Guillermo
Larga Espada era hijo del mítico Rollo el Caminante y Poppa de
Bayeux. Conocido como Guillermo I de Normandía, en realidad era más
bien un jarl de los vikingos del Sena, puesto que el título de duque
aún no existía cuando vivió Guillermo.
Rollo
el Caminante era una aventurero, un guerrero y un buen jefe militar,
pero nunca fue ni buen político, ni buen gobernante, de tal forma
que una asamblea de vikingos eligió a Guillermo como jefe,
retirándose Rollo a otros quehaceres.
A
diferencia de su padre, Guillermo Larga Espada fue un cristiano
verdadero y no tuvo reparos en realizar suculentas donaciones a los
canónigos del Mont Sant Michelle. Sus cronistas – Dudo de Saint
Quentin – lo venden como un garante de la paz y el orden, cuyo
gobierno se corresponde temporalmente con la consolidación política
de Normandía.
Guillermo
Larga Espada se tuvo que esmerar para asentar el joven estado
normando, sometiendo a los nobles y guerreros, y aplastando al líder
bretón Alano Barbatuerta y al rebelde normando Rioulf, y haciendo y
deshaciendo alianza con otros nobles de la región como Hugo el
Grande o Arnulfo I de Flandes.
Precisamente
Guillermo Larga Espada fuer muerto en un emboscada preparada por una
grupo de nobles, que de amigos pasaron a rivales. Sus partidarios
pudieron recuperar su cuerpo y sepultarlo en suelo sagrado.
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