Cuando era niño buscaba en los libros del colegio y en enciclopedias de casa o de la biblioteca información sobre Viriato, un pastor Lusitano que dirigió una rebelión contra Roma, que pasó las de Caín para derrotarlo. Me fascinaban sus hazañas, típicas de cualquier héroe romántico o del protagonista de una superproducción de Hollywood. Fui creciendo, estudié Historia, seguí aprendiendo sobre las andanzas de Viriato, y dejando a un lado las interpretaciones históricas sobre su guerra, y las antropológicas sobre su importancia en la sociedad lusitana, aún me sigue sorprendiendo el que sea un auténtico desconocido para la mayoría de los Españoles. A veces da rabia que, con todos mis respetos, conozcamos más a héroes ajenos como William Wallace o Vlad el Empalador que a los que se han batido el cobre en la Península Ibérica, que salvando las distancias temporales, están más próximos a nosotros. Por nimios detalles como este, cada día estoy más convencido, que eso que se llama España, no existe. Por qué ¿qué es una nación sin símbolos?.
Lo que pesa el corazón
Hace 10 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario