El maestro italiano Antonio
Cánova, esculpió a Paulina Bonaparte, la hermana del emperador
Napoleón, desnuda y recostada en un canapé, como la diosa Venus, en
su advocación de Venus Victoriosa (Venus Victrix). En su mano
izquierda sujeta la manzana de la discordia.
La escultura fue un encargo del
marido de Paulina, el príncipe Camillo Borghese, y en principio iba
a ser un retrato de la casta Diana. Sin embargo Paulina Bonaparte
inistió en que no podía ser otra diosa que no fuese Venus, deidad
del amor y la belleza, y que no podía ser retratada de otra manera
que no fuese desnuda.
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