viernes, 31 de marzo de 2023
martes, 30 de marzo de 2021
SAHAGÚN MUDÉJAR Y ROMÁNICO DE LADRILLO.
La sociedad medieval fue una sociedad plural, y hasta cierto punto cosmopolita, el trasiego de gente era continuo y la convivencia una obligación. Cuando los belicosos monarcas castellanos y leoneses arrebataban trozos a Al Andalus, muchos musulmanes decidieron permanecer en el nuevo territorio cristiano. Son conocidos como mudéjares y en las ciudades se dedicaron con gran eficiente a la artesanía. En las zonas rurales trabajaba las tierras de los señores cristianos.
Su presencia en León, Aragón y Castilla fructificó en un estilo artístico con personalidad propia, el arte mudéjar. El mudéjar es un estilo original de la península Ibérica y combina influencias románicas y góticas (según épocas) con las técnicas constructivas musulmanas. Estas Tierras de Campos son pobres en piedra, pero ricas en arcilla. El adobe aún se sigue utilizando en la actualidad, por ese motivo la técnica constructiva de los mudéjares, basada en el ladrillo, se adapta perfectamente a las características geológicas de la comarca. Además se trata de un material constructivo más barato que la piedra y con el que se puede trabar con mayor rapidez.
Estos albañiles, que rezaban a Alá, levantaron en Sahagún maravillosas iglesias cristianas como San Tirso, San Lorenzo, la Ermita de la Virgen del Puente o el Santuario de la Peregrina y convirtieron la ciudad en la capital del arte mudéjar. La decoración, de inspiración e influencia hispano-musulmana, utiliza diversos motivos de ladrillo en el exterior de los edificios, como arcos ciegos, ajedrezados, red de rombos o espinas de pez, mientras que el interior se decora con atauriques de yeso. Durante los siglos XII y XIII trabajaron aquí cuadrillas de alarifes (maestros de obra) procedentes de Toledo, inventando el románico de ladrillo. No podemos olvidar la relación estrecha del rey Alfonso VI con ambas ciudades.
A finales del siglo XIX y principios del XX, coincidiendo con la moda internacional de revivals arquitectónicos, eclosiona en España el neomudéjar, con edificios emblemáticos como la Plaza de Toros de las Ventas, catedral de la tauromaquia universal, la Plaza de España de Sevilla, epicentro de la Exposición Iberoamericana de 1929 y el entrañable Gran Teatro Falla, templo del carnaval de Cádiz, cuyos ladrillos coloraos aún vibran con al Credo de los Peregrinos del tristemente desaparecido Juan Carlos Aragón.
domingo, 28 de febrero de 2021
GUADIX, CIUDAD TROGLODITA.
En el surco intrabético, que se abre en las entrañas de las Cordilleras Béticas, en la Hoya del mismo nombre, se levanta la monumental e histórica Guadix, la ciudad de las casas cuevas.
La protohistórica (e íbera) Acci, la romana Colonia Iulia Gemella Acci, la musulmana Wadi-As y la renacentista Guadix, se superponen y se complementan, creando un interesante conjunto arquitectónico, cuyo elemento más destacado, son las famosas Casas-Cuevas que le confieren su bien definida personalidad de ciudad troglodita.
La Puerta de San Torcuato, construida sobre otra de época islámica, es una de las entradas históricas de la ciudad que aún continúa en pie. Recibe su nombre por que por aquí entraron los restos de San Torcuato a Guadix, un misionero cristiano del siglo I que fue el primer obispo de la ciudad.
Alcazaba. La alcazaba de Guadix, que se contaba entre las más destacadas del Reino Nazarí de Granada, se yergue en la zona más elevada de las medina islámica. Desde aquí domina el entorno, controla a la población y visualiza el poder político y militar de la élite gobernante. Algunos autores sostienen que su origen puede fecharse en el siglo VIII, aunque según Gómez Moreno la estructura actual es del siglo XIII.
El espacio central se encuentra fuertemente fortificado con un sistema de tres torres, dos de las cuales se conectan entre sí por un adarve almenado y una poderosa torre del Homenaje. Después de la conquista castellana de la ciudad, el recinto fue ocupado por las autoridades militares, siendo alcaide a finales del siglo XV, don Fernando de Mendoza (que pertenecía al poderoso linaje castellano). A partir de estos momentos, y paulatinamente, la fortaleza fue parcialmente desmantelada.
Catedral. Si la alcazaba es la sede del poder político y militar, la catedral lo es del religioso; el asiento del obispo, esto es, la cátedra. Si reparamos en las dimensiones de este edificio, comprenderemos mejor la relevancia histórica que ha tenido Guadix.
La catedral de la Encarnación comenzó su construcción en el siglo XVI y las obras se prolongaron hasta mediados del siglo XVII. Por este motivo, y como ocurre tantas veces en historia del arte, la catedral de Guadix es un compendio del gótico tardío, el Renacimiento y el Barroco.
Plaza de los Corregidores. La catedral y la alcazaba eran los ámbitos de las altas esferas y los poderes de la época, mientras el común de los mortales tenía sus propios espacios. La Plaza de los Corregidores aunaba todos esos espacios. Nos situamos en uno de los espacios urbanos más emblemáticos de Guadix, aunque la configuración actual, completamente porticada, es fruto de una remodelación historicista de mediados del siglo XX. Durante la época islámica este espacio era ocupado por tiendas, talleres y almacenes en el entorno de la Puerta Alta de Baza, una de las principales de la ciudad.
Finalizada la Edad Media, y a partir del siglo XVI se transforma en centro político y festivo de la ciudad renacentista, al estilo de las plazas mayores castellanas. En sus inmediaciones se levantaron el Ayuntamiento, Corregimiento, la Cárcel, el Matadero, la Carnicería, la Pescadería, la Alhóndiga, diversas tiendas y la picota para las ejecuciones públicas. Aunque las tiendas ya contaban con soportales, la configuración monumental de la plaza se inició en tiempos de Carlos V.
Iglesia de Santo Domingo. Esta pequeña iglesia perteneció al convento del mismo nombre fundado por los Reyes Católicos y fue construida siguiendo los modelos mudéjares presentes en la mayoría de los templos de la ciudad. En su interior se custodia la Virgen de la Piedad, alrededor de la cual se teje una leyenda, una rivalidad centenaria y una fiesta popular.
La Virgen de la Piedad y el Cascamorras. Se cuenta que cuando los Reyes Católicos completan la conquista de Baza, un obrero de la vecina Guadix, de nombre Juan Pedernal, estaba demoliendo una pared y de pronto escuchó una voz ahogada que le decía ¡Ten piedad de mí!. Removió los escombros y encontró una imagen de la Virgen. El Señor de Acuña y los vecinos de Baza acudieron al lugar y rápidamente improvisaron un alter para la talla que, en seguida, bautizaron como Virgen de la Piedad.
Juan Pedernal pensó que como la había encontrado él, la Virgen debería pertenecer a su Guadix natal, pero los bastetanos la reclamaron como propia por haberse hallado en su suelo. Después de enconadas disputas y pleitos, se acordó que si un comisario de Guadix era capaz de llegar a Baza y alcanzar la iglesia sin ser pintado, podría recuperar la virgen para Guadix. Este es el origen de la fiesta del Cascamorras, celebrada durante el mes de septiembre.
Barrio de las Cuevas. Nos alejamos el casto urbano, y encaminamos nuestros pasos hacia los cerros para visitar lo más característico de la ciudad. El rincón más emblemático y pintoresco de Guadix es, sin ningún género de duda, este Barrio de las Cuevas.
Sus orígenes hay que buscarlos en el desplazamiento de la población morisca a los arrabales después de la toma de Granada por los Reyes Católicos en 1492. Excavadas en los cerros encontramos cuevas vivienda, de carácter religioso o de uso productivo (alfarerías, hornos de pan, bodegas, hoteles con encanto o restaurantes típicos).
Los vecinos de Guadix los excavaron en estos terrenos fáciles de tallar, configurando espacios seguros, sólidos e impermeables con diversos usos como acabamos de ver.
Torcuato bautiza a Luparia, primera cristiana de Guadix. Es inevitable establecer una conexión con el apostol Santiago, la Reina Lupa, Iria Flavia y el origen mismo de la Ruta Xacobea. ¿Qué extraña relación existe entre Guadix y el Padrón?.
Como abejas u hormigas, los vecinos de Guadix utilizan aquello que le proporciona la naturaleza para construir sus colmenas. Aquí se podemos decir que la gente vive vinculada a la tierra.
Una montaña horadada, un barrio subterráneo, donde hombres y mujeres descansan protegidos en las entrañas mismas de la tierra. Muros encalados, cubiertas de tejas y chimeneas complementan un conjunto monumental, donde la obra humana se fusiona a la perfección con la naturaleza geológica de esta tierra.