Al sultán Mehmet I le tocó bailar con la más fea y capear el temporal que se precipitó sobre el Imperio Otomano tras la desparición de Bayaceto I. Pero el joven Mehmet I fue capaz de superar todas las dificultades. A la muerte de su padre Bayaceto, luchó contra sus hermanos (y sus respectivos aliados) en una cruenta guerra civil que se prolongó durante casi una década, los venció y se encumbró el poder.
Desde el trono imperial acabó con la crisis interna, recompuso la unidad quebrada por las flechas mongolas e inició el nuevo engrandecimiento del Imperio de la Media Luna. Con un ánimo más pacífico que guerrero, Mehmet I mantuvo la paz hasta su muerte en 1421. Y como colofón a su reinado designó como sucesor a uno de los grandes conquistadores otomanos; su hijo Murad II.
No hay comentarios:
Publicar un comentario