domingo, 5 de abril de 2020

WILT CHAMBERLAIN, THE BIG DIPPER.




Dos de Marzo de 1962, los New York Knicks se enfrentan a los Philadelphia Warriors en un partido que pasó a la historia por una de esas hazañas deportivas que suceden de cuando en cuando, los cien puntos anotados por Wilt Chamberlain. No existen documentos gráficos de aquel encuentro, que ya forma parte de la leyenda NBA, salvo una fotografía del propio Chamberlain con un papel donde figuraba la mágica cifra: 100. El único jugador que se ha acercado a aquella cifra anotadora se quedo ¿solo? en 81 puntos. Hablamos de otro mito, Kobe Bryant. En febrero de 2019 la compañía SCP Auctions anunció haber encontrado el acta de aquel partido.


Wilt Chamberlain fue mucho más que un jugador que anotó cien puntos en un partido. The Big Dipper, como era conocido por sus compañeros de instituto, es uno de los jugadores más dominantes de todos los tiempos y posee tropocientos récords históricos de la NBA (aunque no es el objetivo de este artículo enumerarlos todos). Hubo baloncesto antes de Kareem Abdul Jabbar, Michael Jordan, Drazen Petrovic o Pau Gasol. Algunos nacimos cuando sus tiempos de jugador ya habían pasado y tuvimos que conformarnos con las hemerotecas.


Desde muy joven Wilt destacó por sus cualidades físicas y sus aptitudes para el deporte, lo que le llevó a practicar atletismo, logrando buenas marcas en Decatlón. Hasta que descubrió el baloncesto y comprendió que era un deporte hecho para él. Tras pasar por el Instituto Overbrook y la Universidad de Kansas, acabó enrolándose en los, no menos legendarios Harlem Globetrotters, donde jugaría en la posición de base. Si señor, un base de 2.16 metros. ¡¡ Menuda pasada!!.


En su carrera NBA pasó por Philadelphia/San Francisco Warriors, Philadelphia 76ers y Los Ángeles Lakers. Chamberlain destacó como figura individual coleccionando una gran ristra de récords y distinciones: MVP de las finales (1972), MVP de la temporada, inclusión en el quinteto ideal de la temporada, Rookie del año, y por supuesto, su lugar de honor en el Salón de la Fama. Cuando se retiró era el máximo anotador de la historia, hasta que fue superado por Kareen Abdul Jabbar. En la actualidad ocupa la séptima posición por detrás de Kareen Abdul Jabbar, Karl Malone, LeBron James, Kobe Bryant, Michael Jordan y Dirk Nowitzki. Sus promedios anotadores eran brutales, consiguiendo superar los 50 puntos en 118 partidos, y como reboteador tampoco tenía precio, con 23.940 (22,9 de media) sigue siendo el número uno (2000 más que el segundo de la lista, Bill Russell). Su punto negro, los tiros libres, con un promedio de 51%, llegando a un triste 38% en una temporada (una estadistica habitual en pivots muy altos).


Su extraordinaria capacidad anotadora y reboteadora, no se tradujo en títulos, únicamente dos anillos (1967 con los Philadelphia 76ers y 1972 con los Lakers). Esta es, quizás, el lado negativo en la carrera de este jugador, por que no lo olvidemos, el baloncesto es un juego colectivo. No obstante su impacto fue extraordinario y los cinco equipos en que jugó, han retirado su camiseta con el número 13.


Chamberlain fue un personaje singular en todos los sentidos y a sus récords conseguidos a golpe de muñeca en las canchas de todo el país, sumó el de haber mantenido relaciones sexuales con 20.000 mujeres, según el mismo declaró en su autobiografía. Aunque no llegase a tanto su poder seductor, empedernido mujeriego, pasó toda su vida soltero. Una vez apartado de la práctica profesional del deporte, se dejó caer por los platós de cine e hizo sus pinitos como actor junto a Arnold Schwarzenegger y Andre Gigante en la película Conan el Destructor (1984). En octubre de 1999, el corazón de Wilt Chamberlain sufrió un ataque, muriendo mientras dormía en su residencia de Bel Air.


Wilt Chamberlain representa la magia de un deporte con millones de apasionados en todo el mundo, la belleza y la estética, la combinación de potencia física, técnica individual, capacidad de improvisación, creatividad innata y carácter ganador; con el balón en las manos se sabía superior a sus rivales, a los que dejaba en situación de KO con un despliegue de mates, bandejas, tiros en suspensión, rebotes, asistencias imposibles, tapones . . . el público quedaba con la boca abierta y el jugador contrario no tiene más remedio que aplaudir. Medio siglo después de su retirada de las canchas de baloncesto, sobre la mesa sigue abierto el interminable (y apasionante) debate, ¿es Wilt Chamberlain el mejor jugador de baloncesto de la historia?. A favor, sus impresionantes estadísticas individuales. En contra, la escasez de títulos. Cada cual forje su propia opinión.



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