Pola de Lena, empezamos un nuevo día, comienza una nueva jornada en el Camino. El principal motivo para hacer el Camino es precisamente ese, caminar. Hemos conseguido vivir (más o menos) con los ritmos del Sol. Salimos a caminar con las primeras luces del alba y nos vamos a dormir poco después del ocaso.
La ciudad insertada en la Naturaleza. Pola de Lena fundada por Alfonso X, como parada intermedia entre Oviedo y León.
A veces también hay que caminar por el asfalto.
Piernas en pleno esfuerzo. La vida misma.
Concluimos el ascenso en el núcleo rural Castiello/El Castiechu, lugar donde existió un asentamiento castreño.
El Corazón del bosque.
Así quiero vivir mi vida, caminando siempre.
Hubo un tiempo en que las sociedades vivían en entornos forestales. Parte de la cultura y la tradición europeas surgen de estos bosques templados.
Barriada los Tableros.
Sovilla, edificio de la antigua central termoeléctrica. La producción eléctrica se realizaba a través de la combustión de hulla.
Uxo, un pueblo de larga tradición minera, situado en la orilla del río Caudal.
Uxo vivió su época de mayor crecimiento demográfico y económico al amparo de la industrialización decimonónica.
Cuarteles de la Hullera. Un tipo de vivienda colectiva ligado a la industrialización y destinado al alojamiento de los trabajadores y sus familias.
Caminamos en dirección Mieres. A la izquierda la vía del tren y a la derecha el río. Y más allá del río la autovía.
Los ríos fueron las primeras carreteras que utilizaron las sociedades humanas.
Mieres del Camín.
Y que nunca falte la sidra.
Plaza Requexu, lugar emblemático de Mieres y enclave sidrero de las cuencas.
Esencia de Mieres y de la cuenca asturiana.
Y a la salida de Mieres, La Peña.
Octubre de 1934, vientos de Revolución, la cuenca minera asturiana en pie de guerra.
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