Los Bathory fueron un
poderoso clan nobiliario de origen magiar que desarrolló todo su
potencial e influencia en la Hungría tardomedieval. En la actualidad
este apellido está relacionado con historias truculentas de horror
gótico debido a los crímenes atribuidos a una de sus miembros,
Erzsebet Bathory, la “Condesa Sangrienta”.
La familia Bathory
desciende de la estirpe magiar Gutkeled. El rey Ladislao IV
recompensó a uno de sus integrantes llamado Briccius con el dominio
de Bátor, como pago por sus servicios militares. El propio Briccius
y sus descendientes se nombraron de Bátor o Bathory. Más tarde, y a
partir de los hijos de Briccius, los Báthory se escindieron en dos
ramas; la de Somlyo y la de Ecsed. En la Edad Moderna los Báthory
dieron varios voivodas de Transilvania, algunos altos cargos
eclesiásticos, y un rey de Polonia y Lituania.
Tres dientes figuran en
el blasón de la familia como recuerdo de las hazañas de uno de sus
antepasados que se enfrentó y dio muerte a un dragón.
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