Olores
profundos a especias y encurtidos, carnes braseadas y frutas,
tenderetes de quita y pon, restaurantes de comida rápida magrebí,
la plaza el Hedim es el centro neurálgico de la vida pública de
Meknes, y separa la antigua medina de la ciudad imperial de Mulay
Ismail.
El
ágora griego mutó en foro romano y también en plaza mayor
española. Al otro lado del estrecho de Gibraltar también se diseñan
espacios abiertos que vertebran el plano urbano y organizan la vida
económica de sus vecinos.
Al amanecer
de un día cualquiera la plaza El Hedim es un rincón tranquilo y
solitario. Al marroquí como al español no le gusta madrugar y habrá
que esperar al sol de medio día para contemplar la efervescencia que
se adueña del lugar. Mientras ese momento llega las baldosas duermen
su propio sueño.
Al fondo se
dispone la Medina, a nuestra espalda queda la monumental entrada a la
sede real de Mulay Ismail.
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