lunes, 18 de mayo de 2020

UN CREPÚSCULO EN EL SALAR DE LOS CANOS.




Se acerca, poco a poco, la Noche de San Juan, las tardes primaverales son largas, muy largas, el Sol se esconde y la noche tarda en caer. La fauna del Salar de los Canos se encuentra en plena efervescencia.


La vecina, e inmaculadamente blanca, Mojácar, nos observa silente desde la lejanía.


El Chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus) es uno de los limícolas más simpáticos e inquietos. Es una delicia verlos corretear por las orillas.








He de reconocer que nunca he visto tantos flamencos (Phoenicopterus roseus) juntos en este lugar. También tengo que decir que apenas llevo un par de años viniendo por aquí. Precisamente fue la presencia de un pequeño grupo de flamencos lo que me hizo reparar en este lugar. Hoy día es uno de mis enclaves preferidos para encontrarme cara a cara con la vida animal.


Mamá porrón (Ayhtya ferina) y su obediente cría regresan a casa después de un largo día.


Su pico blanco y el plumaje negro son las señas de identidad de la focha (Fulica atra).



La inconfundible espátula (Platalea leucorodia) es una de las zancudas de mayor tamaño que se deja ver por estos lares.



El pequeño y elegante Martinete (Nycticorax nycticorax) es conocido popularmente como Cuervo Nocturno. Estas fotos (algo borrosas) nos pueden ofrecer una pista del porqué.


¿Una garcilla cangrejera (Ardeola ralloides)?




Observando el aspecto de la Cigüeñuela (Himantopus himantopus) no resulta extraña su denominación, pues bien vista, parece una Cigüeña en miniatura.



El oscuro manto lo cubre todo, la noche se ha cerrado sobre nuestras cabezas. Ha llegado el momento de despedirnos hasta otro día.

Viernes 15 de Mayo del 2020.
Entre las 20.00 y las 22. 30 horas.


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