domingo, 31 de marzo de 2019

PALS, EL RECINTO GÓTICO.




Pals es otro bello ejemplo de villa medieval catalana y su recinto gótico fue uno de los primeros que se restauró en la comarca del Bajo Ampurdán.


A finales de los años cuarenta, el recinto gótico se encontraba en un estado ruinoso y prácticamente abandonado. Sus habitantes se habían trasladado al barrio de Samaria y, en aquella época, carecía de valor histórico o patrimonial hasta que por iniciativa propia, el Dr. Pi Figueras, junto con el alcalde de la villa Sr. Pere Serviá Cantó y las subvenciones recibidas por parte de la Diputación de Girona, hicieron posible la restauración del conjunto medieval que se inició en el año 1948 y finalizó treinta años más tarde. De este modo, el mencionado conjunto se convirtió en uno de los más visitados y mejor conservados de la comarca. (Del folleto turístico Pals, el recinto gótico).



A inicios del siglo XIII Pals era una modesta villa asentada sobre una colina dominada por un castillo y una iglesia. Por aquel entonces el conflicto generado con el conde de Ampurias por el mercado concedido por el rey Jaime II obligaron a mejorar las defensas del casco urbano que comenzaba a crecer alrededor del castillo.


Plaza Mayor y Pórtico de la Villa. El auténtico corazón de la villa de Pals, la plaza se abre frente a la puerta principal de la muralla, en el llano donde tradicionalmente se celebraba el mercado concedido por el monarca Jaime II.



Eglise San Pere. Su interior silencioso, y un tanto lúgubre, nos traslada a otro momento de la historia de Occidente, cuando los cristianos eran obligados al recogimiento y a la penitencia.


Esta iglesia de San Pere, o San Pedro, ya existía en el año 994. Parte de la piedra con la que se construyó, procedía del antiguo castillo. En el edificio se pueden apreciar las diversas tendencias arquitectónicas que la configuran: base románica (s. X-XI), ábside y nave de estilo gótico (s. XV) portada frontal barroca (s XVII) y el campanario (s. XVIII).


Murallas. Las murallas son la razón de ser de una ciudad medieval. En el siglo XIV muchas villas costeras se fortificaron para repeler los ataques piratas lanzados desde el Norte de África. En 1401 el rey Martín I autorizó a los habitantes de Pals a contraer una enorme deuda (400.000 sueldos) para poder financiar la rehabilitación y ampliación de murallas y fosos.



En la actualidad se conservan cuatro torres del mismo tipo y con nombre propio; Torre de Ramonet, Torre de Rom, Torre de Xinel-lo y Torre del Hospital. Las cuatro presentan la misma estructura; planta rectangular y abiertas de arriba a abajo, por la cara que da al interior del recinto, cubiertas con bóveda de cañón.


Con el tiempo el casco urbano de la villa se extendió por las laderas este, sur y oeste, y esta es la razón que explica que el tramo de muralla mejor conservado es el de la vertiente norte.


Ca La Pruna. Es la denominación actual del manso Illa, una de las casas más importantes de la historia medieval y moderna de Pals. La familia Illa aparece documentada ya en los albores del siglo XV, vinculados al cultivo y a la comercializacíon de los cereales, en especial del arroz.


Ca La Pruna es una casa fortificada levantada entre los siglos XV – XVI y destinada en la actualidad a casa de la cultura.


Torre de Ramonet. La mayoría de las torres de las murallas funcionaban como baluartes, es decir, torres cuadradas con la cara interior abierta. La torre de Ramonet mide unos 8 metros de altura y su muro se de un metro de grosor.


Cuando se producía un ataque o sitio, los defensores se distribuían por la planta baja y el primer piso, frente a las saeteras, para poder disparar con arcos y ballestas. En el tejado, los soldados se protegían tras las almenas, desde donde podían lanzar cualquier tipo de proyectil.


Castillo. El castillo de Pals fue construido en el siglo IX y desmantelado en el siglo XV en época de Juan II debido a su estado ruinoso.



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