miércoles, 4 de febrero de 2015

TEATRO ROMANO DE CARTAGONOVA



Toda la magia del teatro clásico a orillas del soleado Mediterráneo levantino ibérico, un enclave que aglutina a su alrededor el casco histórico de la milenaria Cartagonova; capital cartaginesa y decisivo puerto romano.

Hace unos años se proyectó la recuperación, rehabilitación y puesta en valor del teatro romano y en la actualidad ofrece un espectacular centro de interpretación diseñado por Rafael Moneo, que incluye un museo y un didáctico corredor de la historia del entorno constituyendo el propio teatro la última y más preciada pieza del museo. En definitiva un marco idóneo para acercarse a la cultura romana. 


Este teatro fue construido a finales del siglo I a.C. cuando la civilización romana se encontraba perfectamente asentada en la costa levantina peninsular, tras haber expulsado ciento cincuenta años antes a sus antiguos señores cartagineses. Su construcción fue pieza esencial en el proyecto de renovación urbana y emblema del proceso de monumentalización experimentado por la colonia romana. 

El teatro de Cartagonova cuenta con todos los elementos definitorios del teatro romano que lo individualizan de su antecesor griego, siendo muy similar al teatro de Marcelo en Roma. Fue inaugurado hacia el 5/4 a.C. y dedicado a Cayo y Lucio.

Su cuidada perfección arquitectónica es comparable a los teatros de Marcelo en Roma, Volterra, Ostia o Arles . Sus elementos constructivos, como capiteles y cornisas, fueron elaborados con mármol procedente de las canteras de Carrara y labrados por artesanos procedentes de la metrópoli.


En el corredor de la historia se cuenta la evolución urbana del espacio donde se emplaza el teatro desde el siglo I a.C. hasta prácticamente la actualidad. 


Durante el Bajo Imperio, el teatro que había perdido sus funciones, quedó transformado en mercado. El antiguo espacio lúdico se convierte a mediados del siglo V en un importante complejo comercial, vamos, lo que viene a ser un CC de nuestro tiempo. El antiguo graderio acoge en estos momentos quince tarbernae o tiendas. La reestructuración del espacio es un síntoma de la reactivación de la ciudad. 


En época bizantino el barrio portuario se construyó en el interior del teatro, utilizando las gradas como murallas protectoras. 


Maqueta del teatro en su época de mayor esplendor. Construir un teatro de estas características necesita un estudio previo del terreno donde se va a situar y un importante proyecto arquitectónico, que permita su adaptación al medio físico. 

Vitrubio es la principal fuente escrita que tenemos para el conocimiento del diseño teórico del edificio. En su obra "De Arquitectura" describe los elementos que componen el edifico y como se van proyectando a partir de la "orchestra" hasta dar forma al recinto.


Un teatro romano estaba compuesto de tres partes esenciales, la escena, la orchestra y la cavea, todas ellas trabadas entre sí dando forma a una estructura completamente cerrada. Otros elementos necesarios para el desarrollo y disfrute de la actividad teatral eran los siguientes.


Cavea: espacio subdividido en tres sectores destinado a los espectadores. La distribución de los espectadores respondía a una estricta jerarquía social. La lex Iulia theatralis regula esta distribución en el graderío. 


Praecinctio: un pasillo semicircular que separaba longitudinalmente los diferentes sectores de la cavea. 


Pórticus in summa gradatione: galería anular porticada que coronaba el graderío.


Vomitorios: accesos al graderio por medio de rampas.


Orchestra: tenía forma semicircular, a escasos metros de la escena, era el lugar reservado y destinado a las altas esferas de la política, la sociedad y la religión: magistrados, sacerdotes y élites locales. 


Escenario: un entarimado de madera sobre el que se desarrollaban las obras teatrales.

Hyposcaenium: un ancho foso situado debajo del escenario que albergaba los mecanismos necesarios para accionar decorados.


Parascaenium: eran habitaciones que cerraban lateralmente el escenario y que comunicaban directamente con éste. 

Porticus: espacio porticado situado detrás del escenario servía para acoger a los espectadores durante el entreacto.

El museo expone una colección de esculturas y otras piezas halladas en el recinto o en el entorno.

La calidad, y cantidad, del programa ornamental recuperado en el teatro de Cartagonova, lo han convertido en uno de los más completos que existen. Escultura, epigrafía y revestimiento forman un conjunto unitario y homogéneo que dan sentido a la función emblemática del edificio. La riqueza decorativa se hacía especialmente presente en los lugares más representativos del teatro; la escena y la orchestra. Esculturas de divinidades y retratos imperiales eran visibles prácticamente desde cualquier punto del teatro. 

En origen los teatros fueron creados para celebrar juegos dentro del marco de las festividades religiosas, en especial en honor de la Triada Capitolina. En el teatro se han encontrado tres altares relacionados con estos dioses: Júpiter, Juno y Minerva.



Altares circulares del siglo I a.C. donde aparecen labrados los símbolos de la Triada Capitolina. El pavo real, símbolo de Juno, aparece acompañado por un cortejo de tres jóvenes muchachas con las manos entrelazadas. 



El águila, emblema de Júpiter, está acompañado por unas mujeres, interpretadas como las Musas.



La lechuza, animal totémico de la diosa Minerva, aparece en el altar junto a unas jóvenes, las Gracias. 


Togado Capite Velato. Esta escultura presidía la curia del senado local en el foro de Cartagonova. El modelo parece inspirado en el Augusto de la vía Labicana que se utilizó para representar al emperador como Pontifex Maximus.

Una de las salas del museo ofrece al visitante una visión de la función e importancia del teatro para la sociedad romana. El teatro constituye un marco idóneo para la propaganda política y religiosa de Augusto. Los propios príncipes, Cayo y Lucio, nietos del emperador, participaron, muy probablemente, en la financiación de las obras. 


Apolo Citardeo, dios de las letras, la música y divinidad protectora de Augusto. Esta imagen sacraliza el edificio evocando al propio emperador.


A pesar de su estado de conservación, este relieve de Rea Silvia no puede esconder su innegable belleza. Rea Silvia fue la madre de Rómulo y Remo tras su unión con Marte, el dios de la guerra. Una leyenda vinculada a los orígenes de la ciudad y utilizada por Augusto para legitimar su poder personal.


El recinto de Cartagonova tenía capacidad para alojar a unos 7000 espectadores, y era el escenario ideal para exaltar la figura del emperador, e incorporaba además todo un ciclo escultórico y epigráfico relacionado estrechamente con la familia imperial. Estas imágenes y altares cumplían una función más propagandística que estética. 

Las clases adineradas de la ciudad conseguían a través de la financiación del edificio y su ornamentación promocionar sus carreras políticas. Pagando de su bolsillo obras y espectáculos se ganaban el favor de los ciudadanos. 

Desde época muy temprana el teatro era escenario para la representación de diversos géneros teatrales y el espacio para celebrar ceremonias sacras, reuniones políticas o procesiones rituales.

Entre los géneros teatrales heredados de Grecia están la comedia y la tragedia, y aunque dejaron de escribirse en el siglo I a.C., se siguieron representando. Los poetas y escritores vendían sus obras a las compañías de teatros o a los promotores. 

La atelana era una forma de mimo, similar a la comedia del arte, donde los personajes se definen por estereotipos fijos. Habitualmente representaban escenas cómicas entre un marido, su mujer y el amante de ésta. Quizá por la temática fue el género más popular entre los romanos.


El mimo era un compendio de música, expresión corporal, acrobacias y bailes, sobre temas populares, un lejano precedente de la Revista o el Cabaret. Se parodiaban escenas de la vida cotidiana, la sociedad, la política o la religión. (Algo así como hacen en la actualidad los cómicos de televisión).


En la pantomima participaban dos personajes, un narrador y un actor que representaba con gestos todo aquello que recitaba la voz principal. La importancia de la pantomima estaba precisamente en la habilidad del actor de representar con su cuerpo una historia. 


Los actores desempeñaban una profesión con mala consideración y por ese motivo tenían vetados ciertos derechos, como el acceso a los cargos públicos. Aunque a mi no me entra en la cabeza que un actor, sea de la época que sea, tenga el menos interés en participar en algo tan falso como la política. 


Las compañías de actores eran itinerantes y eran contratados ocasionalmente por los promotores de las obras. Algunos alcanzaron gran fama y gozaron del favor del emperador, pero otros eran esclavos, mientras sus dueños eran propietarios de la compañía. Las mujeres solo podían actuar como mimos, los papeles femeninos eran representados por hombres disfrazados para la ocasión.


Los romanos utilizaron los espectáculos públicos para distraer y mantener controlada a la masa. Pasaron los siglos, el cine sustituyó al teatro clásico y el fútbol a los combates de gladiadores. Y entre ambos surgió una nueva forma de teatro, para intelectuales y clases altas, olvidando, en ocasiones, sus orígenes entre las clases más populares.



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