonos americanos contra el gobierno inglés, y también una revolución económica y social de carácter democrático, aunque en un sentido más moderado, realizada por unos grupos sociales burgueses y liberales frente a los principios absolutistas, tradicionales y jerárquicos europeos. En todo caso, añade Godechot, la revolución fue decisiva y resultó victoriosa en ambos sentidos, como revolución política por la independencia, y como revolución social y económica por los principios liberales, y no fue seguida, como en Europa, de una contrarrevolución. Su influencia se extendió opr el resto del continente americano y llegó hasta Europa, al constituirse por primera ver recién obtenida la independencia, un Estado de acuerdo con las ideas revolucionarias, liberales y democráticas de la época.
Introducción a la historia contemporánea. 1
La Era de las Revoluciones. José U. Martínez Carreras.



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