Situada en el área de influencia de la cultura argárica, Alhama de Murcia alcanzó cierta importancia en época de Al Andalus gracias a sus baños situados, precisamente, bajo la ladera en la que se alzan los restos de la antigua fortaleza construida entre los siglos XI y XII. En 1243 la villa, junto con otras localidades vecinas, se rinde pacíficamente y pasa a depender del Reino de Castilla, cuyos monarcas se preocuparon de mantener en funcionamiento el castillo, la situarse en una zona estratégica, próxima a la frontera granadina.
A los pies de Sierra Espuña se abre el Valle del Guadalentín, que se dominado desde la atalaya de Alhama.
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