En Guillemette Benet se unen el alma cátara, pura, y una mente racional. Observando a sus familiares y vecinos llegó a la conclusión que el alma humana reside en la sangre. Tras observar la agonía y muerte de su hijo pequeño, describió la experiencia de la siguiente manera. “Si yo viera salir algo de la boca en el momento de la muerte, creería que el alma es algo más, pero como tan solo sale aire, creo que el alma no es nada, o mejor dicho es, mientras los hombres y animales viven, la sangre”. En otra ocasión al ver a una chica sangrando por la nariz como consecuencia de un accidente durante la vendimia exclamó: “El alma, el alma, ¿qué es si no, la sangre?”. El error de Guillemette fue hacer públicos sus pensamientos. Fue condenado a presidio por la Inquisición en 1321. Algunos años después le fue conmutada la pena por la de portar cruces dobles el 16 de enero de 1329.
Sobre la revolución - Hannah Arendt
Hace 3 horas


No hay comentarios:
Publicar un comentario