jueves, 16 de abril de 2020

INTRODUCCIÓN AL PERÍODO TINITA O PROTODINÁSTICO (3000 – 2770 a.C.).





El periodo Tinita, que engloba a las dos primeras dinastías, y que toma su nombre de su capital, Tinis, se corresponde con el alba de la historia de Egipto. Los faraones tinitas (sucesores de Narmer) se consideraban encarnación de Horus, el dios halcón, consiguen la centralización del estado. Aparece la actividad comercial, el ejército, la burocracia y las provincias, llamadas nomos. Los nomarcas eran los funcionarios que estaban al frente de cada uno de esos nomos. Además se generaliza la escritura y el arte plasma modelos que serán arquetípicos.

Muy poca es todavia la informacion que poseemos de las dos primeras dinastias —tinitas— por los documentos contemporaneos. Por ello sigue siendo preciso combinar estos datos con los que nos han llegado a traves de la tradicion. Por estos ultimos sabemos que Menes fue el fundador del Muro Blanco, o sea Menfis, y del principal templo de la ciudad, consagrado a su dios local Ptah. La importancia de Menfis residia en el hecho de que por el sur de su nomo pasaba la frontera entre los reinos del Alto y del Bajo Egipto, la Balanza del Doble País, y que por tanto era el lugar optimo para regir una monarquia doble como era la egipcia en este momento. De todos modos no es segura cual fuese la capital del Estado en el Periodo Tinita. Maneton llama a las dos primeras dinastias que lo integran tinitas, pero por otro lado hay una manifiesta voluntad de los reyes de la Dinastia I (3065-2890) de potenciar el papel de Menfis, donde un sucesor de Menes, Atotis, construyo el palacio real, simbolo de los dos Egiptos, en el que a partir de este momento pasaron a celebrarse las ceremonias de la coronacion de los nuevos monarcas.

Estas son las palabras de Maneton:
1. Despues de muertos los semidioses la Primera Dinastia cuenta con 8 reyes, de los cuales el primero, Menes de Tinis, reino durante 62 años; este murio despedazado por un hipopotamo.
2. Atotis, su hijo, durante 57 años, el cual construyo un palacio en Menfis; de el quedan libros de anatomia, pues era medico.
Josep Padró
Historia del Egipto Faraónico

Entre los faraones del período tinita podemos citar a Narmer, Aha el combatiente, Semerkhet y Hotepsekhemuy.


Monarquía. Desde esta época tan temprana quedan fijadas las características de la monarquía faraónica; los ritos de la coronación real, la fiesta de Heb Sed de renovación del poder, la herencia de padres a hijos y el destacado papel de las reinas.

Con la llegada de la I Dinastía, el centro del desarrollo se trasladó desde el sur hacia el norte, siendo el temprano Estado egipcio una unidad política controlada por un dios-rey desde la región de Menfis. Un rasgo que resulta ciertamente único del primer Estado egipcio es la unificación del gobierno a lo largo de una extensa región geográfica, al contrario que las unidades políticas contemporáneas de Nubia, Mesopotamia y Siria-Palestina.
Kathryn A. Bard.
Historia del Antiguo Egipto. Oxford. Edición de Ian Shaw.

Religión. Aparecen atestiguadas la mayoría de las deidades del panteón egipcio clásico. Se trata normalmente de dioses híbridos, con rasgos de animal pero también humanos. Además los egipcios veneraban a ciertos animales como el gato, el babuino, el ibis, el cocodrilo...

La antigua religión de los egipcios se originó probablemente en los viejos tiempos de la caza, cuando la vida dependía de la suerte de encontrar un animal y de matarlo. De ahí que se diese la tendencia a adorar a una especie de dios animal, con la esperanza de que, al propiciarse a este dios, habría gran abundancia de los animales que el dios controlaba. Si los animales eran peligrosos, la adoración de un dios, en parte bajo la forma del animal en cuestión, evitaría que sus bestias hiciesen demasiado daño. Esta parece ser la razón por la que los dioses egipcios, aun en tiempos posteriores, llevaban cabezas de halcón, chacal, ibis e incluso de hipopótamo.
Isaac Asimov.
Historia de los Egipcios.

Tras la unificación de Egipto por Narmer, rey de Hieracómpolis, su sucesor el Horus Aha, identificado por algunos eruditos con el mítico Menes, inaugruó la dinastía I tinita y fundó Menfis. Los reyes de la dinastía I se construyeron (mejor dicho, mandaron construir) dos series de tumbas. Cada uno de ellos dispuso de una mastaba en Saqqara, y de otra en Abido, una necrópolis cercana a Tinis. Se trata de mastabas levantadas con adobe, en las que poco a poco se hace efectivo el uso de la piedra.

Durante el gobierno de la Dinastía II Egipto padeció una serie de problemas internos y el poder de los reyes quedó reducido a la zona de Menfis. Aprovechando la situación de debilidad dos soberanos, Sejemib y Jasejem, restablecen la capital en Tinis, y lograron la reunificación el Alto y el Bajo Egipto.



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