Mostrando entradas con la etiqueta Gran Madre. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Gran Madre. Mostrar todas las entradas

lunes, 20 de marzo de 2023

DIOSA DE LA FERTILIDAD DE LA CULTURA VINÇA.


Sexualidad y fertilidad. Un ídolo femenino perteneciente a la cultura Vinça que se desarrolló en la región balcánica y que ha sido datada hacia el IV milenio a.C. Entre los arquetipos primigenios el triángulo siempre se ha identificado con la vulva, y por tanto con la mujer, y por extensión con la Gran Madre. En esta figurilla de terracota, además la diosa lleva las manos a sus senos para darle más énfasis. Acabó el Paleolítico cuando las mujeres descubrieron la agricultura, y fueron ellas las que acabaron convertidas en las diosas de la fertilidad del Neolítico. Representaciones como esta, que se expone en el Museo de Historia Natural de Venecia, aparecen en toda la Vieja Europa y el Próximo Oriente.

sábado, 4 de abril de 2020

ÉPOCA PREDINÁSTICA. EGIPTO ANTES DE LOS FARAONES.




La época Predinástica es la etapa anterior a los primeros faraones y se corresponde con las últimas etapas del Neolítico. Las aldeas neolíticas fueron dando forma al Bajo y al Alto Egipto, mucho antes de la primera unificación del país. En ese sentido podemos afirmar que la civilización egipcia, que lleva siglos fascinando a toda la humanidad, nació mucho antes de que el primer faraón reinase sobre el país del Nilo. Sus orígenes los situamos en la lejana prehistoria y lentamente fue forjándose a lo largo de un proceso evolutivo que la llevó a atravesar las puertas de la Historia escrita. 


Los cambios trascendentales cambios que permitieron el paso del Paleolítico al Neolítico comenzaron a suceder en Próximo Oriente hace unos 10.000 años, un área muy próxima, y en continuo contacto, con Egipto. Sin embargo, las tierras de Egipto permanecieron un tanto ajenas al desarrollo de agricultura y ganadería hasta bien entrando el sexto milenio a.C., cuando sus comunidades humanas nómadas, que vivían de la caza y ocupaban las terrazas del río Nilo, aún no desertizadas, comenzaron a recibir las influencias de grupos neolíticos que, procedentes de Asia, portaban una agricultura y una ganadería avanzada.



El cuchillo de Dyebel El Arak, conservado en el Museo de Louvre, data del Período Predinástico y se compone de una magnífica hoja con retoques paralelos y de un precioso mango de marfil con decoraciones en relieve, en las que se han visto influencias mesopotámicas. Esta técnica de fabricación de armas y otros objetos de sílex perduró hasta bien entrados los tiempos históricos, debido, principalmente, a las dificultades del país para proveerse de metales. 

Las comunidades agrícolas enraizaron pronto en el Delta del Nilo (al Norte del país), en Merimda, El Omarí y el oasis de El Fayum, experimentando una rápida evolución y desarrollo que llevaron al surgimiento de las primeras ciudades en el Bajo Egipto a mediados del quinto milencio a.C. En estos primeros núcleos urbanos apareció el trabajo especializado y la estratificación de las clases sociales. Esto, acompañado de una agricultura muy productiva, pertmió un enorme crecimiento demográfico. Los cimientos de la historia estaban echados. 

Las culturas neolíticas de El Fayyum (hacia el 5000 a.C., o más tarde) y de Merimde (hacia el 4000), en la orilla occidental del Delta, acusan un avance cultural considerable. Cabras, cerdos y gansos, y algunas especies de cereales, se suman a los recursos de que el hombre dispone. La casa se hace más estable, los silos sirven para preservar la cosecha, el grano se guarda en tinajas, y se van extendiendo la cestería y los tejidos de lino. La sociedad se basa en la comunidad aldeana. La cooperación hace posibles logros muy importantes: los agricultures se establecen en las mismas orillas del río y van organizándose sistemas de irrigación, mientras que alrededor, flanqueando el valle y adentrándose en el desierto subsisten pastores nómadas. 
A Tovar, W Rölling, I Gamer-Wallert 
Historia del Antiguo Oriente.

La búsqueda de recursos minerales en el Medio y Alto Egipto – especialmente oro – por parte de colonos septentrionalers adoradores de Horus y Osiris, aceleró el contacto, y también el conflicto, con las sociedades meridionales. 



Los elementos conocidos de la escultura de bulto redondo en época predinástica consisten sobre todo en pequeñas figurillas de barro cocido, hueso o marfil que, representan en la mayoría de los casos, mujeres desnudas (¿eco lejano de las Venus Paleolíticas?). Podemos estar ante la representación de la Gran Madre. 

En el Egipto Predinástico, la ciudad de Heliópolis se convirtió en la metrópoli religiosa del país, al logra su clero doblegar a todos los dioses bajo la supremacían absoluta de Atón. Desde un punto de vista político, debemos ver en Heliópolis, una árbitro de las relaciones entre nomos. 

Mientras en el Bajo Egipto se desarrollaba la pujante civilizción de Maadi-Buto, que mantenía activas relaciones a través del Mediterráneo con Mesopotamia, en el Alto Egipto se iba consolidando la cultura de Nagada, cuyo centro era Ombo, patria ancestral del dios Set. Sin embargo algunas divinidades procedentes del Delta, se fueron instalando en el Valle, provocando un conflicto entre los adoradores de Horus y los de Set, que concluyó con la victoria de los primeros. De esta manera de construye el reino horiano de Hieracómpolis en el Alto Egipto, hermanado con el reino de Buto en el Bajo Egipto. Desaparecido el reino de Buto, los reyes de Hieracómpolis iniciaron la conquista del Bajo Egipto, al tiempo que establecian sus nueva capital en Tinis y su necrópolis en la cercana Abido, principal santuario de Osiris en el Alto Egipto. 



La Paleta de Hieracómpolis o de Oxford es uno de los elementos más característicos del Predinástico. En general estos objetos representan la evolución final de unas paletas de piedra más primitivas y meramente funcionales, utilizadas para mezclar productos cosméticos repelentes de insectos. Con el tiempo fueron incorporando elementos decorativos hasta llegar a la eclosión final que son las paletas votivas decoradas ampliamente con bajorrelieves. La parte superior de esta paleta está enmarcada por dos perros enfrentados, con las cabezas destacadas en bulto redondo. El receptáculo circular recuerda la función original de las paletas destinadas a la mezcla de cosméticos. Vemos también animales fantásticos que alargan sus cuellos y escenas de caza, en la que dos perros persigen gacelas, íbices y antílopes. 

Se ha señalado que el juego de los dos modos de vida, pastoral y agrícola, que conviven en Egipto, es decisivo para la presencia de la cultura en el país. El mismo juego histórico entre el nómada y el sedentario que se señala en Mesopotamia, se produce aquí. 

Durante varios siglos, el Alto Egipto afirma su unidad frente al Delta, que se ha desarrollado completamente como una sociedad agrícola. El Alto Egipto mantiene su personalidad frente a los nubios del Sur, los libios del Oeste y los beduinos del desierto del Este y de la península del Sinaí. 
A Tovar, W Rölling, I Gamer-Wallert 
Historia del Antiguo Oriente.

miércoles, 1 de abril de 2020

EL TRONO DE ASTARTÉ.



Deidad suprema del panteón fenicio, por encima incluso del terrible Melkart. De Tiro a Gadir, del Oriente Mediterráneo a las Puertas del Océano, la Madre Ancestral, la Naturaleza y la Vida en toda su extensión, sus devotos practicaron cultos de sangre en su honor. El destino de los hombres está en su poderosa mano, bondadosa y protectora, puede tornarse terrible y destructora. Inanna, Ishtar o Astarté, Venus en el cielo vespertino, ayer diosa venerada en Tartessos, hoy reina indiscutible en la marisma de Huelva.


Museo de Bellas Artes de Viena. 

martes, 27 de noviembre de 2018

EL MITO OLÍMPICO DE LA CREACIÓN.



En el principio de todas las cosas la Madre Tierra emergió del Caos y dio a luz a su hijo Urano mientras dormía. Contemplándola tiernamente desde las montañas, él derramó una lluvia fértil sobre sus hendiduras secretas, y ella produjo hierbas, flores y árboles, con los animales y las aves adecuados para cada planta. La misma lluvia hizo que corrieran los ríos y llenó de agua los lugares huecos, creando así los lagos y los mares. 

Sus primeros hijos de forma semihumana fueron los gigantes de cien manos llamados Enarco, Giges y Coto. Luego aparecieron los tres feroces Cíclopes de un solo ojo, constructores de murallas gigantescas y maestros herreros, primeramente de Tracia y luego de Creta y Licia, a cuyos hijos encontró Odiseo en Sicilia. Se llamaban Brontes, Estéropes y Arges, y sus espíritus han vivido en las cavernas del volcán Etna desde que Apolo los mató en venganza por la muerte de Asclepio. 

Los libios, sin embargo, pretenden que Garamante nació antes que los cíclopes de cien manos y que, cuando surgió de la llanura, ofreció a la Madre Tierra un sacrificio de bellotas dulces.
Robert Graves. 
Los Mitos Griegos. 

domingo, 4 de noviembre de 2018

BLACK DEATH.




Año de nuestro Señor de 1348, los efluvios de los muertos flotaban en el aire como veneno, la peste, más cruel y despiada que la guerra, había caído sobre nosotros. Una peste que mataría a la mitad de nuestro reino. ¿De dónde vino?. ¿Qué transportó su germen?. Los sacerdotes dijeron que era el castigo divino. ¿Por qué pecado? ¿Qué mandamiento inflingimos para ganarnos esto?. No, nosotros conocíamos la verdad. Esto no era obra de Dios, sino del Diablo. O producto de la brujería. Y nuestra misión era cazar a un demonio como remedio de Dios.


Un tiempo en que la terrible epidemia de Peste asoló Europa.


Una época de superstición y oscurantismo.


Pero también de brutalidad y sadismo.


En momentos de zozobra ¿cuál es la mejor solución?¿La oración? ¿O la nigromancia?.


Un heterogéneo grupo formado por hombres de fortuna, todos personajes desarraigados (tan pecadores como aquellos a los que pretenden destruir) , está a punto de comprobarlo.


¿Quién ganará la batalla más vieja de todos los tiempos, la Iglesia o la Brujería, la Religión de Cristo o la Magia Natural, el Dios Masculino o la Gran Madre Primigenia?.




viernes, 27 de julio de 2018

BRUJERÍA




La brujería llama a nuestros ancestros, nos lleva al origen de la sociedad, a un tiempo en que la religión reglada y dogmática no había surgido aún, y hombres y mujeres, sentían la necesidad de contactar con el lado numinoso de la existencia. Pero la brujería también llama a la represión, al miedo y a la superstición, dos caras de la misma moneda. Sin comprender la una, no es posible explicar la otra.

Un caso más de violencia hacia la mujer, miedo ancestral a la vulva libre e independiente. Sacerdotes e inquisidores, obligados a vivir en castidad (insana y antinatural) están convencidos del peligro que supone para el “statu quo” una mujer liberada. Podemos entrever en estos procesos una forma brutal de imponer (a toda costa) el patriarcado judeocristiano.

El Romanticismo, una corriente de pensamiento y sentimiento que explotó en Europa junto a revoluciones liberales y nacionalistas, utilizó primero la literatura, y más tarde el cine (y el cómic) para dibujar la imagen de la bruja: una heroína rebelde que conoce los secretos de la naturaleza y los utiliza para hacer el bien. Una mujer valiente que se enfrenta sola a un mundo injusto dirigido por hombres que la marginan. Paralelamente se fue diseñando a otro bruja, la que vuela en escoba, celebra aquelarres y adora a Satán. Una alcahueta fornicadora y una hechicera que conoce poderosos filtros que utiliza para ganar un poco de dinero. Una mujer que representa, en este caso, la antítesis de la piadosa y devota cristiana.

Estas dos imágenes, que pueden ser complementarias, han labrado el concepto de bruja que manejamos en este milenio.


martes, 6 de marzo de 2018

LA BRUJERÍA EN NAVARRA.




“Y luego, cuando comenzamos a caminar por Navarra fue avisado que las mujeres en aquella tierra eran grandes hechiceras encantadoras, y que tenían pacto y comunicación con el demonio para el efecto de su arte y encantamiento. Y así me avisaban que me guardase y viviese recatado, porque eran poderosas en pervertir a los hombres y aún en convertirlos en bestias y piedras si quería. Y aunque en la verdad en alguna manera me escandalizase, holgué en ser avisado, por que la mocedad, como es regocijada, recibe pasatiempo con semejantes cosas; también porque yo de mi cosecha fuera aficionado a semejantes acontecimientos. Por tanto, iba deseoso de encontrarme con alguna que me encantase ...”
Cristobal de Villalón.
“El Crótalon de Cristóforo Gnofoso”.


Zugarramurdi, Burguete y otros enclaves navarros han quedado grabados en el imaginario popular como enclaves brujeriles. Los puñeteros cristianos no pudieron acabar con el culto a la Madre Tierra, la Gran Madre, la Mari Vasca y arrojaron a muchas mujeres (y también unos pocos hombres) al fuego. Y esto sucedió en el brillante Renacimiento y no en la oscura Edad Media.

Caseríos, aldeas y pueblos navarros, básicamente el entorno rural y montaraz, sufrieron  durante las primeras centurias de la Edad Moderna una caza de brujas en toda regla, perpetrada por la Inquisición española (o castellano-aragonesa si se quiere) Aunque el caso más famoso (por el cine, la literatura y los programas televisivos sobres misterios) fue el de Zugarramurdi, desgraciadamente no fue el único.


A decir verdad, la Inquisición española anduvo siempre más preocupada de cazar herejes y desenmascarar conversos que en mandar a mujeres a la hoguera. No obstante, en un momento preciso del siglo XVI dirigió su mirada hacia un rincón concreto de la piel de toro, agazapado junto al Pirineo, cubierto de húmedos bosques y poblado de tradicionales caseríos, y allí encontró, aquello que había ido a buscar. Curiosamente el último territorio peninsular en ser incorporado a la corona que los Trastámara forjaron para los Habsburgo. Navarra, un reino que Fernando el Católico, antes de pasar a mejor vida, se empeñó en anexionar. En todo este asunto resulta complicado abstraerse del contexto político de la época y no intuir una maniobra más de anexión y asimilación de un territorio, una gente y una sociedad, utilizando el miedo y el terror.

La palabra “sorgiña”, que significa bruja en euskera, no aparece en la documentación fiscal de los tribunales navarros de justicia civil hasta bien entrado el siglo XV. En esa misma centuria, año 1480, encontramos en Navarra la publicación “De Superstitionibus”, su autor, Martín de Andosilla, se refiere a las supuestas brujas que habitan en la región vascona de los Pirineos. Este libro fue redactado siete años antes que el manual por excelencia utilizado por los cazadores de brujas; el Malleus Maleficarum. Poco a poco, se va abonando el terreno para la persecución brujeril que estaba a punto de desencadenarse.

Informes judiciales, documentos civiles, actas de la inquisición, testimonios y narraciones, hacen posible rastrear, cuatro siglos después, las huellas de las brujas, demonios, aquelarres, exorcismos, y como no, de los inquisidores. Aunque la primera noticia sobre una redada brujeril en la comarca pirenaica data de 1329, es a comienzos de la Edad Moderna, cuando este fenómeno se desarrolla con toda su crudeza. A partir de la documentación existente, sabemos que entre los siglos XVI y XVII se sucedieron en Navarra cuatro procesos brujeriles:


* El primero en 1525, centrado en los valles del Roncal y Salazar, con quema de brujas en la localidad de Buguete.


* Una segunda oleada, también en los citados valles, concluyó con un autor de fe celebrado en la capital Pamplona en 1540. 


* El tercero de estos procesos tuvo lugar entre los años 1575 y 1577, y dos personas fueron ejecutadas en el prado de la Taconera situado en Pamplona. 


* La última fase de la persecución es la famosa caza de brujas de Zugarramurdi, acaecida entre 1609 y 1612, con el auto de fe celebrado en Logroño.

Después de esta última oleada la fiebre brujeril se fue apagando, marcando, en cierta manera, el final de la brujería en Navarra.


Nunca sucede algo porque sí. Nunca ocurre nada sin motivo. Detrás de cada acción subyace uno, o varios motivos. Los inquisidores perseguían (fundamentalmente) dos objetivos, uno religioso y otro social; acabar con ciertas prácticas paganas y dominar, a través del miedo, demostrar a las sencillas gentes del pueblo quien manda. A través del miedo y la represión socavar, de paso, la autoestima de las mujeres. En el caso que estamos analizando, la quema de brujas fue una forma de someter al pueblo navarro recién incorporado a la corona española.


En la actualidad el gobierno de Navarra ha diseñado cuatro itinerarios (tan interesantes como lucrativos) que recorren escenarios históricos de este fenómeno. Transitando por ellos es posible descubrir su historia, sus ritos y creencias, y revivir su existencia misma.

La iglesia cristiana (la católica y las protestantes) transformó (a su antojo) en brujas a las practicantes (en su mayoría eran mujeres) de la magia natural y el culto a la Gran Madre (que en su día describió Marija Gimbutas). Aunque a veces (demasiadas) eran los propios convecinos los ejecutores. Siempre ha sido muy fácil culpar a otro de los problemas que nos afectan. No llueve, la gallina no pone huevos, la vaca no pare terneritos, mi esposa me engaña con otro hombre. Sin duda, la culpa es de una bruja. Actualmente la palabra bruja sigue utilizándose como un insulto para la mujer.



La historia de la brujería es la historia de su persecución, puesto que no hubo brujos ni embrujados hasta que comenzó a hablar y a escribir sobre ellos. La autosugestión y la psicosis colectiva alimentaban testimonios y acusaciones en los procesos judiciales. Si añadimos las supersticiones, las tradiciones, el rigorismo religioso y los conflictos políticos obtenemos un ambiente ideal en el que desencadenar la caza de brujas. Y en aquellos siglos si hubo un lugar en que la credulidad dio pie a vivir bajo el temor constante a fuerzas sobrenaturales, ese era el mundo rural y fronterizo del antiguo Reino de Navarra. En ese sentido, el inquisidor Salazar Frías sentenció en el año 1613 que “no hubo brujas ni embrujados hasta que se habló y se escribió de ello”.

jueves, 9 de noviembre de 2017

DAMA DE ELCHE.



Joyas, tocados y perfume para significar su importancia social. Su mirada es tan enigmática (o más) que la sonrisa de la Mona Lisa. Desde un lejano más allá, la piedra trae su espíritu a nuestros días. ¿Qué pensará viendo desfilar, cada día, a cientos de personas por delante de ella?. Sin saberlo, seguimos adorándola.

Rostro inmortal de nombre desconocido. Trascendió la imagen, la figura, el recipiente, pero se perdió la referencia, olvidamos a quien represente realmente. Nada tan famoso carece de nombre. ¿Princesa?, ¿Diosa?, ¿Sacerdotisa?. ¿Las tres a la vez? ¿Ninguna?. ¿Nos encontramos ante una matriarca, la prueba definitiva del pretendido matriarcado estudiado y descrito por Marija Gimbutas?.

En el fondo de la cuestión, no importa quien fuese, lo verdaderamente significativo es que se trata de una mujer, y por el tratamiento que recibió, tuvo que ser miembro (que no miembra) importante para su grupo social. ¿En qué desgraciado momento apartó el hombre a la mujer?. Malditos cien veces los responsables de tal perversión.


La Venus de Willendorf, esta Dama de Elche, Isis, Astarté, la Pachamama, hablan a las claras de la preponderancia de la mujer en los albores de la Humanidad. Luego, llegó el judaísmo y sus perversiones (Cristianimos e Islam), y trataron de someterla, amordazarla y esclavizarla. Pero ahí sigue la Virgen María, cuyo culto es más profundo y arraigado que el del mismo Dios Padre. El que no quiera verlo, sigue estando muy ciego.  

lunes, 12 de junio de 2017

BEREHYNIA



Berehynia es el nombre que los ucranianos daban a una deidad femenina protectora del hogar y de las aguas. En ocasiones ha sido identificada con la Gran Madre primordial. Existe un debate en torno a esta figura; para unos es una diosa del antiguo panteón eslavo, mientras que para otros es una figura de reciente invención, concretamente en los años '90 del siglo XX tras la independencia de Ucrania. No obstante, en la actualidad es un personaje revindicado por el nacionalismo ucraniano. 

jueves, 18 de mayo de 2017

MARÍA MAKILING.



Una ninfa de la naturaleza, hada que protege el volcán Mikiling en Filipinas. Protagonista de leyendas precoloniales, supersticiones relacionadas con el oro e historias de amor trágico. María es un espíritu benefactor que protege la vegetación, los bosques y la montaña, vinculada a la Gran Madre Primigenia. Se cuenta que en una ocasión convirtió jengibre en oro para ayudar a un aldeano necesitado.  

viernes, 28 de abril de 2017

EL GRAN CABRÓN.



Negrura, oscuridad, cánticos guturales alrededor del macho cabrío. Adoradoras de Satán, buscadoras de la libertad, ajenas a los cielos, nunca pensaron renunciar a la Gran Madre. Rostros desdibujados, apenas iluminados por una luz más espectral que racional. Magia y superstición, religión transmutada, conjuras tradicionales y dioses ancestrales, comportamientos atávicos de comunidades rurales que viven en simbiosis con la naturaleza.  

jueves, 11 de agosto de 2016

LAIMA



En las ancestrales mitologías bálticas, Laima es una de las diosas más veneradas y sobresalientes del panteón. Entre los letones y los lituanos laima representa el destino y la fortuna, pone orden en la vida de los hombres y de todo ser viviente, y aparece frecuentemente asociada al nacimiento, el matrimonio y la muerte. Es protectora de de los partos, tiene la facultad de profetizar el futuro del recién nacido y aparece conjuntamente con sus hermanas, al igual que las Parcas y las Nornas. Dibuja la línea vital de todas las personas y entre los letones se manifiesta como serpiente, gallina o escarabajo negro. En este caso el negro es el color de la vida, de la fertilidad, y no de la muerte. Una diosa ancestral, vive siempre en la tierra, y la podemos enlazar con la Gran Madre profusamente estudiada, entre otras, por la investigadora lituana Marija Gimbutas. El cristianismo pasó por encima de muchas de estas deidades primigenias, intentó sustituirlas por la Virgen María en sus múltiples advocaciones, tildó a sus seguidoras de brujas y hechiceras, pero nunca consiguió ni desterrarla, ni destruirla.



miércoles, 21 de octubre de 2015

HATHOR, DIOSA DEL AMOR.



Fértil como la “tierra negra” la mente egipcia imaginó diosas capaces de adoptar variados aspectos y adoradas como deidades protectoras y auténticos símbolos cósmicos. Hathor, etimológicamente “la casa de Horus”, era representada con aspecto de vaca o con cuerpo de mujer y cuernos y orejas de vaca. Entre los cuernos, un disco solar.


Hathor amamanta al faraón y se encarga de recibir a los difuntos cuando hacen su entrada (triunfal) en el enigmático Más Allá. En algunos mitos Hathor que tiene un templo consagrado en Dendera, comparte familia y leyendas con Isis.


jueves, 25 de junio de 2015

ÍDOLO OCULADO DE EXTREMADURA.



El mono desnudo, como acertadamente lo bautizó Desmond Morris, abandonó el bosque, se internó en la sabana y en su viaje descubrió la piedra e inventó dioses. Con el tiempo aprendió a transformar la piedra a imagen y semajanza de esos dioses. Los ídolos, llamados oculados, bien pueden representar a uno de esos dioses. La representación de esos enormes ojos es el elemento común que caracteriza a este tipo de figurillas, unificadas bajo el concepto de oculados. Otros rasgos pueden corresponder al pelo y a un posible tatuaje facial. Las circunstancias del hallazgo no han permitido determinar su procedencia exacta, y a pesar de ser conocido como "Ídolo de Extremadura", la concentración de piezas similares hacen suponer que apareciese en la cuenca del Guadalquivir. Pese a tratarse de un representación asexual, se ha relacionado con divinidades femeninas o encarnación de la muerte, vinculada a las creencias centradas en el culto a la fertilidad practicado por los miembros de sociedades agrarias protohistóricas. Mientras miro fijamente al fondo de los ojos de esta figurilla tratando de captar su esencia no puedo dejar de preguntarme si es posible que algún primate pariente haya inventado también sus propios dioses.  

jueves, 18 de junio de 2015

LA DAMA DE ORIHUELA



En una sociedad aristocrática, varonil y guerrera como era la ibérica, los hombres y mujeres seguían manteniendo un estrecho (e irrompible) vínculo con la esencia femenina, con la Madre Tierra. Eso al menos se desprende de la proliferación de esculturas de damas de hermosas facciones. Quizá la Dama de Orihuela no sea de las más conocidas, pero su belleza es innegable. Esculpida en arenisca y conservada en el pequeño museo de la ciudad alicantina, procede del prolífico Cerro de los Santos. Un manto cubre la cabeza de una dama datada en el siglo IV a.C. y que presenta un rostro colmado de serenidad. El yacimiento de procedencia es un santuario donde recibió culto una divinidad, de nombre desconocido, que se relaciona con unos depósitos de agua medicinales. Podemos imaginar un ritual centrado en la ablución o incluso ingestión de estas aguas, y en la ofrenda votiva de figuras como esta.  

domingo, 14 de junio de 2015

DE LA CUEVA AL TEMPLO.



Desde un principio, mucho antes de la historia escrita, el ser humano encontró refugio en la cueva. Mientras desarrollaba su cotidianidad, pronto dicha oquedad se convirtió en un lugar mágico, centro de iniciación, en la que los artistas supieron plasmar en sus paredes rocosas ese día a día pero también ceremonias y rituales. Cuando el hombre pasó del nomadismo al sedentarismo, dando nacimiento a la agricultura, ya poseía un desarrollo de conciencia suficiente para usar el símbolo como representación de sus conocimientos. Conceptos e ideas trascendentes, culto a los muertos y una visión personal de cuanto le rodeaba.

Pronto floreció el Megalitismo. Dólmenes, menhires, cromlechs, sepulcros de corredor y más tarde construcciones ciclópeas fueron el testimonio que nos legaron. La importancia del culto a la piedra se pierde en la noche de los tiempos. El propio Platón utilizó la caverna como arquetipo cósmico y como símbolo ético y moral. Esa cavidad en las entrañas de la tierra representaba el útero o la matriz materna. Para dicho filósofo, la visión de la cueva era como la representación del purgatorio donde la luz solo se percibe como reflejo y los seres solo como sombras, esperando su conversión para la ascensión del alma hacia el mundo de las ideas. Mircea Eliade, consideraba a la cueva como una representación del yo interior y del yo profundo del inconsciente, materialización del Regresus ad uterum.

A imagen del cosmos, el suelo corresponde a la Tierra y su bóveda al Cielo. Para los taoístas, la montaña sagrada de K'uenLuen, centro del mundo, contiene una cueva secreta por la que se regresa al estado primordial antes de la salida hacia el cosmos. En la arquitectura tradicional de la India, cuando el templo se halla esculpido en la roca posee en su interior un stupa, cuyo monumento posee a su vez en sus entrañas, reliquias que son consideradas sagradas. La caverna de Abu Ya'qûb es la caverna primordial, conocida en el esoterismo islámico como Tawîl o regreso a la sustancia central. El Templo de Osiris en Egipto, lugar conocido únicamente por los grandes iniciados, estaba tallado también en la roca y formado por una gran sala que se abría a las criptas subterráneas. Los propios esenios se reunían en una gran cavidad en el interior de la montaña, en la que se encontraba una gran mesa con asientos de piedra. Poseía dos entradas; una para los iniciados y otra para los maestros. En las Escrituras, Génesis, capítulo XXI, versículo 29, el moribundo Jacob ruega a sus hijos para ser enterrado en la «doble cueva» del campo de Efron Hetheén.

Estos enclaves iniciáticos eran el lugar del nuevo nacimiento y de la regeneración. El adepto era recibido, moría en su vida material, abandonaba lo sensible para salir completamente trans formado y lleno de una nueva vida, la vida del iniciado. Era una transformación de conciencia, una catarsis, una muerte simbólica y un renacimiento hacia un nuevo estado del ser. Estas tradiciones ancestrales que se llevaban a cabo por la vía de la tradición oral, pronto se vieron relegadas con la imposición de la nueva religión imperante, el Cristianismo. El culto a las piedras se vio combatido por el Concilio de Arles. A pesar de la prohibición, el ser humano siguió con la tradición de sus antepasados. Solo existían dos soluciones: destruir los megalitos o recuperarlos para sí. Algunos fueron destruidos, pero finalmente se optó por la segunda de ellas. Se esculpieron cruces, se construyeron iglesias en sus cercanías e incluso encima de ellos. Prueba evidente de su sacralidad.

Con el paso de los siglos, ermitas, iglesias y catedrales, éstas últimas en época de máximo apogeo de la Edad Media, conservaron en su iconografía aquellos conceptos considerados secretos, ocultos, procedentes de ceremonias, ritos e iniciaciones ancestrales que quedaban en la memoria del acervo popular y que las nuevas imposiciones eclesiásticas no lograron borrar con sus dogmas y credos. Los templos venían a tener el mismo significado ancestral. El suelo enlosado era la Tierra y las nervaduras, contrafuertes y demás elementos arquitectónicos que sostenían la bóveda representaban al Cielo.

Los lugares llamados actualmente «de poder», en el que confluyen las denominadas fuerzas telúricas y que estudia la moderna Geobiología, poseen una larga tradición como enclaves sagrados en los que el hombre unía la tierra con el cielo y que aparecen en todos los pueblos y culturas del planeta. Pinturas y grabados de todos los tiempos han representado esas fuerzas que el ser humano ha aprovechado para ir en pos de su trascendencia y en las que erigió megalitos, templos, y más tarde, con el paso de los siglos, ermitas, iglesias y catedrales.

Corrientes de aguas subterráneas, fuentes, manantiales, cuevas prehistóricas, castros y un sinfín de asentamientos humanos se edificaron en estos enclaves o en sus cercanías, aprovechando esas fuerzas de la Madre Tierra, denominadas como las venas del dragón por el Feng Shui o Wouivres por los celtas. Fuerzas que empiezan a ser investigadas actualmente y con resultados sorprendentes.
Xavier Musquera. Ocultismo Medieval.
Introducción.


viernes, 5 de junio de 2015

LOS SÍMBOLOS ESENCIALES.



El hombre en su infrenable lucha por la supervivencia de su identidad ha establecido o identificado diversos símbolos. Algunos, como el Cielo y la Tierra, se remontan a al antigüedad. El Génesis comienza diciendo: "Al principio creó Dios el Cielo y la Tierra". Así pues la división entre Cielo y Tierra, Arriba y Abajo es remotamente ancestral y parece asociada a la propia realidad física del hombre.

El más antiguo de estos conceptos opuestos que tenemos noticias fue la visión de una Gran Madre, de cuya fertilidad dependía el hombre. Su opuesto y consorte era el Padre Celestial, cuyos poderes ostentados eran el sol y el trueno que proporcionaban el calor y la lluvia, necesarios para la fertilización y crecimiento de la Madre Tierra.

El Cielo es el gran Macho Universal, principio masculino, estimulador de la construcción y de la evolución: el Padre. Y la Tierra es la gran Hembra Universal, el principio femenino constructora de forma: la Madre. El Padre es dador de vida, la Madre de la Muerte puesto que su vientre es la puerta de ingreso en la materia, y a través de ella la vida se anima en la forma, entrando en la mecánica temporal, y por tanto con principio y final.

La figura del Padre, y no del varón virgen que debe demostrar su virilidad, se corresponde con el lingam de Siva, el falo de las bacantes y el menhir simbólico. Pero no ha sido entendido como una sublimación sino como esencia dinámica y positiva: la fuerza masculina que implanta la vida el óvulo y transforma su latencia en construcción. El Padre es omnipotente, pero no puede dar a luz, por ello necesita la Madre.

A la Gran Madre se la ha asociado con el mar y la tierra, es la madre de todo lo que vive. Es el vientre arquetípico a través del cual es posible la manifestación. La madre es omnipotencial pero inerte; precisa del Padre. Las diosas madres son así ambiguamente percibidas: capaces de dar y tomar, personifican la tierra, creadoras de animales y vegetación, son diosas del amor, del matrimonio y de la maternidad, de la vida....y de la muerte. Aparecen con alguna o con todas esas características ostentando diversos nombres. Recordemos algunos: Kalia (India), Innana (Sumeria), Ishtar (Babilonia), Astarté (Fenicia), Cibeles (Anatolia, Frigia y Roma), Afrodita, Demeter, Artemisa (Grecia), Venus, Ceres, Diana (Roma), Isis (Egipto), Ma (Anatolia), Freya (Escandinavia), Marcha (Irlanda), María, Santa Ana (Cristianismo).

La Madre constituye en fin la fuente de vida, medio de purificación, centro de regeneración. Es por tanto iniciadora, puerta de la sabiduría, y receptáculo de los secretos.

Estas dos fuerzas simbólicas esenciales constituyen los dos paradigmas o patrones básicos que tiñen cualquier acción trascendente de los humanos. Así es. Padre y Madre, Cielo y Tierra son los dos polos de manifestación de lo sutil. Constituyen propuestas diferentes. Dos vías de alcanzar aquello que está más allá de la consciencia ordinaria. Pero no han tenido ambas igual fortuna.

La mayor parte de culturas que se ha extendido en época alguna sobre el orbe han inclinado su preferencia hacia el Cielo. Diversas son las causas, algunas de la cuales podemos establecer aquí.

Nacer para morir. Extraña paradoja. No parece haber escapado este fenómeno a los primeros hombres con capacidad para discernir. Aquello que comienza acaba. Y las hembras son las culpables; responsables de parir, de poblar este "valle de lágrimas". Culpables además de seducir con sus encantos a los mejores machos de la especia, que riñan hasta la muerte entre ellos, en pos de nos bellos senos. Tan inculpable como misteriosa: poseída por el don de la fecundidad.

De la generosidad de la Madre Tierra depende el hombre primitivo - y aquellos que no somos tan altivos sabemos que eso no lo cambia la tecnología -. De la fertilidad de la madre, de los frutos que florezcan depende la supervivencia de nuestros ancestros. Es por tanto imprescindible atenderla. Toscas diosas de la fecundidad son después de las pinturas rupestres animalistas, la primera manifestación artística conocida del hombre. En los oscuros bosques de la Dordoña tiempo ha que están olvidados los viejos cultos. Aquellos primeros ritos de los que apenas nos queda la sospecha en forma de piedra, los bloques en alto relieve de Laussel, y su famosa Venus del cuerno.

Pero la Madre Tierra pese a sus misterios y encantos es oscura y fría. La luz, el calor, la misma lluvia que necesitamos para beber viene del cielo. El hombre mira hacia arriba con esperanza. Su vista no alcanza límite alguno. La luz del sol durante el día. La tenue luz de las estrellas y de la luna en la vigilia. Siguen ciclos prácticamente invariables. Es posible medir el tiempo y establecer calendarios.

El Sol, la luz significa seguridad. Con el amanecer la mayor parte de la vida animal despierta tras sobrevivir a los peligros de la noche. El hombre se pregunta sober la eterna seguridad. Alcanzar al Padre. La Madre, aunque seductora implica riesgo, incertidumbre. Hay que esperar, implorar que la tierra ofrezca sin retraso sus frutos siguiendo el desarrollo de las estaciones. Se hacen ritos propiciatorios, pero aparece inequívocamente la noción de Paraíso, donde nunca hace frío, abunda la comida, y jamás aparecen las tinieblas. Es un rechazo a la Madre. Alcanzar al lejano Padre que está arriba. La Madre Tierra, nos es bien conocida, está a nuestros pies, la pisamos cada día, y nos resulta excesivamente contingente. Las cavernas, tumbas, pozos y abismos son demasiado oscuros. Ni siquiera el invento de las lámparas con combustible animal hace 40.000 años consiguió que el hombre realmente habitara en el interior de las cavidades. Solamente usaba como refugio los primeros metros, y las partes más profundas, salvo sucesos aislados, se reservaron, cuando se usaron, para extraños ritos a la Madre. Y los abismos marinos resultan aun hoy casi insondables.

Fuera por estas causas, fuera por otras, el hombre se ha orientado hacia el padre. En su pretensión de elevarses, de volverse sutil como el aire, de renunciar a su forma material, vil y temporal, ha establecido un conjunto de ritos y mitos que premian este ascenso y que castigan el descenso. Es el triunfo de las aves (palomas) sobre los reptiles (serpientes). En muchas culturas, y la cristiana es para nosotros el mejor ejemplo, la Gran Madre se ha convertido en emblema de todos los vicios y corrupciones: negación del mundo espiritual, sutil, ajeno a la realidad material transitoria pero satisfactoria: "el imperio de los sentidos". Es también Maia, el mundo de la ilusión del hinduismo.

Para otras culturas, no tan deseosas de reprimir los placeres de la carne, establecen una morada más abajo. Es el Hades, el infierno cristiano o musulmán. Claro que para reconfortarse, estos últimos a sabiendas de que "del dicho al hecho hay un trecho", establecieron un habitat temporal intermadio para lo que no son demasiado malos. Es decir, para una inmensa mayoría de anodinos humanos. Así existen conceptos como el de Purgatorio, infiernos temporales y El-araf.

Pero no es posible renunciar completamente a ese sentimiento y valor que aporta la Gran Madre. El mismo cristianismo, vaciándolo eso sí de toda denotación relacionada con el mundo de los sentidos, ha prestado gran atención a María, la Virgen, que en sus innumerables advocaciones ha recogido la mayor parte de esa tradición. Porque la tradición va ligada a los sentimientos, a la propia vida del hombre, y no es fruto de una especulación intelectual más o menos esotérica. Es curioso observar que la consolidación del cristianismo como sentimiento real en la población significara que - amén de las nuevas doctrinas oficiales de Roma - , a partir del siglo XI, las apariciones marianas superaran por abrumadora mayoría a cualquier otro personaje sagrado. Con anterioridad habían sido prácticamente inexistentes.

Como se ha dicho más arriba la Madre es fuente de vida, un medio de purificación, centro de regeneración (vida y muerte, principio y fin); iniciadora, puerta de la sabiduría, u receptáculo de los secretos. Pero se la ha considerado solamente un vehículo, una puerta para acceder al espíritu, al padre. Una puerta peligrosa, puesto que si en el laberinto oscuro de la Madre se perdía el referente luminosa del resplandor que procede del lado diurno del portal, significaba la muerte física, o lo que se estima peor, la corrupción, el mal - pero también el éxito material -, según el sistema iniciático empleado.

Por tanto, se ha empleado a la Madre como purificación, óbito simbólico, retorno a las fuentes, al Padre. Sumergirse en las aguas o enterrarse para salir de nuevo sin disolverse en ella, enlace entre lo humano y lo Inefable. Por ello es a pesar de no ser la meta a alcanzar, el símbolo al que más doctrinas, sistemas mágicos, leyendas, amores, esperanzas y devociones se le dedica.

Gran parte de los rituales de iniciación de las más diversas culturas implican una muerte ritual, un tránsito a los umbrales de la Gran Madre. Una muerte que significa purificación, y romper con el pasado (la niñez en los ritos de tránsito, la virginidad en las doncellas que son desposadas, la oscuridad en el neófito que es iniciado....)

En estos momentos el lector debe haber entendido que existen dos formas de trascendencia diferentes. Una la vía, la de la derecha, diestra, paterna, celestial y transparente. En ascenso a las alturas, la energía divina, y luminosa: el albor.

La otra es la vía de la izquierda, siniestra, materna, terrenal y opaca. El descenso a las moradas interiores, la energía tónica. Tomada por perversa o simplemente peligrosa o insegura. Por ello en tantas ocasiones maldita.

Ambos paradigmas han establecido dos formas diferentes de percibir los demás símbolos y mitos. Aun existe más riqueza, puesto que la mayor parte de sistemas de creencias aun siendo predominantemente celestiales han bebido en la leche de los senos maternos.

Jordi Ardanuy 
Mitos, ritos y arquetipos.


viernes, 8 de mayo de 2015

DAMA DE GALERA.



Una diosa entronizada con atributos regios que ha querido ser identificada con Astarté ¿y por qué no?. Se trata de un recipiente ritual que presenta cabeza y busto huecos para verter en ellos el aceite perfumado con el que posteriormente se ungirá al difunto durante la ceremonia preparatoria para iniciar el viaje al más allá.

La dama fue confeccionada en un taller sirio-fenicio y posteriormente reutilizada hasta que finalmente fue depositada en un tumba regia identificada con la del príncipe fundador de Tútugi (Galera). Se conserva en el Museo Arqueológico Nacional sito en Madrid.


lunes, 20 de abril de 2015

LA IGLESIA Y LO FEMENINO EN EL CAMPUS STELLAE




La cúpula de la iglesia católica ha barnizado a lo largo de su historia creencias y ritos, cultos y costumbres. En Galicia el cruceiro usurpó su lugar a la concha. El cielo sobre el mar, el hombre sobre la mujer, mas el culto xacobeo, sigue siendo femenino. La vieira, órgano femenino de placer y dador de vida. No se me ocurre un elemento, un símbolo, que merezca más atención y culto, que la mujer. La Naturaleza es mujer y sólo ante ella, deberíamos, los humanos, rendir honores y arrodillarnos. Si la cuidamos, nunca nos abandonará.  

“Si la iglesia había bendecido los dioses y lugares de tradición pagana ¿cómo negarse a cristianizar la antigua ruta de las estrellas?” (Dragó)

domingo, 19 de abril de 2015

CHAMUNDA.



Mitología hindú, tan desconocida como desconcertante, tan exótica como fascinante. Chamunda, con ocho brazos armados es la forma más feroz y terrible de Devi, la Gran Diosa, caracterizada con un cuerpo esquelético asociado y varios cadáveres. Una diosa de la catástrofe, la guerra, la pestilencia, las epidemias, hambrunas y otros desastres que azotan a la Humanidad.  
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...