De Lintzoain a Alto de Erro, una subida impresionante. La más
hermosas de todo el camino. Dura. Pura vegetación. Más difícil en
la realidad, que sobre el papel. Eso sí, precioso y espectacular.
Hay que venir. Un lugar de naturaleza indómita y pura. Navarra
salvaje. Un enclave maravilloso.
Se abandona el burgo de abajo, se suben unos 300 metros y se llega a
un cruce desde donde se inicia la ascensión al Alto de Erro. Subida
dura, complicada, las nubes se disiparon y el Sol nos mantuvo en
jaque durante toda la subida.
Un monumento a un peregrino japonés fallecido aquí mismo.
Impresionantes las vistas desde aquí arriba. El hito más sugerente
del día. La vista se pierde por encima de las coníferas (tengo la
sensación de encontrarme observando la Taiga escandinava).
El Alto de Erro ha sido la gran conquista del día. Antes de iniciar
la subida dejó de llover, se abrió el cielo, y la luz del astro rey
nos regaló panorámicas espectaculares. Un ascenso prolongado y
sostenido, una fuerte pendiente rocosa. Esfuerzo y belleza. Para el
recuerdo. Quedé maravillado, como aquel invierno que coronamos la
cima de El Gilillo en la Sierra de Cazorla.
En las estribaciones meridionales del Pirineo navarro las montañas
recortan el horizonte, la vegetación en un maravilloso lienzo.
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