Desde el génesis de la civilización humana la taberna ha funcionado como lugar imprescindible e insustituible de reunión, confraternización y socialización. Entre copas de vino y jarras de cerveza, sangre de la tierra, los occidentales han intentado organizar el control de la sociedad y de la economía. El dominio del mundo se discute alrededor de una mesa o en la barra de un bar. Eso sí, no busque la cervecería de Munich. Y así seguirá siendo por los siglos de los siglos.
“A menudo hemos observado el lugar privilegiado que ocupan los dueños de establecimientos donde se expenden bebidas, en la cohorte de los agentes electorales. ¿Qué lugar es más propicio a la propaganda política que el bar, la taberna o el pub, donde se va a descansar y a refrescar, donde puede encontrarse a varias gentes y discutir libremente?¿Quién está mejor situado que el patrón para orientar la discusión y resumir las ideas?. Con un poco de psicología, es capaz de ejercer una gran influencia: los partidos lo saben y se esfuerzan por atraérselo. La taberna tiende a convertirse en el Ágora de las democracias modernas”.
M. Duverger; Los Partidos Políticos.
“A menudo hemos observado el lugar privilegiado que ocupan los dueños de establecimientos donde se expenden bebidas, en la cohorte de los agentes electorales. ¿Qué lugar es más propicio a la propaganda política que el bar, la taberna o el pub, donde se va a descansar y a refrescar, donde puede encontrarse a varias gentes y discutir libremente?¿Quién está mejor situado que el patrón para orientar la discusión y resumir las ideas?. Con un poco de psicología, es capaz de ejercer una gran influencia: los partidos lo saben y se esfuerzan por atraérselo. La taberna tiende a convertirse en el Ágora de las democracias modernas”.
M. Duverger; Los Partidos Políticos.


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