Murad
II preparó el terreno, colocó un yunque, y su hijo Mehmet II golpeó
con su martillo, conquistó Bizancio y ganó la gloria. Hijo de Mehmet I , Murad II fue uno de los grandes sultanes turcos de finales
de la Edad Media (una Edad Media que entre él y su hijo se
encargaron de finiquitar). Actuó siempre con contundencia contra los
estados critianos en general y contra Bizancio en particular.
Enfadado
con el emperador bizantino puso sitio a la ciudad (1422) en lo que
creemos entrever un ensayo para la conquista definitiva de la
capital. Tras meses de infructuoso asedio, Murad II se retiró, no
sin antes firmar las paces con el emperador. Una paz que le daba la
tranquilidad suficiente para lanzarse hacia occidente.
Plantó
cara a todos los ejércitos cristianos y desbarató todas la cruzadas
(mal) organizadas por unos reyes que no tenían ni la más remota idea
de como combatir a los turcos. Tras aplastar en Varna (1444) la
última cruzada cristiana, hastiado del poder, y quizá demasiado
cansado, un anciano Murad abdicó en su joven (e inexperto) hijo
Mehtmet II. Sin embargo, una serie de contratiempos le obligaron a
retomar el poder. Eso sí, con su hijo siempre a su lado,
aprendiendo todo lo necesario para convertirse en un gran
conquistador.
La
última gran victoria de Murad II fue la conocida como segunda
Batalla de Kosovo (1448), pues murió un poco después (1451), tras
sufrir un varapalo en el sitio de Krujë. Y es que fue en Albania
donde Murad II cosechó su único fracaso militar frente a la heroica
resistencia de Skanderbeg, al que nunca consiguió someter.
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