sábado, 29 de septiembre de 2018

TESEO Y LAS AMAZONAS



Algunos dicen que Teseo tomó parte en la afortunada expedición de Heracles contra las Amazonas y recibió como su parte en el botín a su reina Antíope, llamada también Melanipa; pero que este no fue un destino tan desdichado para ella, como pensaban muchos, pues le había entregado la ciudad de Temiscira sobre el río Termodón, en prueba de la pasión que él había encendido ya en su corazón. 

Otros dicen que Teseo fue al país de las Amazonas algunos años más tarde, en compañía de Pirítoo y sus camaradas, y que las Amazonas, complacidas por la llegada de tantos guerreros apuestos, no les hicieron resistencia. Antíope salió a recibir a Teseo con regalos, pero tan pronto como subió a bordo de su nave, Teseo ordenó levar, anclas y la raptó. Otros más dicen que Teseo permaneció algún tiempo en Amazonia y agasajó a Antíope como su, invitada. Añaden que entre sus compañeros se hallaban tres hermanos atenienses, Euneo, Tóloas y Solunte, el último de los cuales se enamoró de Antípode, pero como no se atrevía a cortejarla directamente, pidió a Euneo que defendiera su causa. Antíope rechazó esos requerimientos, pero siguió tratando a Solunte con la misma cortesía que anteriormente, hasta que él se arrojó al río Termodonte y se ahogó Teseo no se enteró de lo que había sucedido y eso le afligió mucho. Recordando una advertencia que le había hecho el oráculo de Delfos en el sentido de que si alguna vez se sentía afligido en un país extraño debía fundar una ciudad y dejar en ella a algunos de sus compañeros para que la gobernasen, construyó Pitópolis, en honor de Apolo Pitio, y al río cercano le dio el nombre de Solunte. Dejó allí a Eunéo, Tóloas y un tal Hermo, noble ateniense a cuya primera residencia en Pitópolis se le llama ahora equivocadamente «Casa de Hermes». Luego se hizo a la mar con Antíope. 

La hermana de Antíope, Oritia, confundida por algunos con Hipólita, cuyo ceñidor obtuvo Heracles, juró vengarse de Teseo. Concluyó una alianza con los escitas y condujo una gran fuerza de amazonas a través del hielo del Bósforo Cimerio, cruzó el Danubio y pasó por Tracia, Tesalia y Beocia. En Atenas acampó en el Areópago e hizo un sacrificio a Ares, acontecimiento por el que, según dicen algunos, recibió ese nombre la colina; pero primeramente ordenó que un destacamento invadiera Laconia y disuadiera a los peloponeses de enviar refuerzos a Teseo por el istmo. 

Las fuerzas atenienses estaban ya formadas, pero ninguna de las dos partes se decidía a iniciar las hostilidades. Al fin, por consejo de un Oráculo, Teseo sacrificó a Fobo, hijo de Ares, y presentó batalla el día 7 del mes de Boedromión, fecha en que se celebran en Atenas los sacrificios llamados Boedromios; aunque algunos dicen que el festival ya había sido fundado en honor de la victoria que obtuvo Juto contra Eumolpo en el reinado de Erecteo. El frente de batalla de las Amazonas se extendía entre el lugar llamado ahora Amazonio y el Pnix, cerca de Crisa, El ala derecha de Teseo descendió desde el Museo y cayó sobre el ala izquierda enemiga, pero fue derrotada y tuvo que retirarse hasta el Templo de las Furias. Recuerda este episodio una piedra erigida al jefe local Calcodomte en una calle a cuyos lados se hallan las tumbas de los que murieron en el combate y que ahora lleva su nombre. Pero el ala izquierda ateniense atacó desde el Paladio, el monte Árdelo y el Liceo y obligó al ala derecha de las Amazonas a retirarse a su campamento, infligiéndoles muchas bajas. 

Algunos dicen que las Amazonas ofrecieron la paz sólo tras cuatro meses de dura lucha; el armisticio, jurado cerca del templo de Teseo, es conmemorado todavía con el sacrificio amazónico que se realiza en la víspera de su festival. Pero otros dicen que Antíope, ahora esposa de Teseo, peleó heroicamente a su lado, hasta que la mató una flecha disparada por una tal Molpadia, a la que Teseo dio muerte luego; que Oritía, con unas pocas compañeras, huyó a Megara, donde murió de pena y desesperación; y que las demás Amazonas, arrojadas del Ática por el victorioso Teseo se establecieron en Escitia. 

En todo caso, ésta fue la primera vez que los atenienses rechazaron a invasores extranjeros. Algunas amazonas que quedaron heridas en el campo de batalla fueron enviadas a Caléis para que las curaran. Antíope y Molpadia están enterradas en las cercanías del templo de la Madre Tierra, y una columna de barro señala la tumba de Antíope. Otras yacen en el Amazonio. Las Amazonas que cayeron cuando cruzaban la Tesalia están enterradas entre Escotusia y los Cinocéfalos, y unas pocas más cerca de Queronea, junto al río Hemón. En la región pírrica de Laconia unos altares señalan el lugar donde las Amazonas detuvieron su avance y dedicaron dos imágenes de madera a Artemis y Apolo; y en Trecén un templo de Ares conmemora la victoria de Teseo sobre este destacamento cuando trató de abrirse paso por el istmo a su regreso. 

Según un relato, las Amazonas entraron en Tracia por Frigia y no por Escitia, y fundaron el templo de Artemis Efesia mientras marchaban a lo largo de la costa. Según otro, se habían refugiado en ese templo en dos ocasiones anteriores, a saber, en su huida de Dioniso y después de haber vencido Heracles a la reina Hipólita; y sus verdaderos fundadores fueron Creso y Éfeso. 

La verdad respecto a Antíope parece ser que sobrevivió a esa batalla y que finalmente Teseo se vio obligado a matarla, tal como había predicho el oráculo de Delfos, cuando se alió con el rey Deucalión de Creta y se casó con su hija Fedra. La celosa Antíope, que no era su esposa legal, interrumpió las fiestas nupciales irrumpiendo en ellas completamente armada y amenazando con dar muerte a los invitados. Teseo y sus compañeros se apresuraron a cerrar las puertas y la mataron en un horrendo combate, aunque ella le había dado a él un hijo, Hipólito, llamado también Demofonte, y nunca había yacido con otro hombre. 

Robert Graves. 
Los mitos griegos. 




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