sábado, 2 de mayo de 2020

DEVA, UNA CIUDAD DE ORIGEN DACIO.



Tras conducir por Transilvania y haber visitado el castillo de Hunedoara y la bella Alba Iulia, llegamos a Deva, situada a orillas del río Mures. Acabo de caer en la cuenta que muchas de estas ciudades del centro del continente estás, más o menos, conectadas por los ríos. Mures es un afluente del Tisza, que a su vez lo es del Danubio. 


Recorriendo el país de los antiguos dacios, llegamos una tarde a Deva. Una ciudadela, parcialmente en ruinas, pero que está siendo restaurada con bastante animosidad, de gruesos muros medievales, situada en una escarpada colina, es visible desde cualquier punto del centreo urbano, y te avisa kilómetros antes de llegar, cuando vienes conduciendo por la autovía. Bajo la ciudadalea (Citadel) se abre un frondoso parques, con bancos, juegos infantiles y una bonita fuente que homenajea al poeta Eminescu. 


Desde una cercana y boscosa colina, la fortaleza medieval, levantada en la boca de un antiguo cono volcánico, domina la ciudad y controlaba antaño el valle del Mures. El origen de la fortificación hay que relacionarlo con la cultura dacia, que dominó la región hasta que chocaron con las legiones romanas del emperador Trajano. La fortaleza experimentó un desarrollo destacado en el siglo XIII, siendo ampliado las centurias siguientes. Sus últimos siglos de vida fueron de decadencia, en 1800 se vendió en subasta y en 1848 sirvió de refugio para los revolucionarios (estamos en la Primavera de los Pueblos) y poco después una explosión la destruyó. Bajo la ciudadela un enorme cartel hollywoodiense nos recuerda que nos encontramos en Deva. ¿Tendrá el nombre de la ciudad algo que ver con la palabra dacia davae?. El vocablo davae se relaciona con la toponimia y significa establecimiento, pueblo, mercado. 



Además de los pertinentes hallazgos arqueológicos que permiten establecer esa relación entre Deva y el mundo dacio, la toponimia resulta esclarecedora. En antigua lengua dacia, de la que se conoce el significado de unos cuantos vocablos, dava hace referencia a un establecimiento humano o a un mercado (más o menos como burg/burgo para el Medievo). Teniendo en cuenta estas dos cuestiones, el origen dacio de Deva, para indiscutible. Al menos para nosotros. 




A los pies de la colina se extiende un frondoso parque donde se ubica una fuente monumental dedicada al poeta nacional, Mihai Eminescu. Entre los árboles del parque, dando la espalda a la fortaleza, y mirando de frente a una de las principales calles del centro de Deva, se levanta, con orgullo patrio, una estatua de Decébalo, que cumple la función de centinela para los enemigos, o de portero para los amigos. Este rey es el gran símbolo de estas tierras carpáticas.



Trajano, el otro símbolo, también está presente en Deva (y en casi todas las ciudades de la región). Pocas ciudades rumanas quieren olvidar su pasado, más o menos real, romano, y en las que no existe referencia al emperador hispano, encontramos una loba capitolina acompañada de los niños fundadores: Rómulo y Remo. Y yo me pregunto ¿quién fundó Rumanía, fueron los derrotados dacios, o los vencedores romanos?.



En un blasón, no tengo muy claro si corresponde al municipio (o a cualquier otra circunscripción) aparecen Trajano, Decébalo y el cuervo de los Hunyadi (también conocidos, por motivos obvios, Corvinos). Desde el siglo XIV Deva fue la capital de los voivodas de Transilvania. 





Deva es una ciudad de considerables dimensiones (unos 76.000 habitantes), pero a pesar de las obras, aparentemente tranquila. B – Dul 1 de Diciembre, es un bulevar que une el centro urbano (el moderno y capitalista) con el Parque de la Ciudadela, y es el lugar ideal para retirarse del ajetreo y toma algo (caliente o frío) en una de sus terrazas. 





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