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lunes, 6 de marzo de 2017

EL NACIMIENTO DE LA VÍA LÁCTEA



Junto a la sangre y al semen, la leche materna ha sido considerada a lo largo de toda la historia un líquido vital. De ellos brota la existencia. El invencible héroe Hércules fue fruto de los amoríos entre el todopoderoso Zeus y la mortal Alcmena. Siendo apenas un bebé Hércules fue colocado junto al pecho de Hera, esposa de Zeus y madrastra celosa del retoño, para a través de su leche materna, alcanzar la inmortalidad. La diosa despertó de súbito y apartó bruscamente al chiquillo, la leche que manaba de su seno se derramó por el Cosmos formando la Vía Láctea. Rubens imagino la escena y la plasmó en un maravilloso lienzo. Las artes plásticas siempre han encontrado una inagotable fuente de inspiración en la mitología clásica.  

jueves, 24 de abril de 2014

REINA DE LA NOCHE



La sumeria Inanna, la Ishtar acadia, la Astarté de los fenicios o asirios, e identificada con la más conocida, Lilith de los judíos, existe al menos desde los siglos XIX - XVIII a.C. En la cultura popular, literaria y cinematográfica del siglo XX ha sido considerada como la Madre de todos los Vampiros.

La Reina de la Noche, señora de la oscuridad, triángulo femenino dador de vida, y como tal, también posee el derecho de poseerla y quitarla. Representa una antigua deidad mesopotámica, adorada en Uruk, diosa del amor sexual y también de la guerra. Originalmente estaba pintada de rojo, el más pasional de todos los colores.


"Yo soy divina, la señora del cielo, yo, ejerzo el señorío; a pequeños y grandes yo arrebato la vida, o les doy estabilidad.....Yo como luz del cielo estoy alta en el cielo"
(Presentación de Ishtar)

Diosa alada, divinidad de los infiernos, con garras de rapaz, se asocia al león y a la lechuza, se encarga de determinar el destino de los seres humanos (preferiblemente hombres y niños pequeños).

lunes, 7 de abril de 2014

TOMYRIS



. . . Tomyris,
de los valerosos maságetas
indomable reina,
juraste por el dios del Sol
venganza por una afrenta,
cumpliste tu promesa
y saciaste de sangre
al Rey de Reyes persa . . .

domingo, 28 de abril de 2013

MEROE Y PANTIA, BRUJERÍA Y LUJURIA


"Hécate" de William Blake. 
En la Antigüedad Clásica grecorromana, ya se tenía la imagen, atávica, de mujeres dedicadas a las artes mágicas, que usaban símbolos y fluidos corporales humanos, como la sangre y la orina, para dar forma a sus terribles rituales, en un escenario cargado de lascivia, lujuria, aberración y unas pizcas de sadismo.

Sin lugar a dudas, el concepto de la hechicera que se tenía en el Mundo Clásico, traspasó fronteras temporales e influyó de manera definitiva en la configuración de la bruja europea durante la Edad Media y los siglos modernos, anteriores a la Contemporaneidad. Sirva como ejemplo la siguiente aventura vivida por Lucio, protagonista de "el Asno de Oro" narrada magistralmente por Apuleyo.


"Al oír esas palabras, pobre de mí, me siento inundado de un sudor frío, me tiritan las entrañas de tal modo que hasta el camastro, agitado por mis sobresaltos, bailaba sobre mi espalda. La amable Pantia contestó: "Dime, pues, hermana, ¿empezamos por despedazar a éste a la manera de las bacantes, o lo atamos debidamente para mutilar su virilidad?

"Entonces Meroe - pues la misma realidad me hacía comprender que, dadas las referencias de Sócrates, ése  era su nombre - : "No - dijo - ; que sobreviva ése al menos para amontonar un poco de tierra sobre el cuerpo de este desgraciado"; e, inclinando la cabeza de Sócrates, le hundió por la izquierda del cuello su espada, hasta la empuñadura, y recogió cuidadosamente en un exiguo odre la sangre que brotaba, sin que la menor gotita salpicara el escenario. Esto lo he visto yo con mis propios ojos. Y, sin duda para que no faltara detalle al ritual del sacrificio, introduciendo la mano derecha por la herida aquella y rebuscando hasta el fondo de las entrañas, la dulce Meroe retiró el corazón de mi pobre compañero. Él, al cortarle el cuello el golpe de la espada, dejó escapar a través de la herida un grito, o mejor dicho, un vago silbido y expiró.

"Pantia, cubriendo con una esponja la enorme herida entreabierta, dijo: "Atención, esponja, ten cuidado: eres hija del mar, no pases por el río". Terminada esta operación y retirándose ya, dan un empujón a mi camastro, se ponen a caballo sobre mi cara y alivian su vejiga, inundándose de un líquido terriblemente inmundo". 
Apuleyo
El asno de oro I, 13



miércoles, 6 de febrero de 2013

KAPPAS, MITAD ANFIBIO, MITAD VAMPIRO



En los ríos, estanques y lagos japoneses, viven, desde tiempos inmemoriales, los kappa, criaturas humanoides, cuya piel amarillenta está cubierta de escamas, los dedos de pies y manos está unidos mediante membranas y que poseen una hendidura en mitad del cráneo, que está llena de agua.

A los kappas les gusta espiar a las jóvenes cuando se bañan en los ríos, para arrojarse sobre ellas y beberse su sangre, de ahí, su vinculación con los vampiros.

Según la tradición, además de la sangre, a estas criaturas les gusta comer pepinos, y una forma de defenderse de sus ataques es arrojar pepinos a las aguas en las que habitan.

Como buenos japoneses, los kappas son muy educados y tienen exquisitos modales, así cuando alguién les saluda, ellos se inclinan en señal de reverancia, el agua de su cabeza se derrama, y los kappas pierden toda su fuerza. 

viernes, 18 de mayo de 2012

SACMIS, LA LEONA GUERRERA DE EGIPTO




 Diosa de la guerra, tremendamente sanguinaria, para los egipcios, leona feroz, encarnaba el ojo llameante del Sol. Ya sea como leona, o como leona con cabeza de mujer, simboliza la energía destructora del Sol, con su fulgurante llama derrotaba a sus enemigos. Causaba terror en este mundo y en el más allá, donde le tenían pavor la serpiente Apofis y el propio Seth.

Era la hija de Ra y formaba parte de una triada venerada especialmente en Menfis, siendo esposa de Ptah y la madre de Nefertem. También se le rendía culto en Letópolis. Su nombre egipcio Sejmet significa La Poderosa y sus principales símbolos son el Dios Solar sobre su cabeza y el cuchillo entre sus manos.

 Sacmis forma parte de la "Leyenda de la Diosa Lejana", que cuenta como los dioses aplacaron la ira de la diosa. Le ofrecieron a la insaciable leona cerveza teñida de rojo, al creer que era sangre, Sacmis bebió hasta acabar profundamente embriagada. 

Durante la estación Ajet, cuando las aguas del Nilo, inundaba la llanura, el pueblo egipcio celebrara la "Fiesta de la Embriaguez", cuya finalidad era mantener la terrible sed de sangre de la leona Sacmis. 

Paradójicamente, Sacmis también contaba con una faceta benéfica, pues se lo consideraba "Gran Maga" y "Poderosa Curandera", lo que la convirtió en protectora de los médicos.

Como diosa de la guerra, acompañaba y protegía al faraón en batalla. Amenhotep III erigió un gran número de estatuas de la diosa en Karnak. 

martes, 15 de mayo de 2012

TOMYRIS, REINA DE LOS MASÁGETAS




El rey persa Ciro, en su pretensión de expandir su imperio, había puesto sus ojos en los territorios dominados por los maságetas. En aquellos tiempos, una mujer, tras la muerte de su marido, era reina entre los maságetas, su nombre, Tomyris.

Ciro envió una embajada a la bella Tomyris, con el pretexto de pedirle matrimonio. La inteligente reina, descubrió el ardid, pues Ciro pretendía su reino, no amarla a ella. Encolerizada ante la insolencia del persa, Tomyris le negó la entrada a su reino.

Envalentonado por anteriores éxitos, Ciró dedició invadir las tierras maságetas e hizo marchar su ejército hacia el río Araxes, que establecía la frontera entre ambos reinos. Esta vez fue la reina de los maságetas la que envió un heraldo a Ciro con el siguiente mensaje: "Rey de los medos, abandona este demencial proyecto, pues no estás seguro de que acabe bien. Gobierna lo que es tuyo y deja que yo gobierne lo que es mío".

Pero Ciro, no retrocedió, muy al contrario dirigió su ejército al interior del país maságeta, atravesando inmensas y desoladas llanuras, y tras una jornada de marcha, escogió a sus tropas más fuertes y veteranas y retrocedió, dejando allí acampados a los soldados más débiles, jóvenes e inexpertos.

No tardaron en se descubierto por los merodeadores maságetas que se abalanzaron con violencia sobre el desprotegido ejército persa, pasándolos a todos por el filo de la espada. Viendo los fatigados maságetas las mesas que estaban prestas para un banquete, se sentaron y se hartaron de comida y vino, embriagándose con el fruto de la vid y cayendo en un profundo sueño.

Cuando la noche hubo caído, el resto del ejército persa, la mejor parte del mismo, liderados por el propio Ciro, regresaron y sorprendiendo al enemigo dormido, mataron a muchos de ellos. A pesar de la matanza, hubo algunos supervivientes, entre ellos Espargapises, el hijo preferido de la Reina.

Tomyris, enterada de lo acontecido envió a Ciro un mensaje que contenía la siguiente advertencia; "Ciro, bestia insaciable de sangre, devuélveme a mi hijo y retírate de mi reino. Si no lo haces, te juro por el dios del Sol, señor supremo de mi pueblo, que te saciaré de sangre !oh, Ciro, el insaciable¡.

Ciro, hizo caso omiso al mensaje. Mientras, Espargapises, despierto y liberado su juicio de los efectos del vino, comprobó con rabia y tristeza, que había caído en desgracia, y suplicó a Ciro que le liberase. Una vez Espargapises volvió a ser dueño de sus manos, empuñó una espada y se dio muerte.

Enfurecida, Tomyris reunió a todo su ejército y lanzó todo su odio materno contra las huestes de Ciro, entablándose la batalla más cruente y reñida habida entre naciones bárbaras. El combate fue feroz, ningún soldado abandonaba la lucha, muchos valientes regaron el suelo con su sangre y a la postre resultó vencedor el aguerrido ejército maságeta.

El propio Ciro halló la muerte en tierras maságetas. Tomyris llenó un odre de sangre humana, con sus propias manos cercenó la cabeza del cadáver de Ciro y la introdujo en el odre, profiriendo estas lapidarias palabras: "Me mataste a mi hijo, pero yo aún sigo viva, y tal como te prometí, te saciaré de sangre". 

(Adaptación libre de lo narrado por Heródoto, Libro I, 201 - 215). 




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