Mehmet
II Fatih, se consideraba el próximo Conquistador del Mundo. Un
auténtico hombre de estado del Renacimmiento, valiente, poco
escrupuloso, culto y cruel. Mehmet fue nombrado sultán siendo casi
un niño, poco más que un adolescente, cuando su padre Murad II, un
tanto agotado de ejercer, decidió abandonar el poder. Sin embargo,
para vestir de dramatismo su historia personal, los acuciante
problemas obligaron a Murad II a retomar el poder, y a Mehmet solo le
quedaba esperar, observar y aprender de la experiencia de su padre.
Muerto Murad II, Mehmet puso todo su empeño en someter, de una vez y
para siempre, al cuasi eterno Imperio Bizantino.
Tomó
Constantinopla, fortaleció el poder turco en Europa y lo gobernó
con mano firme. Reorganizó la administración estatal, se apoyó en
los jenízaros para reforzar la autoridad imperial y tenía su cabeza
un ambicioso proyecto imperial, integrar en un inmenso estado a
turcos, mongoles, cristianos y musulmanes.
Después
de su éxito en Constantinopla y aprovechando el terrible impacto,
anexionó Grecia, completó la conquista de Serbia a pesar de su
derrota ante las puertas de Belgrado (cuya defensa dirigió Janos
Hunyadi), y sometió con éxito Valaquia (con Vlad III como enemigo y
aliado) y Albania (aunque solo tras la muerte de Jorge Castriota
“Skanderbeg”). Como colofón proyectó invadir Italia y disponía
incluso de una base de operaciones en Otranto, tomada después de una
audaz campaña, pero el fracaso en el intento de conquistar la isla
de Rodas frustró este ambicioso sueño.
Mehmet
II, una mente inquieta, poseía una educación excepcional, era
políglota (era capaz de hablar árabe, persa, hebreo, griego y
latín), cultivaba por igual aficiones literarias e intereses
científicos, y encargó la construcción de un lujoso palacio,
Topkapi. Poco después del revés en Rodas, el sultán conquistador
murió, posiblemente envenenado, por su médico Yakub Pasa, que
trabajaba para los venecianos. Como castigo fue linchado por los
fieles jenízaros. En el momento de su muerte, Mehmet era el sultán
más grande de su glorioso linaje.
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