Pals es otro bello ejemplo de
villa medieval catalana y su recinto gótico fue uno de los primeros
que se restauró en la comarca del Bajo Ampurdán.
A finales de los años
cuarenta, el recinto gótico se encontraba en un estado ruinoso y
prácticamente abandonado. Sus habitantes se habían trasladado al
barrio de Samaria y, en aquella época, carecía de valor histórico
o patrimonial hasta que por iniciativa propia, el Dr. Pi Figueras,
junto con el alcalde de la villa Sr. Pere Serviá Cantó y las
subvenciones recibidas por parte de la Diputación de Girona,
hicieron posible la restauración del conjunto medieval que se inició
en el año 1948 y finalizó treinta años más tarde. De este modo,
el mencionado conjunto se convirtió en uno de los más visitados y
mejor conservados de la comarca. (Del folleto turístico Pals, el
recinto gótico).
A inicios del siglo XIII Pals era
una modesta villa asentada sobre una colina dominada por un castillo
y una iglesia. Por aquel entonces el conflicto generado con el conde
de Ampurias por el mercado concedido por el rey Jaime II obligaron a
mejorar las defensas del casco urbano que comenzaba a crecer
alrededor del castillo.
Plaza Mayor y Pórtico de la
Villa. El auténtico corazón de la villa de Pals, la plaza se abre
frente a la puerta principal de la muralla, en el llano donde
tradicionalmente se celebraba el mercado concedido por el monarca
Jaime II.
Eglise San Pere. Su interior
silencioso, y un tanto lúgubre, nos traslada a otro momento de la
historia de Occidente, cuando los cristianos eran obligados al
recogimiento y a la penitencia.
Esta iglesia de San Pere, o San
Pedro, ya existía en el año 994. Parte de la piedra con la que se
construyó, procedía del antiguo castillo. En el edificio se pueden
apreciar las diversas tendencias arquitectónicas que la configuran:
base románica (s. X-XI), ábside y nave de estilo gótico (s. XV)
portada frontal barroca (s XVII) y el campanario (s. XVIII).
Murallas. Las murallas son la
razón de ser de una ciudad medieval. En el siglo XIV muchas villas
costeras se fortificaron para repeler los ataques piratas lanzados
desde el Norte de África. En 1401 el rey Martín I autorizó a los
habitantes de Pals a contraer una enorme deuda (400.000 sueldos) para
poder financiar la rehabilitación y ampliación de murallas y fosos.
En la actualidad se conservan
cuatro torres del mismo tipo y con nombre propio; Torre de Ramonet,
Torre de Rom, Torre de Xinel-lo y Torre del Hospital. Las cuatro
presentan la misma estructura; planta rectangular y abiertas de
arriba a abajo, por la cara que da al interior del recinto, cubiertas
con bóveda de cañón.
Con el tiempo el casco urbano de
la villa se extendió por las laderas este, sur y oeste, y esta es la
razón que explica que el tramo de muralla mejor conservado es el de
la vertiente norte.
Ca La Pruna. Es la denominación
actual del manso Illa, una de las casas más importantes de la
historia medieval y moderna de Pals. La familia Illa aparece
documentada ya en los albores del siglo XV, vinculados al cultivo y a
la comercializacíon de los cereales, en especial del arroz.
Ca La Pruna es una casa
fortificada levantada entre los siglos XV – XVI y destinada en la
actualidad a casa de la cultura.
Torre de Ramonet. La mayoría de
las torres de las murallas funcionaban como baluartes, es decir,
torres cuadradas con la cara interior abierta. La torre de Ramonet
mide unos 8 metros de altura y su muro se de un metro de grosor.
Cuando se producía un ataque o
sitio, los defensores se distribuían por la planta baja y el primer
piso, frente a las saeteras, para poder disparar con arcos y
ballestas. En el tejado, los soldados se protegían tras las almenas,
desde donde podían lanzar cualquier tipo de proyectil.
Castillo. El castillo de Pals fue
construido en el siglo IX y desmantelado en el siglo XV en época de
Juan II debido a su estado ruinoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario