jueves, 7 de mayo de 2020

NEBULOSAS.




Allá en el espacio profundo, enormes nubes de gas y polvo de estrellas, aspecto borroso e indefinido, belleza cósmica a años luz de nosotros; son las Nebulosa, gigantescos huevos cósmicos donde tiene lugar el nacimiento de las estrellas. Hasta hace muy poco se desconocía prácticamente todo sobre ellas. Antes de la invención del telescopio, el término nebulosa se aplicaba a todos los objetos celestes de apariencia difusa.


Las nebulosas son grandes nubes de gas (principalmente Hidrógeno y Helio) y polvo cósmico (tan sólo un 1%), y es posible observarlas porque son iluminadas por las estrellas. Con polvo cósmico nos referimos a partículas sólidas microscópicas que puede estar formadas por roca silicatada, carbono, hielo o varias combinaciones de estas sustancias. Una de las más conocidas, dada su cercanía, es la Gran Nebulosa de Orión, situada en la constelación de Orión.


El aspecto de una nebulosa depende de la presencia de estrellas cercanas y de su interacción con la radiación que estas emiten. Según su apariencia y su comportamiento en relación con la luz podemos distinguir diferentes tipos de nebulosas. Unas son brillantes, luminosas y de intensos colores, otras opacas y negras.


♠ Nebulosas de reflexión. Compuestas por partículas de polvo iluminadas por estrellas cercanas, que no emiten energía suficiente para ionizar hidrógeno. Estas bellas nebulosas suelen tener color azul. Sin las estrellas próximas, serían nebulosas oscuras.


♠ Nebulosas de Emisión. Está compuestas por plasma interestelar. Esta materia está compuesta por hidrógeno ionizado y electrones libres. La caracteristica que define este tipo de nebulosas es su capacidad para captar energía de estrellas cercanas que emite en forma de radiación electromagnética. Únicamente las estrellas jóvenes liberan suficiente energía para ionizar el Hidrógeno. Por este motivo se considera que las Nebulosas de Emisión están relacionadas, de alguna manera, con los procesos de formación de estrellas. Ejemplos de nebulosas de emisión son Trífida y la Gran Nebulosa de Orión.


♠ Nebulosas oscuras o nebulosas de absorción. Son las pelusas de polvo de la Vía Láctea, grandes conentraciones de gas, muy frías y densas, donde la luz no puede penetrar, por eso se muestran como una región oscura e impenetrable. Su Hidrógeno es neutro, esto es, que los átomos de Hidróneno no han perdido sus electrones.


Las Nebulosas de emisión, reflexión y de absoción se engloban en las denominadas nebulosas de formación. Otro grupo de nebulosas se corresponden con todo lo contrario, la muerte de las estrellas.


♠ Nebulosas planetarias, cementerios estelares. Las nebulosas planetarias (que a pesar de su nombre nada tienen que ver con los planetas) son auténticos cementerios cósmicos, donde podemos encontrar los cadáveres de las estrellas, que vierten al espacio el gas que contenían mientras vivían. Este tipo de nebulosa tiene su origen en la explosión de gas de una estrella en su fase de gigante roja, en el final de su vida. En su interior hay una Enana Blanca, que no siempre es visible. Estas diminutas estrellas es lo único que queda de los soles anteriores. Un ejemplo de nebulosa planetaria es la Nebulosa del Anillo.


♠ Restos de novas y supernovas. Corresponden a las violentas explosiones que acontecen al final de la vida de las estrellas masivas. La más conocida es la Nebulosa del Cangrejo.


Cuando miramos a nuestro alrededor, en el pequeño rincón de Vía Láctea que ocupamos, vemos muchas estrellas rodeadas por cáscaras esféricas de gas incandescente, las nebulosas planetarias. (No tienen nada que ver con planetas, pero algunas recordaban, en telescopios menos perfeccionados, los discos azules y verdes de Urano y de Neptuno.) Presentan la forma de anillos, pero esto es debido a que vemos más su periferia que su centro, como las pompas de jabón. Cada nebulosa planetario señala la presencia de una estrella in extremas. Cerca de la estrella central puede haber una corte de mundos muertos, los restos de planetas que antes estaban llenos de vida y que ahora, privados de aire y de océanos, están bañados en una luminosidad fantasmal. Los restos del Sol, el núcleo solar desnudo, envuelto primero en su nebulosa planetario, serán una pequeña estrella caliente, que emitirá su calor al espacio y que habrá quedado colapsada hasta poseer una densidad inimaginable en la Tierra, más de una tonelada en una cucharadita de té. Miles de millónes de años más tarde el Sol se convertirá en una enana blanca degenerada, enfriándose como todos estos puntos de luz que vemos en los centros de nebulosas planetarias que pierden sus altas temperaturas superficiales y llegan a su estado final, el de una enana negra oscura y muerta.
Cosmos.
Carl Sagan.



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