La cueva del Mirador se abre en
la vertiente más meridional de la Sierra de Atapuerca, dominando
visualmente el valle del río Arlanzón. Las ocupaciones más
antiguas conocidas se remontan a unos 13.500 años, cuando grupos de
cazadores-recolectores la utilizaron para instalar sus campamentos.
Después la cueva fue abandonada, convirtiéndose en cubil de lobos
hasta la llegada de otros grupos humanos, hace unos 7.300 años.
Desde entonces se utilizó como
lugar de residencia y redil para rebaños de ovejas y cabras. La
agricultura era eminentemente cerealista y se completaba con la cría
de vacas, cerdos y con la caza de especies salvajes como el corzo y
el ciervo.
Hace aproximadamente entre 5000
y 4000 años, la cueva tuvo usos sepulcrales. Junto a una inhumación
colectiva, donde los individuos fueron depositados cuidadosamente
unos junto a otros – acompañados de ofrendas (recipientes
cerámicos, flechas, conchas . . . ) -, se han documentado casos de
canibalismos : los individuos fueron descuartizados, despedazados,
hervidos y consumidos, y sus cráneos cortados, formando los llamados
cráneos-copa. (Museo de la Evolución Humana de Burgos).
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